Pandemia. Cuando volvieron las viejas fronteras y aparecieron otras nuevas

Toda frontera es por definición arbitraria y en general supone una agresión al territorio donde se encuentra, un hachazo que divide el mundo en «nosotros» y «ellos». Son necesarias y lo seguirán siendo mucho tiempo, pero no dejan de ser molestas. La pandemia provocada por el Covid-19 provocó el regreso de las fronteras internas de la Comunidad Europea, algo que no sucedía a esta escala desde mediados de los 90. Un cuarto de siglo de relajación fronteriza había propiciado una serie de facilidades limítrofes que desaparecieron de la noche a la mañana, dejando un reguero de multas, ciudadanos enfadados e historias curiosas. Repasemos algunas

Frontera francoespañola en Irún, cerrada por la crisis del Coronavirus (cortesía de Itziar Sistiaga y Virginia Gil)

Seguir leyendo

Pasear por todo el pueblo en cinco minutos: los municipios más pequeños de España

Mañana, 2 de mayo, entra en vigor la primera fase del desconfinamiento en España. Según las normas que el gobierno anunció ayer en rueda de prensa, se podrá salir a hacer deporte entre las 6 y las 10 de la mañana, y también entre las 20 y las 23 horas, pero siempre, atención, dentro de los límites del municipio. Para un madrileño o un barcelonés la medida es perfecta, no digamos para un cacereño o un lorquino, con municipios que sobrepasan de largo el millar de kilómetros cuadrados, pero si nos vamos al extremo opuesto encontraremos casos que, de atenernos a la ley (en el mundo real es de esperar cierta flexibilidad) no podrían salir a correr más allá de unas pocas decenas de metros desde sus casas. Repasemos la lista de los pueblos españoles con menos de un kilómetro cuadrado:

15.- Puente del Arzobispo (Toledo) Palmera (Valencia): 0,98 km2

La primera pregunta que uno se hace ante municipios más pequeños que algunas manzanas del Ensanche barcelonés es la que Mourinho se hacía ante la UEFA: ¿Por qué? En algunos casos la respuesta es simple. Puente del Arzobispo existe porque un Arzobispo mandó construir un puente, y quiso que las obras fueran supervisadas desde una villa, así que segregó un trocito de Alcolea de Tajo para concederle esas tierras al nuevo municipio, que cuenta hoy con más de 1.200 habitantes. En el caso de Palmera, la época islámica dejó microseñoríos aquí y allá que hoy son municipios minúsculos. Sólo en la comarca de La Safor, a la que pertenece Palmera, hay 13 municipios por debajo de los 4 km2, de los que Palmera ni siquiera es el más pequeño. Ni el segundo.

Puente del Arzobispo, una mota en el mapa pegada a Extremadura

Seguir leyendo

Martelange, el pueblo de las gasolineras

La Ruta Nacional 4 de Bélgica fue durante décadas la única carretera que unía Bruselas con las Ardenas, y por ende con la provincia de Luxemburgo y el país independiente homónimo. El camino fue roturado por los neerlandeses antes de la Revolución Belga, allá por los años 20 del siglo XIX, y hasta los años setenta fue la principal vía de comunicación de la región de Valonia. La mayor parte de la carretera es una típica autovía con dos carriles por sentido, pero en algunos pueblos queda reducida a la categoría de lo que en España llamamos carretera general, cruzando el centro del pueblo como si de la calle mayor se tratara. En la travesía de Martelange, una localidad de poco más de 1.800 habitantes situada a un par de horas en coche de la capital y a apenas 20 km de Bastoña, se produce un fenómeno curioso en la carretera. A lo largo de un kilómetro se suceden las gasolineras, la siguiente pegada a la anterior, sin solución de continuidad. Pero sólo en uno de los costados de la carretera, en el otro una sucesión de anodinas casas de dos pisos con tejado de pizarra a dos aguas alojan a algunos de los habitantes del pueblo. ¿Por qué esta proliferación de estaciones de servicio? Porque la cuneta de la carretera es una frontera internacional.

Martelange 1
Gasolineras en Margelange (Reddit). La carretera y los edificios de la derecha son belgas. La «Maison Rouge» y todo lo que hay en su lado de la carretera es luxemburgués.

Seguir leyendo

Cuando la ficción precede a la realidad: Los puentes de los billetes de Euro

Cuando a finales de los noventa se diseñaron los billetes de Euro se decidió que no contendrían símbolos de ningún país concreto más allá del mapa de la Eurozona que todos contienen. Había sólo siete billetes y la Eurozona la formaban doce países (ahora son diecinueve) y el EMI (el organismo antecesor del Banco Central Europeo) no quiso favorecer a ninguno de los miembros. Se decidió ilustrar el anverso de los billetes con una obra arquitectónica ficticia, una serie de puentes que representaran la evolución artística de Europa. Pero eran puentes imaginarios, no existían. Hasta que en 2013, existieron.

Seguir leyendo

Esperanza y luz en la cima de la montaña más fotografiada de Europa

En la frontera entre Suiza e Italia está el Monte Cervino, conocido a menudo por su nombre en alemán: Matterhorn. Con casi 4.500 metros de alto, su silueta piramidal destaca tanto sobre el resto de la cordillera alpina y resulta tan fotogénica que los suizos lo consideran uno de sus símbolos nacionales. A sus pies se encuentra el pueblo de Zermatt, un paraíso para esquiadores y montañeros, que estos días ha decidido promocionarse de una manera muy especial: convirtiendo la cima del Matterhorn en una pantalla de proyección que difunda esperanza al mundo.

Un proyector ilumina la cima del Matterhorn, en Suiza, con la palabra "Esperanza" (#Hope)
#Esperanza, el mensaje proyectado en el Monte Cervino el pasado 6 de abril (© Gabriel Perren)

Seguir leyendo

Vieja Zelanda, Vieja York y otros Viejos de los Nuevos

Hace unos años instalamos un mapamundi con dibujitos en la pared del cuarto de mi hijo mayor. Sobre cada país aparece su bandera y, si cabe, algún monumento típico. La Torre Eiffel, la Sagrada Familia, un guardia montado del Canadá, cosas así. Un buen día Diego Jr. me hizo la pregunta que todo padre teme: «Papá, si hay una Nueva Zelanda, ¿dónde está la vieja?». Y eso es lo que vamos a ver hoy.

Vieja Zelanda

El primer nombre europeo para Nueva Zelanda fue «Staates Land»; se lo puso en 1642 el holandés Abel Tasman, a quién recordarán de otras islas australes como Tasmania, y homenajea al Parlamento Neerlandés. Los cartógrafos que dibujaron los primeros mapas de las islas unos pocos años más tarade, sin embargo, escogieron el nombre de Nueva Zelanda en homenaje a la provincia de Zelanda, una de las doce que hoy componen el país.

Mapa de la provincia de Zelanda, al suroeste de los Países Bajos

Seguir leyendo

Una historia de amor, fronteras y Coronavirus

Inga Rasmussen y Karsten Hansen se conocieron hace un par de años en un viaje para la tercera edad. Ella es danesa, tiene 85 años y vive en Gallehus, a siete kilómetros de la frontera con Alemania. Él, claro, es alemán, cuenta ya 89 tacos de calendario y también vive a siete kilómetros de la frontera, pero del otro lado, en el pueblo de Süderlügum. Desde que se conocieron han pasado muchas horas juntos, han hecho más viajes y han procurado verse a diario. Y entonces llegó el Coronavirus.

Pareja de ancianos se encuentra en frontera germano-danesa

Seguir leyendo

Volveremos a volar – Las impresionantes fotos de aviones almacenados alrededor del mundo

El puñetero bicho que tiene a un par de miles de millones de personas confinadas en su casa ha tenido una serie de efectos colaterales que marcarán la década de los veinte hasta extremos que aún no somos capaces de imaginar. Uno de esos efectos es el absoluto desplome del tráfico aéreo en todo el mundo, con compañías gigantes dejando en tierra toda o casi toda su flota. Un día cualquiera de diciembre de 2019 había en cada momento veinte o treinta mil aviones en el aire; la inmensa mayoría de ellos (casi todos los de pasajeros) están ahora abarrotando aeropuertos de todo el mundo, esperando a que escampe, dejándonos imágenes tan espectaculares como inquietantes. Pero nos queda la esperanza: volverán a volar, volveremos a subirnos a un avión, y el mundo volverá a hacerse pequeño.

Aviones de British Airways en el aeropuerto de Bournemouth, en Inglaterra

Seguir leyendo

Melatenwiese, la frontera trazada por una enfermedad

El post de hoy es obra de Coke González, nuestro hombre en Andorra, veteranísimo lector de esta bitácora y único amigo del autor que tiene su propia página en la Wikipedia. 

La lepra. Sí: la misma que, según datos de la Organización Mundial de la Salud, continúa presente en más de 400 mil personas en pleno siglo XXI y que incluso mantiene vigentes centros para su tratamiento en catorce países. Esa enfermedad que hoy parece tan distante para aquello que llaman “Occidente” es la misma que, en tiempos pretéritos, llegó a tener determinación geopolítica. Aunque sea por poquito.

En fechas como estas parece masoquista -incluso sacrílego- comenzar a plantear temas en relación a enfermedades masivas, sobre todo en nobles espacios de reflexión y debate como este blog  que nos cobija. Pero no quería seguir achurando mi dedo índice dándole “like” a un sinfín de publicaciones en las redes sociales y preferí sortear el tedioso encierro afandándome en escudriñar sobre una disfuncionalidad fronteriza, de ésas que llenan nuestra vida de solaz, que hace tiempo tenía pendiente.

Y todo por culpa de esta bendita bitácora digital llamada Fronteras, que hace muchas barbas me permitía conocer el Dreilandenpunkt, situado en el monte Vaals de los Países Bajos, y que en un artículo publicado hace ocho años en el blog del lado tildé como “el padre de todos los hitos tripartitos”. Ya que, en cierta ocasión, el magnate que ostenta este blog narró sus peripecias sobre la nieve para llegar al trifinio entre Países Bajos, Alemania y Bélgica, pues sonaba muy interesante explorar lo que hay alrededor del hito. Y no me refiero solamente al jardín laberinto en el lado neerlandés, a la Torre Balduino en dominio belga o a la pista para bicicletas de montaña que ofrece el territorio alemán. De hecho, en tierras germanas nos quedamos.

Seguir leyendo

De cómo el Coronavirus provocó el vuelo comercial más largo del mundo

No hace falta explicar que la crisis del Covid-19 es un hecho histórico que probablemente marcará de forma profunda la práctica totalidad de nuestras vidas los próximos años, o décadas. Desde la política internacional hasta la economía pasando por las relaciones interpersonales todo cuanto conocemos va a cambiar, no necesariamente para bien. Pero si hay algún sector donde el Coronavirus ha provocado una hecatombe sin precedentes ese es el de la aviación de pasajeros. La mayor parte de las aerolíneas ha reducido su número de vuelos entre un 70% y un 90%, mientras que otras han ido más allá y han suspendido la totalidad de sus operaciones. Entre ellas, por ejemplo, titanes de la talla de Ryanair o Emirates. En España el tráfico aéreo se ha reducido un 89% respecto a las mismas fechas del año pasado, y la situación a nivel mundial es tan atroz que a las aerolíneas les cuesta encontrar sitio para almacenar sus aviones esperando tiempos mejores. De este apocalipsis aéreo lo único que podemos rescatar, el clavo ardiendo al que agarrarnos, es la aparición, completamente inesperada, del vuelo más largo del mundo.

Lufthansa Naranja
Decenas de aviones de fuselaje ancho de Lufthansa (Airbus 330 y 340) esperan almacenados en las pistas de rodaje del aeropuerto de Fráncfort, el 23 de marzo (Sybille Petersen / Airliners)

Seguir leyendo