Trans Taiga, la carretera del fin del mundo

Existe una carretera que partiendo de ningún sitio, termina en medio de ninguna parte. Tiene 666 kilómetros de largo y la única manera de salir de allí una vez has entrado es volver sobre tus propias huellas. Si te atreves a recorrerla, es muy probable que no te encuentres con nadie por el camino. En realidad, si por azar te cruzas con alguien es muy probable que desees no haberlo hecho. Y si tienes un problema mientras la recorres tus posibilidades de supervivencia, lamento decirlo, son más reducidas de lo que te gustaría escuchar. Es, posiblemente, la carretera más solitaria y aislada del planeta Tierra. La carretera Trans Taiga.

Axel Drainville | Flickr

Seguir leyendo

Antología de la toponimia triste

¿Quién le pone los nombres a los sitios? ¿Y por qué? La toponimia en muchas ocasiones no es más que un reflejo de la Historia. No necesariamente de la Historia del lugar, eso sí. Las Islas Salomón se llaman así porque Álvaro de Mendaña, el español que les dio su actual nombre, estaba convencido de que eran ricas como el viejo personaje bíblico. Canadá, según el investigador de la Universidad de Vermont Juan Francisco Maura, tiene su origen en la palabra española Cañada, como el estado de Montana lo tiene en la palabra Montaña. Más de veinte países, entre otros Filipinas, Colombia, las Islas Marshall, China o Kiribati, deben su nombre a una persona concreta (en los casos citados anteriormente, Felipe II, Cristóbal Colón, John Marshall, el emperador Quin y Thomas Gilbert). Siempre, o casi siempre, hay un por qué para el nombre de los lugares. Puede tratarse, como en el famoso caso de los lagos «Another Lake» y «And Another Lake», de puro aburrimiento topográfico, o, como sucede con las islas Árticas o algunos estados de Australia, homenaje o peloteo a patrocinadores y mandatarios. A veces, sin embargo, el nombre de un lugar despierta asociaciones mentales que pueden tener o no que ver con la realidad física del territorio al que nombra. Son lugares en los mapas que nos inspiran sentimientos, bien porque los asociamos con productos culturales o leyendas (Tombuctú, Samarkanda) o, simplemente porque el nombre es la expresión de un sentimiento. Los lugares que hoy vamos a visitar se caracterizan por su toponimia alicaída, deprimente, afligida o contrita. También visitaremos lugares con nombres oscuros, siniestros o infaustos. Porque la geografía también puede ser inquietante. Seguir leyendo

Mi patria chica es un continente. Las entidades subnacionales más grandes de la Tierra

Todos sabemos que el país más grande del mundo es la Unión Soviética, o lo sabíamos hasta que Gorbachov trajo esa cosa rara de la Perestroika y la cosa se le fue de las manos. El heredero principal de aquel imperio, la Federación Rusa, es el Estado independiente más grande del mundo, con una superficie que casi dobla a los dos siguientes (Canadá y Estados Unidos, o China, según se cuenten o no algunas reclamaciones territoriales chinas). Pero salvo el caso Vaticano, todos los estados independientes tienen su organización territorial, grande o pequeña (en el caso de Nauru o San Marino más bien lo segundo), y en algunos casos las provincias o territorios que suponen el primer nivel de la división administrativa de un país son mucho más grandes que la mayoría de los países del mundo. Y de eso va la entrada de hoy.

satellite-image-of-greenl-006

Seguir leyendo

Los quince territorios más despoblados de la Tierra

En algún momento de los últimos meses la Tierra alcanzó los siete mil millones de habitantes, una cifra que multiplica más o menos por cuatro la que había cuando se hundió el Titanic, y por dos la cifra de de 1970. El planeta se llena y va a seguir haciéndolo en las próximas décadas, pero la distribución de la población no es ni remotamente equitativa por la superficie terrestre. Hay zonas donde es imposible dar un paso sin pisar a alguien (pongamos las piscinas públicas de Tokio o el Metro de Barcelona) y territorios donde podrías caminar semanas sin ver una sola persona. Territorios vacíos, o casi, zonas vírgenes, desoladas, completamente ajenas al trajín humano. El paraíso para cualquier misántropo. Hoy, en Fronteras, los territorios más despoblados del planeta Tierra.

No, si mal no se vive, lo malo es cuando me quedo sin tabaco o tengo que ir a pedirle sal al vecino

Seguir leyendo

Las carreteras más solitarias de la Tierra (segunda parte)

Para leer la primera parte, pincha aquí.

5.- La carretera Transamazónica, Brasil. Canadá tiene su Norte, Australia su Outback y Brasil (que es el quinto país más grande del mundo), su Amazonas. La Rodovía Transamazónica, su nombre en portugués, discurre desde la ciudad de Joao Pessoa, en la costa brasileira, hasta el pueblo de Lábrea, en las profundidades del gigantesco estado de Amazonas, a lo largo de más de cuatro mil kilómetros de asfalto, barro y  jungla. Ideada en los años setenta como una carretera completamente asfaltada, los enormes costes de construcción y lo remoto de su trazado llevaron a abandonar la idea original y a construir la BR-230 (su nombre oficial) en forma de camino de tierra en casi toda su extensión. Posteriormente gran parte de ella ha sido pavimentada, y actualmente hay tramos de cientos de kilómetros en proceso de conversión en carretera asfaltada. Algunos de los estados que recorre (Amazonas, Pará, Tocantins) se encuentran entre los menos densamente poblados de Brasil, por lo que se encuentran franjas de carretera de cientos de kilómetros sin apenas pueblos o infraestructuras, sólo selva. La parte final de la vía (los últimos mil y pico kilómetros) permanece totalmente sin asfaltar, lo que dificulta o incluso impide la circulación en la época de lluvias (de octubre a marzo) y convierte la carretera en un circuito de resistencia plagado de baches, hoyos y agujeros capaz de desguazar los amortiguadores de cualquier vehículo. La carretera se completará con un último tramo hasta de casi mil kilómetros hasta el pueblo de Benjamin Constant, en la frontera con Perú.

transamazonicabr

Seguir leyendo

Una mesa de billar en dos países

Dundee es un pueblo de la provincia canadiense de Quebec, situado justo al norte de Fort Covington, localidad que pertenece al Estado de Nueva York. Entre los dos suman apenas dos mil habitantes. Justo entre ambos se levanta el Taillon’s International Hotel, también conocido como Halfway House, quizá por estar a medio camino entre el Polo Norte y el Ecuador, justo sobre el paralelo 45 Norte. Lo cierto es que el edificio está atravesado de parte a parte por la frontera entre Estados Unidos y Canadá y los propietarios, conscientes de ello, decidieron hacerlo patente en el bar y salón de baile del hotel. Así fue como se podía empezar una jugada de billar en Canadá y terminarla en Estados Unidos.

Dundee2

Un hombre juega al billar con un pie en Canadá y otro en Estados Unidos, en 1983. © Corbis. Según cuentan, era normal, a principios de los setenta, jugar al pinball (la máquina del millón) con un pie en cada país. Niños y fronteras, nunca cambiarán…

Seguir leyendo

Tienes todo el campo del mundo para correr (o mi pueblo es más grande que tu país)

¿Cuál es la ciudad más grande del mundo? Depende de lo que entendamos por grande y por ciudad. El municipio con más habitantes es Shangai, aunque el área metropolitana más poblada es la de Tokio, con 32 millones de habitantes. Ahora bien, reformulemos la pregunta: ¿cuál es la ciudad, municipio o pueblo más extenso del mundo? Dentro de lo complicado que resulta definir qué es un municipio, en Fronteras nos hemos tomado la molestia de reunir a los mayores municipios del planeta y ponerlos unos junto a otros. Y, la verdad, es que hay pueblos verdaderamente inmensos, lugares donde ir al pueblo de al lado supone casi tanto recorrido como ir al continente de al lado; municipios tan grandes como países (y no precisamente como San Marino) y, en general, lugares absolutamente desconocidos, desmesuradamente enormes y, en ocasiones, completamente vacíos. Con todos ustedes, los pueblos más absurdamente grandes del planeta.

citylimits

Los límites administrativos de una población no suelen coincidir con el final de la zona urbanizada (afortunadamente). Sin embargo hay casos extremos en los que el límite del término municipal se encuentra a decenas o incluso centenares de kilómetros del pueblo propiamente dicho.

Seguir leyendo

Cuando cruzar la calle te puede llevar a la cárcel

Los más veteranos lectores de Fronteras recordarán el caso de Rock Island y Derby Line, un par de pueblos situados en  la provincia canadiense de Quebec y en el estado norteamericano de Vermont, respectivamente. Se trata de dos pueblos pegados a la frontera y construidos en parte sobre ella, existiendo viviendas particulares y edificios públicos partidos por el paralelo 45 Norte, la raya invisible que decreta dónde empieza Canadá y acaba Estados Unidos, o viceversa. Entre ambos países no existe un tratado de libre circulación como el que disfrutamos en la Unión Europea, y que hace tan fácil la vida a los habitantes de las zonas fronterizas y a los viajeros insensatos. Durante décadas el sentido común permitió que los habitantes de ambos pueblos hicieran vida normal, pero la paranoia post-11 de septiembre ha convertido el sentido común en el menos común de los sentidos, en cuanto a las zonas fronterizas norteamericanas se refiere.

La frontera entre EE.UU. y Canadá (y entre Stanstead y Derby Line)  junto a la Biblioteca Haskell, el único edificio público dividido de América del Norte. © pegase1972

Seguir leyendo

Ciudades divididas: Rock Island/Derby Line

Canada 2La frontera entre Estados Unidos y Canadá se comenzó a trazar en el tratado de París de 1783, que puso fin a la Guerra de Independencia de los EE.UU. Entonces Estados Unidos estaba formado por trece estados, mientras que Canadá era la Norteamérica Británica, una parte del imperio. El tratado de Jay, de 1794, sirvió entre otras cosas para crear una comisión bilateral que trazara la frontera entre los Grandes Lagos y las Montañas Rocosas. En 1818, mediante la Convención de Londres, se acordó que el paralelo 49 norte sería el límite septentrional de EE.UU. y el meridional de la colonia británica.

La expansión hacia el Oeste tanto de los Estados Unidos como de la Provincia de Canadá propició nuevas disputas fronterizas. La disputa fronteriza de 1844 sobre el Territorio de Oregón (del que formaban parte los actuales estados de Oregón y Washington, además de una gran parte de la Columbia Británica) se resolvió finalmente prolongando la frontera a lo largo del paralelo 49 hasta el Pacífico, con la excepción de la isla de Vancouver, que fue íntegramente para Canadá.

Paralelo 49 norte (click para ampliar)

Frontera entre Canadá y EE.UU. a lo largo del paralelo 49 (click para ampliar). El tratado fronterizo entre ambos países señala que debe haber una zona libre de vegetación de seis metros de ancho a cada lado de la frontera. Para mantener limpia la zona se destina un presupuesto anual de 14 millones de dólares por país.

Seguir leyendo