La temperatura más baja jamás registrada en la superficie del planeta Tierra fue de casi noventa grados bajo cero, en los alrededores de la entonces base soviética (ahora rusa) de Vostok. Concretamente fueron 89,2º negativos, una temperatura poco menos que incompatible con la vida. Hay otros dos lugares conocidos donde la temperatura ha bajado de ochenta grados bajo cero; uno es el Polo Sur, que alcanzó los 82,8º negativos, y el Domo Argus, una meseta en lo alto de una descomunal masa de hielo de cuatro kilómetros de altura donde en 2005 se midieron 82,5º bajo cero. Estos puntos son los conocidos como «polo del frío» del hemisferio sur. Aún existiendo estaciones científicas, estos sitios no dejan de ser lugares deshabitados. Sin embargo, en el hemisferio norte encontramos lugares donde sí vive gente y cuyas temperaturas invernales rivalizan en gelidez con las de las estaciones antárticas.
La base Vostok, un sitio fresquito.