Una odisea en Transnistria

[S]algo de Moldavia y enfilo hacia Transnistria. Los del otro lado, que están a escasos 15 metros, ya me esperaban hacía rato…

En la primera garita me salen al paso los militares con los fusiles en ristre, me dan el alto y me hacen pasar adentro, y un oficial en aceptable inglés me dice que tenemos un problema pues quiero entrar a su país sin tener ningún visado (¡no te fastidia el notas, como voy a tener visado si no hay embajadas en ningún país!), y que tendré que darme la vuelta otra vez a Moldavia e ir hacia Odessa mediante un rodeo de más de quinientos kilómetros hacia el norte. Yo me doy cuenta que es imposible volver a Moldavia porque el policía moldavo al que acabo de sobornar seguro que ahora ya no me deja entrar sin quedarse mis antinieblas (que te apuestas a que están compinchados …). El oficial me explica el tema de Transnistria, y al final me dice que si “colaboro con la causa” tal vez podamos arreglarlo. O sea que se adjunta 10 euros más de soborno y me deja entrar propiamente en la frontera sin visado. Luego me di cuenta que éste si que me había timado porque resulta que los visados en realidad se expedían en la oficina que había más adelante…

Llego a la oficina de control de documentos y delante de mí hay unos chicos de Londres que vienen de hacer el Rallie Transmongolia con un pequeño coche. Entablamos conversación y lo que a mi me han hecho los moldavos con los antinieblas, a ellos se lo han hecho con los walkie-talkies. Nos queda claro que al no ser una frontera oficial aquello es un nido de ratas que viven de los sobornos inventando prohibiciones injustificadas.

Una moto española en Tiraspol, Transnistria.

El resto en una apasionante crónica de viaje realizada por Cuco, un catalán que a lo largo de 37 días se fue hasta Georgia y Azerbayán y volvió, a lomos de la Pantera Negra, su moto. En su blog (Cuco Desafío 08), que me estoy leyendo poco a poco, cuenta todo el viaje por etapas. Es muy interesante la primera parte, en la que cuenta los preparativos necesarios, y lugares a evitar (muchos de ellos, fronterizos).

Ruta del Cuco Desafío 2008 (click para ampliar).

Sección Remember: Transnistria, hace nueve meses en Fronteras.

Más cosas: Transnistria, el agujero negro de Europa (en inglés), un documental en cuatro partes sobre la última y siniestra República Soviética.

Por último: Lugares que no existen: Transnistria (tres partes: 1, 2 y 3), de la serie Vacaciones en la zona de peligro (también en inglés).

8 respuestas a “Una odisea en Transnistria

  1. martin 13-octubre-2008 / 6:01 pm

    Que miedo da ver escudos con la hoz y el Martillo y que no sea en viejos posters, sino por la calle…

  2. potemkin 12-julio-2009 / 7:52 pm

    Yo atravesé en marzo de 2009 la frontero moldavo-transnistria y no tuve ningún problema ni tuve que pagar nada. Llegamos en una «marshrutka» (especie de minibús-caravana muy habitual en los países ex-URSS) que hacía el recorrido Chisinau-Tiraspol. Mis amigos y yo éramos los únicos que no éramos moldavos ni transnistrios, así que nos hicieron bajar para rellenar unos papeles y responder a las típicas preguntas (propósito del viaje, recorrido…). En ningún momento los militares, por muy rusos que fueran y muchas hoces y martillos que llevaran en el uniforme, nos trataron mal, mantuvieron siempre una actitud respetuosa, intentaban hacerse entender en un inglés precario y por supuesto no hizo falta ningún soborno ni pago de visado. Los trámites duraron una hora y media, lo que hizo que nuestro minibús tuviera que esperar por nosotros. La gente local fue muy amable con nosotros en todo momento, y por cierto tanto los moldavos como los transnistrios pasaban la frontera sin ningún problema en uno y otro sentido. En Tiraspol hubo que hacer un pequeño papeleo, no recuerdo muy bien qué era exactamente, pero era gratuito y no daba ningún problema.

    Yo llegué esperando ver un lugar desquiciado, corrupto, militarizado, cerrado y hostil, alertado por cosas que había leído, sin saber siquiera si íbamos a poder pasar la frontera, y todo me sorprendió por lo contrario, una total normalidad más allá de lo friki que obviamente es el sitio y de que haya embajadas de Abjasia y Osetia. El paso de la frontera como cuento fue relativamente normal, y una vez en Tiraspol la gente era abierta y hospitalaria, como en todos esos lugares del entorno soviético donde notas que están sorprendidos de que les haya visitado alguien. Eso sí, bonito, lo que se dice bonito, no era.

    A modo de anécdota, mis amigos y yo dormimos en el suelo de la sala de espera de la estación de tren, extendiendo esterillas, sacos, comida y cervezas, y la chica policía que vigilaba la estación, que por cierto tenía una hoz y un martillo en la gorra, se acercó a hablar con nosotros y estuvimos un rato de colegueo. Dudo que en la estación de, pongamos por caso, Atocha en Madrid o Austerlitz en París, se pudiera producir nunca escena semejante.

    No debemos dejarnos llevar por prejuicios ante lugares que tienen una situación política extraña o diferente. No niego que en Transnistria muchas cosas sean un desastre y se violen los derechos humanos (como por desgracia pasa también en muchos países «occidentalizados»), pero a nivel de calle la gente y la vida diaria son bastante más normales de lo que creemos.

    Y por cierto, enhorabuena por el magnífico blog, lo descubrí hace dos días y lo estoy devorando…

  3. gadavid 9-septiembre-2009 / 5:31 pm

    Y que pasa si alguien pota a lo bestia en la frontera entre Transnistria y Moldavia?

  4. despenao 10-septiembre-2009 / 12:59 pm

    no sé por qué, pero esas dos historias me suenan bastante!

    un «pais» curioso! meencanta!

  5. prestoeceb 1-septiembre-2012 / 11:11 pm

    Muy interesante relato y muy buen blog.
    P.D. : El comentario de gadavid me ha matado de risa.

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