Nuestros lectores más recalcitrantes recordarán la decisión que tomó el gobierno samoano de saltarse el 30 de diciembre y pasar directamente del 29 al 31 de este año. Resumiendo la situación, Samoa tiene muchos más vínculos económicos con Australia y Nueva Zelanda que con EE.UU., pero al encontrarse al otro lado de la línea de cambio de fecha, cuando en Samoa amanecía el viernes en Sídney ya era sábado, y cuando en Australia comenzaban la semana, en Samoa estaban en pleno descanso dominical. Como resultado, sólo coincidían tres días laborables a la semana, lo que perjudicaba la economía. Así pues, ayer a las 11 de la mañana (hora española) en Samoa se pasó de las 23:59 del día 29 a las 00:00 del día 31 de diciembre. Lo cual abre posibilidades curiosas para celebrar el año nuevo.
Mira, me he ahorrado hacer un gráfico chulo mangándoselo a los de Channel 4
Probablemente uno de los grupos más exitosos, si no el que más, de la música electrónica de principios de los noventa, 2 Unlimited eran una pareja de holandeses radicados en Amberes (Bélgica) que arrasaron en las pistas de baile de toda Europa entre 1992 y 1995. El sonido terriblemente maquinero de 2 Unlimited era capaz de sobrecargar los baffles de cualquier discoteca a base de sintetizador en dosis masivas; No limit, grabado en 1992, fue su segundo tema de éxito, tras Get ready for this, lanzado unos meses antes. La letra repite la palabra «No» exactamente 72 veces, lo que la llevó a ser parodiada como «No lyrics«. Otros éxitos de la pareja fueron el bollywoodiense Tribal Dance o Máximum Overdrive, que también editaron en una versión en castellano absolutamente prodigiosa, titulada «A toda marcha». Actualmente siguen en activo a los cuarenta años, con el nombre de Ray & Anita.
Joaquín «Chimo» Bayo es un icono de la década de los 90 en la misma medida que el Pocero lo es de la burbuja inmobiliaria. Recoge lo mejor y lo peor de la música noventera; innovación, drogas, fama, fiesta, marcha, desvergüenza masiva, desfase, sonido industrial, vanguardia, descontrol, todo lo que de bueno y de espantoso tuvo la Ruta del Bakalao se resume en este tema y en el estrafalario aspecto del showman valenciano. Del tema han quedado para la posteridad dos pedazos de la (por otro lado) absurda letra: «Exta si, exta no», más que obvia referencia al consumo de drogas, y la remítica «Chiqui tan chiquiti tan tan tan quetumban…» etcétera, lejana predecesora del Aserejé en cuanto a complejidad y significado. La frase caló tan hondo que más que quince años después fue utilizada para anunciar atún en conserva, en una de las campañas mas absolutamente surrealistas jamás creadas:
En este recopilatorio estaba Christina Aguilera. Y eso es de lo mejor. Cómo sería el resto.
Durante los últimos diez años el remember de los 80 ha sido una constante en todas las radiofórmulas españolas (y apostaría que internacionales). A-ha, Bonnie Tyler o los Communards han venido sonando sin parar desde el año 2000; y lo de sin parar es literal: se calcula que cualquier oyente de Kiss FM ha estado expuesto al Sweet Dreams de Eurythmics al menos ocho mil horas durante el último decenio. Pero señores, hemos cambiado de década. Hace ya dos años, de hecho. Para mi hijo, nacido en 2010, los 80 significan lo mismo que para mí los años 50, o sea caspa en blanco y negro. Y eso da vértigo. Así que reivindiquemos los noventa antes de que en 2020 nos pongamos a reivindicar «los 2000». Podríamos recordar el suicidio de Kurt Kobain, la voz de falsete de los Cranberries (eh-EH, eh-EH oh-OH), el coñazo de Alanis Morrisette y muchos otros sucedidos de los noventa, pero vivimos en una época en la que la radiofórmula está dividida en dos bloques: las canciones de Pitbull Feat. Quiensea y el resto. Y las primeras son mayoría. Así pues y dado que las listas de éxitos de Los 40 principales y Maxima FM se parecen cada vez más hoy vamos a revisitar aquellos temas que si fuiste adolescente o jovencito imberbe en la España de los 90 probablemente acabaste bailando alguna vez con mayor o menor destreza. Ahí van mis veinte temazos de los 90. Seguir leyendo →
Hace un par de semanas mi cuñada le hizo un regalo a mi hijo, que también es su ahijado. Conocedora de mi frikismo geográfico obsequió a Diego Jr. con una pelota sólo un poco más pequeña que él en la que se representa un globo terráqueo. Se me saltaban las lagrimillas de pura emoción. Mi hijo dándole patadas a Francia y mordiscos al Reino Unido. ¿Hay algo más mono? El caso es que después le eché un vistazo a la cartografía propiamente dicha y se me paró el corazón. Dioses del Cielo. Atrocidades geográficas nunca antes cometidas, masacres de meridianos, genocidios de paralelos, aniquilamiento de los conceptos de forma y proporción. Todo es poco. Pasen y vean esta galería de los horrores cartográficos.
Las Navidades son una época eminentemente viajera. El reencuentro con la familia, la escapada a esquiar o el viaje de placer a algún lugar menos frío que el hemisferio norte son tan típicos como el turrón o el gordo ese barbudo que la gente cuelga de sus terrazas agarrado a una escalera. Por esa razón (y porque es viernes y no tengo demasiadas ganas de escribir parrafadas gigantescas como la del otro día), hoy os dejo con un puñado de vídeos de viaje en time lapse. A mi me resultan fascinantes y con un magnetismo indescriptible. Que los disfrutéis. Y Feliz Navidad a todos.
San Francisco-París en avión
(Atentos a la aurora boreal que se ve en el minuto 1:09)
Cuando uno estudia geografía por primera vez, le enseñan los países como algo consolidado, sólido, con unos límites definidos, que se sabe dónde empieza y dónde acaba. Uno no piensa que se puede encontrar en un determinado país y a la vez estar a diez mil kilómetros del mismo país. Las naciones y las fronteras, como toda construcción humana, distan mucho de ser algo perfectamente definido y definible, y a veces hay islas que forman parte de un país pero a la vez están a dos continentes de distancia. Y eso es lo que vamos a ver hoy, queridos lectores. Cómo pisar Francia sin acercarse a Europa, o como estar en el Reino Unido y a la vez en América.
La Isla Clipperton es un pequeño atolón coralino situado en el Océano Pacífico, a unos 1.300 kilómetros al suroeste de Acapulco, en la costa mexicana. Es un islote completamente aislado; la tierra emergida más cercana está a casi mil kilómetros de allí (se trata de la Isla Socorro). Con apenas 9 kilómetros cuadrados de superficie, incluyendo la laguna interior, es un pedazo de tierra sin apenas interés de ningún tipo, tampoco humano, porque está completamente deshabitada. La soberanía sobre el atolón la ostenta Francia, formando parte de las posesiones francesas de ultramar. Pero la isla no fue siempre francesa, y tampoco estuvo siempre deshabitada. Hace cien años fue escenario de una tragedia digna de cualquier drama shakesperiano. Esta es su historia.
Existe un lugar único en la tierra en el que una persona puede disfrutar de cada una de las cuatro estaciones del año al mismo tiempo, incluso entrar y salir de ellas a su antojo… Es muy simple.
YO. Buenos días, me gustaría hacer una reserva para las vacaciones. Estaba pensando en algún lugar del Pacífico.
AGENTE DE VIAJES. Una excelente idea. Permítame sugerirle “Cuatro Estaciones”, la nueva isla artificial.
YO. ¿Una isla artificial?
AGENTE. Sí, pero no se preocupe, parece una isla natural, salvaje, tranquila y con unas magníficas playas.
Cabe realizar una objección, eso sí: la Línea de cambio de fecha no es un meridiano concreto; dado que cada país hace lo que le peta con su hora oficial, en realidad la isla podría estar casi en cualquier parte del Ecuador, mientras su «gobierno» o lo que fuera estableciese de forma oficial que el tiempo en cada mitad de la isla corresponde a días distintos.
Disculpas, amados lectores, por tantos días sin proporcionaros vuestra fronteriza dosis. Salvo catástrofe o que no me de la gana esta semana habrá más contenido, a ser posible original…