Estos mapas son la p*lla

En el año 6500 antes de Cristo un ser humano cuyas motivaciones sólo podemos imaginar pintó una serie de figuras en una cueva que hoy conocemos como Abrigo de Cogull, en la provincia española de Lérida. Nueve figuras de mujeres rodean a un hombre, que tiene una única carácterística remarcable: tremendísimo badajo. En Pompeya existe un edificio llamado Casa de los Vettos, decorado con reproducciones del dios Príapo, caracterizado, de nuevo, por el monumental pajarraco entre sus piernas. Desde la antigüedad, pintar penes ha sido una constante en la historia del arte, y en la era de Google Maps, las cosas no han cambiado mucho. Pero a veces es la propia naturaleza la que nos sorprende dejando aquí y allá mingas para que personas con mucho tiempo libre las descubran. Hoy en Fronteras: mapas que son la polla.

«Todo me recuerda a él»

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Europa Low Cost: Roadtrip balcánico (segunda parte)

Para leer la primera parte, sigue este enlace

La carretera de Kotor a la frontera croata bordeaba la bahía en un recorrido escénico inacabable tanto por su longitud como porque las carreteras montenegrinas no destacan por su anchura, así que cruzarse con un camión era una aventura de final incierto. Pero el estrés de la conducción se compensaba con creces con las vistas de las Bocas de Kotor desde todos los ángulos posibles. Al cabo de poco más de una hora llegué a la frontera. Un puesto fronterizo es uno de los lugares más amenazadores de la Tierra; uno está a merced de los caprichos pasajeros de una persona de la que no sabe nada y que no sabe nada de uno; siempre puede ser que haya algún problema por un papel ignoto o una muesca en un documento, y cualquier error en una documentación que está escrita en un idioma o incluso en un alfabeto ajenos veta al viajero de entrar no a un edificio o a un recinto, sino a todo un país. Por suerte Croacia es parte de la Unión Europea (y ahora ya de la zona Schengen) así que tuve un total de cero problemas cruzando el límite con mi Dacia de alquiler. Al cabo de unos pocos kilómetros de carretera panorámica me topé con una de las primeras impresiones más espectaculares que he tenido la ocasión de contemplar. La ciudad vieja de Dubrovnik.

Sí, es Desembarco del Rey, ya lo sabemos

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Europa Low Cost: Road trip balcánico (primera parte)

Una de mis aficiones en mis ratos libres es trastear con Skyscanner o Escape y su maravillosa búsqueda de vuelos a «cualquier lugar» ordenados por precio. A finales de 2021 decidí que 2022 iba a ser el año en el que viajara todo lo viajable, pero, dado que mi economía tampoco permite demasiados excesos, la condición es que el importe del viaje sea el menor posible. Así que a menudo me dejo guiar por el algoritmo de precios de las aerolíneas y me compro un vuelo literalmente al destino más barato disponible. En el caso del segundo fin de semana de abril del año pasado, el destino más barato era Podgorica, capital de Montenegro. 27 euros me separaban de la que según el Mapache Loco de las Banderas es la capital más fea de Europa. Ya llegaremos al punto en el que le doy o quito la razón. Spoiler: se la quito, pero porque se quedó corto. El caso es que por menos de lo que cuesta invitar a alguien a cenar en un McDonald’s podía pasar unos días en la antigua Yugoslavia, así que le entregué mis dineros a Ryanair y me dispuse a añadir varios países nuevos a mi colección de cromos.

El pueblo de Perast en Montenegro, con las montañas de Kotor al fondo. Todas las fotos de este artículo, salvo indicación en contra, fueron perpetradas por el autor del blog, y pueden ser utilizadas libremente para cualquier uso siempre y cuando se cite la autoría. Mira que soy majo, ¿eh?

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La casa española que invadió Portugal al ampliar la cocina

Nunca tal se vio en memoria de guardia de frontera. Este es el primer viajero que en medio del camino para el automóvil, tiene el motor ya en Portugal, pero no el depósito de gasolina, que aún está en España, y él mismo se asoma al pretil en aquel centímetro exacto por donde pasa la línea de la frontera. 

Así, justo en la frontera, comienza Viaje a Portugal, el libro en el que el José Saramago cuenta el recorrido que durante meses realizó por su país a principios de los años 80. El viaje intimista del futuro Premio Nobel comienza con un sermón a los peces, «los que estáis en el río Douro y los que estáis en el río Duero«, en el lugar exacto donde empieza, o acaba, Portugal. Cuarenta y dos años después de que Saramago cruzara La Raya, ahí estabamos nosotros, también con medio coche en cada país, contemplando los muros exteriores de una anodina casa rural en una aldea remota de Extremadura. Una casa tan irrelevante que su web ni siquiera aparece entre los diez primeros resultados de Google cuando la buscas, pero tan prodigiosa que por si sola consiguió lo impensable: modificar unilateralmente una frontera internacional. Hoy en Fronteras, la casa que invadió el país vecino.

Cartel de bienvenida a La Fontañera pegado al muro del Salto del Caballo. Nótese el hito fronterizo de piedra junto a la pared encalada

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Europa Low Cost. Viajes por poco dinero alrededor del continente. Capítulo 1: Nápoles

El túnel era tan angosto que la claustrofobia empezaba a manifestarse nada más entrar. A los cincuenta metros de recorrido se estrechaba aún más. Yo ya me había quitado la mochila antes de entrar, y también el abrigo, pese al frío y la humedad que reinaban en aquellas tinieblas, cuarenta metros por debajo del casco histórico de la ciudad. En un momento dado ya no pude avanzar. Los menos de cuarenta centímetros de anchura del pasadizo simplemente no eran suficientes para mi constitución, ejem, amplia. Así que hice lo que habría hecho cualquiera: entrar en pánico. Pero antes de contar qué sucedió después, habra que explicar qué demonios hacía allí. Hoy en Fronteras: Nápoles.

¿Claustrofobia yo? ¿De qué?

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Fauna del carril bici. Un ensayo antropológico

Hace algo más de tres años me saqué el abono del Bicing, el sistema de alquiler de bicicletas que el Ayuntamiento de Barcelona pone a disposición de los ciudadanos para el solaz y disfrute de, mayormente, la numerosa colonia de estudiantes de Erasmus y diseñadores gráficos de la ciudad. Pese a la habitual ausencia de frenos en los ciclos municipales, desde entonces la práctica totalidad de los trayectos internos dentro de Barcelona capital los hago sobre dos ruedas, y mi estadía diaria en los cada vez más numerosos carriles bici que recorren la ciudad me ha permitido adqurir una experiencia de campo inigualable a la hora de apreciar los ejemplares que allí habitan. Es un conocimiento que debe ser compartido, y por eso, hoy, en Fronteras, tenemos la Guía de la Fauna del Carril Bici.

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Habrá Champions League en Tiraspol… y la jugará el Real Madrid

Histórico. El Sheriff de Tiraspol se ha clasificado para la fase de grupos de la Liga de Campeones, convirtiéndose así en el primer equipo procedente de la liga moldava en entrar en la lista de los 32 mejores equipos del continente. Pero más histórico aún es que el Sheriff será el primer equipo de una nación no reconocida en jugar la máxima competición europea. Tiraspol, como saben los lectores más antiguos y recalcitrantes de este rincón fronterizo, es la capital de Transnistria, una región desgajada de Moldavia tras una breve guerra a principios de los 90, y que sobrevive como Estado no reconocido desde entonces, sostenida en dos pilares: la compañía Sheriff y el ejército ruso.

FC Sheriff Tiraspol
Escudo del Sheriff de Tiraspol

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Tu moneda me suena: las divisas que más países usan oficialmente en el mundo

Corría el año 620 antes de nuestra era cuando en lo que hoy llamamos Península de Anatolia el reino de Lidia acuñó la considerada primera moneda de curso legal de la historia. Hecha de oro blanco y con un peso de cinco gramos, su valor nominal era de un tercio de estatero. Durante los siguientes veintisiete siglos el oro y los metles preciosos fueron la base de las finanzas, hasta que en los años setenta del siglo XX el patrón oro fue abandonado definitivamente en favor del dinero fiduciario. Una moneda de curso legal es una de las características tradicionales de los estados independientes, pero en las últimas décadas muchos países han abandonado sus monedas tradicionales para usar otras de nueva creación, o en ocasiones monedas de otros países. Hoy vamos a ver cuáles son las monedas que más países usan en el mundo.

Dólar de Singapur y Dólar de Brunéi: 2 países (Singapur y Brunéi, obvio)

En 1967 Singapur, Brunéi y Malasia firmaron un acuerdo de intercambiabilidad de sus monedas; al fin y al cabo los tres países venían de usar la misma, el Dólar de Malaya y Borneo. Según el acuerdo las tres monedas eran intercambiables y del mismo valor. En 1973 Malasia se salió de la alianza pero Brunéi y Singapur la han mantenido hasta hoy. Las dos monedas pueden cambiarse en cualquier banco sin coste ni comisión, y la mayoría de establecimientos públicos de Singapur admiten el dólar de Brunéi, mientras que el dólar singapurense es aceptado en todas partes en el sultanato.

Dólares de Brunéi y Singapur conmemorativos del 50 aniversario de la firma del acuerdo de intercambiabilidad

Dólar Australiano: 4 países (Australia, Kiribati, Nauru, Tuvalu) Seguir leyendo

Las ciudades cerradas de la Unión Soviética

Aproximadamente uno de cada cien rusos vive en un ZATO. ZATO son las siglas en alfabeto latino de zakrytye administrativno-territorial’nye obrazovaniya, o Complejos Administrativos Territoriales Cerrados. Los ZATO son lugares a las que sólo se puede acceder con un permiso especial expedido por las autoridades y de los que en algunos casos sólo se puede salir de la misma manera. Parajes rodeados a partes iguales de misterio y alambre de espino, puntos que a veces ni siquiera aparecen en el mapa. Durante mucho tiempo ni siquiera tuvieron nombre. Eran las ciudades cerradas de la Unión Soviética, y hoy son las ciudades cerradas de Rusia.

Cartel prohibiendo la entrada de ciudadanos extranjeros en Ozyorsk, lugar conocido durante décadas con el nombre de Ciudad 40 (WIkimedia)

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El pueblo con el mejor nombre del mundo cambia su nombre y nos rompe el corazón

En los albores de la Historia de este vuestro blog fronterizo descubrimos la maravillosa localidad de Fucking, en la Alta Austria, un pueblecito de 150 habitantes con un nombre tan increiblemente malsonante y escatológico que parecía una leyenda urbana. Pero no era el caso, era real y su historia era ampliamente conocida, como también lo eran los frecuentes robos de los carteles con el nombre del pueblo. Hace cinco días, y, según dicen, hartos de tanto turista fotografiándose con los letreros y haciendo chistes malos por todas partes, los habitantes del lugar decidieron cambiar el nombre del pueblo a Fugging, que en el dialecto local del alemán se pronuncia igual, pero queda mucho menos gracioso en la señalización viaria.

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