Los últimos territorios que fueron comprados en el mundo

El pasado 17 de agosto, en pleno desierto noticioso estival, nos desayunamos con la noticia de que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, había propuesto a miembros de su equipo la compra de Groenlandia. No era la primera vez que un presidente norteamericano se planteaba dicha adquisición, ya lo hicieron en 1946 y la respuesta danesa también fue negativa. El interés estratégico de Estados Unidos (o de cualquier otro país, ya puestos) en Groenlandia es evidente en plena batalla por el Ártico y sus recursos, pero la razón última por la cual un presidente de Estados Unidos filtra una información así es asunto de los trumpólogos y otros comentaristas políticos. En 2019 es difícil, por no decir imposible, transferir la soberanía de un país a otro simplemente entregando un cheque con el suficiente número de ceros. Las compras de tierra son habituales (una empresa de Corea del Sur posee la mitad de la tierra cultivable de Madagascar, por ejemplo), pero los intercambios de territorios por dinero contante y sonante son algo del pasado. Tanto es así que hace más de sesenta años de la última vez que sucedió, y ha sucedido menos de una decena de veces en los últimos dos siglos. Repasemos la lista de los últimos territorios que trasladaron su soberanía a cambio de un puñado de billetes

Tuit de Donald Trump del 19 de agosto de 2019

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El vuelo internacional más corto del mundo y otras curiosidades para aerotrastornados

El primer vuelo regular de la historia de la aviación despegó el 1 de enero de 1914 de la localidad de Tampa, situada en el estado norteamericano de Florida, y aterrizó unos minutos más tarde en St. Petersburg, situado al otro lado de la Bahía de Tampa. Durante los cuatro meses que duró la ruta se transportaron en un hidroavión llamado Safety First un total de 1205 pasajeros, que pagaron cinco dólares cada uno por ahorrarse el, por entonces, tedioso recorrido terrestre. Aquella primera ruta aérea regular apenas recorría 33 kilómetros de vuelo. Desde entonces la cosa ha evolucionado bastante. A día de hoy la ruta regular más larga del mundo recorre más de quince mil kilómetros para enlazar los aeropuertos de Singapur y Newark, en el área metropolitana de Nueva York, algo para lo que son necesarias casi 19 horas. La cancelación de este vuelo y del segundo más largo (Singapur-Los Ángeles) dejará a la ruta de la Qantas australiana entre Sídney y Dallas como la más larga del mundo (en recorrido), y a la Johannesburgo-Atlanta de Delta como la más larga en tiempo (16 horas y 55 minutos). En el otro extremo, el vuelo regular más corto del mundo, tenemos a la aerolínea regional escocesa Loganair, que opera una ruta entre las islas de Westray y Papa Westray. Los aeródromos de las islas están situados a apenas dos kilómetros y medio. El tiempo de duración oficial del vuelo es de dos minutos, aunque según la configuración de las pistas puede durar 45 segundos.

vuelo mas corto del mundo

Recorrido completo del vuelo regular más corto del mundo (fuente). En la noticia del Daily Mail se puede ver un vídeo del vuelo entero. De todo esto y de más cosas se habló en Fronteras hace cinco años.

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Abróchense los cinturones: Aterriza como sepas

Dicen los pilotos que si tras el aterrizaje puedes salir del avión andando, ha sido un buen aterrizaje. Ya si encima el avión se puede volver a utilizar es un aterrizaje perfecto. El chascarrillo viene a ilustrar una realidad sobre los aviones, que, básicamente son enormes latas cilíndricas de cientos de toneladas de peso con un trillón de piezas móviles que se desplazan a la velocidad del sonido a diez kilómetros del suelo, y en las que bastan un puñado de fallos más o menos críticos para provocar un hermoso espectáculo de fuegos artificiales. Recuerda esta definición la próxima vez que te subas a un Boeing de Ryanair, te hará pasar un viaje más entretenido. El caso es que volar es más o menos seguro (desde luego es más seguro que escalar el Everest o hacer la declaración de la renta), pero hay veces en las que parece que hay que darle un poco de picante al asunto de aterrizar la cañería con alas y desde tierra se ponen las cosas un poco más interesantes. Para que haya tensión. No todo en esta vida es tranquilidad. Hoy veremos unos cuantos aeropuertos simpáticos donde, si tienes miedo a volar, no querrás tener que facturar nunca una maleta. Y si no lo tienes, casi que tampoco.

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22px-Flag_of_Honduras.svg  10.- Aeropuerto Internacional de Toncontín, Tegucigalpa (Honduras)

Situado a mil metros de altitud y con una pista de sólo dos kilómetros de largo, el aeropuerto de Toncontín se encuentra enclavado entre montañas, en un llano anejo a la capital hondureña. Su situación obliga a los aviones que aterrizan allí a efectuar un giro de última hora bastante espectacular, y a un descenso vertiginoso rozando los tallos de las plantas que crecen en las colinas de los alrededores del aeropuerto. La escasa longitud de la pista obliga a tocar tierra bien al principio de ésta, para que no suceda lo que le pasó al A320 de Taca que en 2008 tomó tierra tarde y acabó saliéndose del aeropuerto y arrollando coches en una avenida cercana.

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A diez mil kilómetros de casa y sin embargo en casa

Cuando uno estudia geografía por primera vez, le enseñan los países como algo consolidado, sólido, con unos límites definidos, que se sabe dónde empieza y dónde acaba. Uno no piensa que se puede encontrar en un determinado país y a la vez estar a diez mil kilómetros del mismo país. Las naciones y las fronteras, como toda construcción humana, distan mucho de ser algo perfectamente definido y definible, y a veces hay islas que forman parte de un país pero a la vez están a dos continentes de distancia. Y eso es lo que vamos a ver hoy, queridos lectores. Cómo pisar Francia sin acercarse a Europa, o como estar en el Reino Unido y a la vez en América.

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Esto es Francia. En serio.

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San Bartolomé, otro aeropuerto solo apto para suicidas

Si los despegues en el aeropuerto de la Isla de San Martín son apoteósicos, lo que sucede con los aterrizajes en el pequeño aeropuerto Gustaf III no se queda corto. El aeródromo está situado en la isla de San Bartolomé, otro de los territorios franceses en el Caribe; la capital del lugar es Gustavia, que, como el aeropuerto, debe su nombre a Gustavo III de Suecia, bajo cuyo reinado se conquistó esta isla para el país nórdico (y posteriormente se vendió a los franceses). El aeropuerto está situado al este de la Isla (que apenas cuenta con 25 kilómetros cuadrados de superficie) y su situación hace que despegar y, sobre todo, aterrizar allí sea tan difícil como espectacular.

Tomando tierra en St. Barts. Clic en la imagen para ampliar (fuente)

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