Doce distopías de pesadilla (que no son 1984 ni Un Mundo Feliz)

La distopía, el antónimo de la utopía, es un género que da mucho juego para criticar, en clave de ficción, situaciones actuales. Mil Novecientos Ochenta y Cuatro es la más conocida y una de las mejores, y era, al igual que Rebelión en la Granja, una de las más ácidas críticas a las sociedades totaliarias, especialmente al estalinismo, en auge a finales de los 40 y principios de los 50. Una retahila interminable de conceptos y latiguillos de uso común hoy en día tienen su origen en esa novela, o en Un Mundo Feliz, de Aldous Huxley. Pero las distopías ni empezaron ni acabaron en esas dos novelas. Una larga lista de distopías han salpicado la historia de la literatura, tanto dentro de la ciencia ficción como fuera de ella, y nos han servido para reflexionar sobre la civilización y su fragilidad, y el poder y sus excesos. Descartando las dos más obvias y conocidas, este es mi top 12 distópico.

12.- Fahrenheit 451, Ray Bradbury, 1953

Tipo de distopía: Política

Resumen: En una sociedad donde pensar por uno mismo está prohibido, el cuerpo de bomberos tiene como misión quemar libros. Según el gobierno, leer libros hace que la gente no sea igual, y además les hace infelices al generarles angustia. Guy Montag, el protagonista, es uno de esos bomberos que en lugar de mangueras trabajan con un lanzallamas. Una serie de acontecimientos le hace replantearse si realmente es feliz y si será cierto eso de que leer es tan malo.

Comentarios: Como es sabido, 451º Fahrenheit es la temperatura a la que arde el papel. Es probablemente la tercera novela distópica más conocida tras las dos mencionadas en el título de esta entrada. Escrita en pleno Macarthismo, la novela denuncia la censura estatal pero, según su autor, sobre todo la autocensura de los ciudadanos y la alienación que producen los mass-media. En el mundo de Bradbury el hedonismo es la única guía, y la televisión y la radio son las únicas actividades de ocio de sus habitantes. Hay quien ve paralelismos con la era actual, pero son, en mi opinión, forzadísimos. La novela ha envejecido mucho y no demasiado bien, pero merece ser leída y releída, y de hecho se sigue reeditando con frecuencia.

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Del arte de ponerle nombres a los lagos en Canadá

Canadá es un país de lagos. También de policías a caballo con un uniforme de lo más pintoresco, pero no viene al caso. Hablemos de los lagos de Canadá. Pongamos por ejemplo la provincia de Quebec. Tiene un millón y medio largo de kilómetros cuadrados de superficie, de los cuales un 12%, o sea, 180.000 km2 son lagos y ríos. Ciento ochenta mil kilómetros cuadrados. Son más o menos 18 millones de campos de fútbol, en la unidad estándar de superficie en la televisión. En toda Canadá la superficie del país ocupada por agua dulce (lagos y ríos) alcanza casi 900.000 kilómetros cuadrados, lo que viene siendo lo que miden países como Egipto o Venezuela. Se desconoce el número exacto de lagos que existen en el país. Ni siquiera se han molestado en contarlos. La última vez que lo hicieron fue en 1973 y contaron 31.752 de más de tres kilómetros cuadrados de superficie. Si contamos las lagunas, los estanques y los demás pedazos de agua esparcidos por todo el país la cifra se dispara hasta los ¡dos millones! Y eso sin contar los charcos que deja la lluvia. Lo que decía al principio. Un país de lagos.

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Ooooooooooh

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La vuelta al mundo en 80 segundos

La vuelta al mundo en 80 segundos es un vídeo promocional de Sony que se publicó hace algo más de un año, pero del que yo tuve noticia ayer. En Fronteras siempre a la última. Londres, El Cairo, Hong Kong, Tokio, San Francisco, Nueva York y de vuelta a Londres, en sólo ochenta segundos. Una auténtica preciosidad para alegraros el viernes. Más, quiero decir. ¡Feliz fin de semana!

Si te apetece procrastinar un rato, siempre puedes echarle un vistazo a otros vídeos publicados en Fronteras:

24 horas de neón
De los Ángeles a Nueva York en 4 minutos
Estados Unidos, a pie, en dos minutos

El hombre más solitario de la Tierra

Probablemente la persona más aislada y solitaria de la Historia haya sido Michael Collins, el astronauta de la misión Apolo 11 que permaneció en órbita alrededor de la Luna mientras Buzz Aldrin y Neil Armstrong se daban un paseo por nuestro satélite. Se calcula que llegó a estar a más de 5.500 kilómetros de sus compañeros, a la sazón los seres humanos más próximos, lo que le convirtió, durante unas horas, en el hombre más solitario de la historia, que no de la Tierra. Regresando a nuestro planeta, el título del tipo más solitario y aislado del planeta se lo lleva el último superviviente de una tribu amazónica brasileña, cuyos nombres (el del hombre y el de la tribu) se desconocen.  Se encuentra en el estado de Rondonia, y quince años después de la primera noticia sobre él, su vida sigue siendo un misterio.

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Noruega, la bandera con otras ocho banderas dentro de ella

Algo debieron hacer medianamente bien los británicos cuando su bandera todavía figura en las enseñas nacionales de países que fueron sus colonias. Fijémonos, por ejemplo, en las banderas de Australia, Nueva Zelanda, las Islas Fiyi o Tuvalu. Incluso territorios como Hawái o la Columbia Británica lucen la Union Jack en sus banderas. La misma Canadá también, hasta 1965, cuando sustituyeron la bandera monárquica por la de la hoja de arce. Sin embargo, la bandera británica no es la única que aparece en otras banderas. La bandera noruega contiene hasta ocho banderas distintas en su interior. ¿Cómo? Eso es lo que vamos a ver hoy.

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Quince pueblos que deberían cambiar de nombre pero ya

15.- Kagar, Alemania. Situado a apenas 100 kilómetros de Berlín, Kagar es un pequeño publo que forma parte del municipio brandemburgués de Rheinsberg. Obviamente kagar en alemán no significa nada parecido a lo que quiere decir en castellano. Para mayor diversión, a apenas unos kilómetros se encuentra la pedanía de Repente, lo que permite ir «de Repente a Kagar«. Eso sí, hay que parar justo antes de Kagarsee (see significa lago o estanque en alemán; Kagarsee es «el lago de Kagar». Sus aguas deben ser prístinas y cristalinas).

Kagar y Kagarsee

14.- Bastardo, Italia. Este pueblo de curioso nombre y, probablemente, padre desconocido, pertenece a la comuna (municipio) del Gianno dell’Umbria, que cuenta con poco más de 3.500 habitantes, de los que la mitad son bastardi. El nombre del lugar proviene de una hostería situada allí hace como tres siglos, llamada «osteria del bastardo». Y así se quedó el pueblo. (Más info 1, 2)

pueblos_bastardo

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24 horas de neón

24 hours of neon, un vídeo de Phillip Bloom capturando un día de la trepidante vida de Las Vegas en time lapse. Tan sugerente como agradable de ver un viernes como este. Ponlo a pantalla completa y… ¡feliz fin de semana!

Otros vídeos en Fronteras:

De los Ángeles a Nueva York en 4 minutos
Estados Unidos, a pie, en dos minutos

Loving County, el condado vacío

La carretera 302 de Texas recorre el oeste del estado en una sucesión de aburridísimas líneas rectas. Su origen se encuentra en la ciudad de Odessa y durante decenas de kilómetros atraviesa menos de media docena de pueblos polvorientos, el más grande de los cuales apenas cuenta con 5.000 habitantes. 125 kilómetros después de Odessa la carretera se cruza por segunda vez con otro camino digno de tal nombre, la County Road 300, una lengua de asfalto que discurre hacia el Norte hasta casi alcanzar la frontera con Nuevo México. Si has llegado hasta aquí estás en Mentone, la sede del condado de Loving, el más despoblado de todo Estados Unidos. En un radio de decenas de kilómetros no hay nada salvo una gasolinera y una cafetería. Las carreteras en Mentone son para largarse cuanto antes del pueblo.

La entrada a Mentone (fuente). Uno que lo visitó hace poco dice que lo más relevante que le sucedió fue ver un lagarto a las 14:37 en una de las tres calles del pueblo.

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