Hace unos cuantos años se publicó aquí un mapa en el que se mostraba la opinión que los hispanohablantes en general y los españoles en particular tenemos de los distintos países europeos (y sus habitantes). Se me ha ocurrido, siempre amante de las emociones fuertes, que por qué no meternos en camisa de once varas y observar qué opinamos los españoles de nosotros mismos. Concretamente que opinamos de cada una de las diecisiete comunidades autónomas (y dos ciudades ídem) que componen nuestro ordenamiento territorial y administrativo. Para ello, como en la anterior ocasión, me limité a buscar «[Introduzca región española aquí] es» y ver qué sugería Google en primer lugar. Y he aquí el mapa.
Canarias
Veinte mapas sobre la distribución de la población en España
Que la población no se distribuye de manera uniforme por el territorio es una obviedad. En los países industrializados o en vías de desarrollo la población se concentra en grandes núcleos urbanos, algo que tiene consecuencias de todo tipo, que van desde la ecología a la política. Pero, ¿cómo de concentrada está la población? Bastante; según estimaciones del Banco Mundial aproximadamente el 55% de la población ya reside en áreas urbanas, y las previsiones del organismo indican que el porcentaje seguirá creciendo hasta el 60% en 2030 y el 66% en 2050. La concentración demográfica, como también es lógico, no es la misma en todos los países. Bélgica, Singapur o Qatar tienen una tasa de población urbana del 100% o casi, mientras que en países del tercer mundo como Burundi o Nepal la tasa apenas sobrepasa el 15%, o ni llega. En el caso de España la población urbana supone ocho de cada diez habitantes, lo que, teniendo en cuenta que España no es un país con una densidad de población especialmente alta, supone un desequilibrio muy grande entre las zonas y regiones rurales y sus contrapartes urbanas. En la entrada de hoy vamos a ver gráficamente (léase a base de mapas con colorines) qué áreas concentran la mitad de la población de España y de sus comunidades autónomas.
Las provincias marcadas en rojo tienen más habitantes que toda la superficie amarilla.
Tu mapa me suena (parecidos razonables geográficos)
El otro día, atormentado por la culpa que me invade cuando estoy tres o cuatro semanas sin publicar, y ante la perspectiva de que septiembre transcurriera plácidamente en toda su integridad sin yo haber lanzado al mundo una sola línea en este su blog fronterizo (algo que podría provocar horribles ataques de ansiedad entre mis innumerables lectores), publiqué una entrada bastante breve comparando las siluetas del Lago Míchigan y Suecia, que son divertidamente parecidas. La idea, como no tardó en adivinar uno de los lectores más veteranos de este blog, la tomé de un libro que recomiendo desde ya a todos los amantes de la geografía recreativa (y si estás leyendo este blog tienes muchas papeletas para serlo): Un mapa en la cabeza, de Ken Jennings. El caso es que pregunté si a alguien se le ocurría alguna más, y vaya que sí. El mundo es raro y la geografía caprichosa, y es fascinante cómo regiones que obviamente no tienen nada que ver entre sí son terriblemente parecidas. Ahí van unas cuantas:
A diez mil kilómetros de casa y sin embargo en casa
Cuando uno estudia geografía por primera vez, le enseñan los países como algo consolidado, sólido, con unos límites definidos, que se sabe dónde empieza y dónde acaba. Uno no piensa que se puede encontrar en un determinado país y a la vez estar a diez mil kilómetros del mismo país. Las naciones y las fronteras, como toda construcción humana, distan mucho de ser algo perfectamente definido y definible, y a veces hay islas que forman parte de un país pero a la vez están a dos continentes de distancia. Y eso es lo que vamos a ver hoy, queridos lectores. Cómo pisar Francia sin acercarse a Europa, o como estar en el Reino Unido y a la vez en América.
Esto es Francia. En serio.