Es una creencia común que el desierto más grande del mundo es el del Sáhara. En realidad el honor le corresponde al Desierto Antártico, que cubre la práctica totalidad del continente, y aventaja en más de tres millones de kilómetros cuadrados al desierto norteafricano. Pese a ello, el desierto del Sáhara es verdaderamente enorme, pues cubre una extensión de más de nueve millones de kilómetros cuadrados, más o menos la superficie de Estados Unidos o China. La palabra Sáhara proviene del árabe صَحراء, que se lee aproximadamente ṣaḥrā, y es el vocablo que designa el desierto. A su vez, la expresión árabe proviene de la palabra Teneré, que en las lenguas Tuareg también significa desierto.
Teneré es también una región desértica africana situada mayoritariamente en Níger, aunque se considera que cubre una extensión de unos 400.000 km² que va desde el sur de Argelia hasta el lago Chad. Otra de las creencias populares erróneas sobre el Sáhara es que básicamente consiste en una infinita extensión de arena y dunas como las de la fotografía. En realidad, tres cuartas partes del desierto están formadas por grava, no por arena. Y ese es el caso de la región nigerina (no confundir con nigeriana) de Teneré.