Fronteras

La unificación del calendario (o, dicho de otro modo, la adopción generalizada del calendario gregoriano) fue un proceso histórico de siglos de duración, que comenzó en Europa en el siglo XVI y acabó tres siglos y medio más tarde. Antes de que el calendario actual se extendiera por todo el mundo, decenas de formas diferentes de contar el tiempo convivían en todos los continentes, muchas de las cuales siguen en uso en mayor o menor medida. La unificación del tiempo tuvo una serie de consecuencias de lo más variada, pero hoy vamos a hablar de una de ellas: los días que desaparecieron.

Los orígenes del calendario gregoriano se remontan a la reforma que Julio César realizó del calendario romano en el año 706 de la era romana, que equivale al 46 antes de nuestra era. Por entonces el calendario oficial en el Imperio constaba ya de doce meses, pero únicamente de 355 días, lo que generaba un desfase obvio entre las duraciones del año civil y el año solar. Para remediarlo, cada cuatro años se añadían dos meses de 22 y 23 días, llamados intercalares o mercedonios. Como aquello era un sindiós se mirara por donde se mirara, Julio César, asesorado por astrónomos egipcios (donde ya usaban desde hacía unos pocos milenios un calendario solar) reformó el calendario romano para ajustarlo lo más posible a la duración real del año. Nació así el calendario juliano, con sus 365 días y sus años bisiestos de 366 cada cuatro años, que sería el que usaría casi toda Europa durante más de milenio y medio.

El calendario juliano tenía un pequeño desajuste. Consideraba la duración de un año como de 365 días y seis horas, de ahí que cada cuatro años esas seis horas se sumaran para formar un nuevo día (que entonces ya era el 29 de febrero). Pero el año solar real dura ligeramente menos (unos 11 minutos y 15 segundos menos), algo que carece de importancia en el espacio de tiempo que una o dos generaciones pasan sobre la faz de la tierra, pero que en una escala de milenios acababa sumando algo menos de un día de desfase por cada siglo transcurrido desde la reforma. Así, allá por 1578 un informe realizado por astrónomos de la Universidad de Salamanca fue enviado a Roma. En él se indicaba este desfase (diez días, por entonces) y también la manera de corregirlo. En primer lugar cambiar la frecuencia de los años bisiestos, de manera que los años múltiplos de cien no fueran tales (exceptuando los que fueran múltiplos de 400, como el 1600 o el 2000). Y después la más radical de las reformas: eliminar diez días del calendario. Así pues, el 24 de febrero de 1582 el papa Gregorio XIII (de quien toma su nombre el calendario gregoriano) dictó la bula Inter Gravissimas, que estableció que al 4 de octubre de ese año no le seguiría el día 5, sino el día 15.

Representación del mes de octubre de 1582, el más corto de los últimos veinte siglos

La adopción del calendario gregoriano, como cabe imaginar, no fue inmediata en todas partes. De hecho, fue minoritaria en sus inicios. Los estados católicos europeos la adoptaron en la fecha indicada por el papa o poco después. España y Portugal, junto con Nápoles y otras dominios españoles en Europa se sumaron al cambio desde el principio, al igual que la República de las Dos Naciones o los Estados Pontificios. Francia hizo el cambio en diciembre, y con ella sus posesiones en América del Norte (al 9 de diciembre le siguió el 20 del mismo mes). Más traumático debió ser el cambio en los actuales Países Bajos y Bélgica, donde el cambio se llevó a cabo del 17 al 21 de diciembre de ese año (que supuso que en 1582 no existiera el día de Navidad). Un par de años más tarde toda la Europa católica había omitido diez días en su calendario, y le llegó el turno a las colonias de Ultramar españolas, como México o Filipinas.

Una de las primeras impresiones del calendario gregoriano, del mismo 1582

Los países anglosajones tardaron casi dos siglos en cambiar de calendario (para entonces ya se había sumado un día más de desfase, el correspondiente al 29 de febrero que 1700, que no había existido en la Europa Gregoriana pero sí en la Juliana). Inglaterra y sus colonias realizaron el cambio en 1752: al 2 de septiembre le siguió el 14 del mismo mes. Además introdujeron un cambio aún más radical: el primer día del año se trasladó del 25 de marzo al 1 de enero, como ya se hacía en el resto de Europa. Es decir, el año 1752 tuvo únicamente nueve meses y seis días de duración en Inglaterra y sus colonias. Esto implicó el uso durante décadas de las notaciones OS (old style) y NS (new style) para referirse a fechas anteriores o posteriores al cambio. Así, George Washington, el primer presidente de Estados Unidos, nació el 11 de febrero de 1731 según el calendario en uso en su época (old style), pero actualmente se considera que nació el 22 de febrero de 1732.

Es vox populi que Miguel de Cervantes y William Shakespeare murieron el mismo día: el 23 de abril de 1616; como también es sobradamente conocido, en realidad el inglés murió 10 días más tarde, al estar regida Inglaterra entonces por el calendario juliano. En la Europa católica, Shakespeare murió el 3 de mayo de 1616.

La reforma de Julio César todavía seguiría en uso como calendario civil durante aproximadamente un siglo y medio más. Alaska haría el cambio en 1867 para adaptarse al calendario de Estados Unidos, país que había comprado el territorio a Rusia. En su caso hubo una salvedad bastante curiosa. Todos los cambios que hemos comentado respetaron el día de la semana fuera cual fuera el número de días que se omitieran del calendario. Es decir, al jueves le seguía un viernes o al domingo un lunes, aunque la fecha hubiera saltado diez, once o doce días. Pero en Alaska se produjo además un salto en la línea internacional de cambio de fecha, que hasta el momento del traspaso de soberanía coincidía con la frontera entre Alaska y lo que hoy es Canadá, y que después del cambio se movió hasta cruzar entre las Islas Diómedes. Alaska pasó de estar en el huso horario GMT + 14 a estar en el GMT -9. De manera que Alaska se saltó once días en vez de los doce que le correspondían, y al viernes 6 de octubre de 1867 le siguió el viernes 18 de octubre. La semana de ocho días.

La Rusia Americana, o la América Rusa. La Línea Internacional de Cambio de Fecha no existía como concepto jurídico aún (quedaban casi veinte años para la Conferencia del Meridiano), pero ya era de uso habitual en los atlas de la época. 

Gran parte de Europa Oriental no realizó el cambio hasta bien entrado el siglo XX. Albania omitió de su calendario trece días de diciembre de 1912 (el 29 de febrero de 1900, inexistente en la Europa gregoriana, había sumado otro día más de desfase en las zonas regidas por el calendario juliano). La URSS, junto con Estonia, realizó el cambio en 1918, al pasar del 31 de enero al 14 de febrero. La revolución de octubre en realidad había sido en noviembre según el calendario gregoriano. Rumanía pasó del 31 de marzo de 1919 al 14 de abril, y el último estado europeo en realizar el cambio fue Grecia, en una fecha tan tardía como 1923: al 15 de febrero le siguió el 1 de marzo.

Tumba de Thomas Jefferson en Charlottesville, Virginia (clic en la imagen para ampliar). En la parte inferior del monumento se lee «Born April 2 1743 O.S.», en referencia al calendario juliano. Según el gregoriano, nació el 13 de abril de 1743. 

Además de los días que desaparecieron debido a la desaparición del Calendario Juliano en beneficio del Gregoriano, ha habido otros casos de días borrados del calendario, todos ellos debidos al salto de un lado al otro de la Línea Internacional de Cambio de Fecha.

Filipinas: 31 de diciembre de 1844

Como parte del imperio colonial español, las Islas Filipinas llevaban a cabo la mayor parte de sus relaciones comerciales a través del puerto mexicano de Acapulco durante los siglos en los que México era también parte del mismo imperio. En 1821 México se independizó de España y el interés comercial filipino viró hacia el oeste, centrándose en China, las Indias Holandesas y otros países de la zona. Para simplificar las cosas, las autoridades del archipiélago decidieron situarse en el mismo día que sus principales socios comerciales, así que decidieron que el último día de 1844 sería el 30 de diciembre. Sin embargo, esa decisión pasó desapercibida en la mayor parte de occidente hasta casi medio siglo después, y todavía en 1888 se podían encontrar atlas donde la línea de cambio de fecha se situaba al oeste de las Filipinas.

Línea internacional de cambio de fecha según un atlas alemán (Meyers Konversations-Lexikon) de 1888, situada incorrectamente al oeste de Filipinas. 

Kwajalein, Islas Marshall: 21 de agosto de 1993

El atolón de Kwajalein es uno de los 29 que forman las Islas Marshall. Consta de 97 islas e islotes, mayoritariamente deshabitados. Como la mayor parte de las Islas del Pacífico su soberanía pasó de España a Alemania a finales del siglo XIX, y posteriormente a Japón tras la derrota alemana en la I Guerra Mundial. Permanecería como parte del Imperio japonés hasta su derrota en la II Guerra Mundial, tras la que se formó el Terrotirio de las Islas del Pacífico, un fideicomiso de la ONU administrado por EE.UU., que incluía a las Marshall, Micronesia, Palaos y las Islas Marianas del Norte. Todos estos territorios usaban ya la fecha japonesa (es decir, estaban al oeste de la línea de cambio de fecha), pero el atolón de Kwajalein fue la excepción. Allí se estableció (y sigue establecida) una base militar de Estados Unidos, que por convención usaba la fecha de Hawái, el territorio norteamericano más próximo. Tras la independencia de las Islas Marshall en 1986 el país quedó dividido en dos días diferentes, estando Kwajalein situado una jornada completa por detrás del resto del país. En 1993 y a petición del gobierno marshalés, Estados Unidos aceptó cambiar la fecha del atolón (que a todos los efectos es un pedazo de EEUU, puesto que los propios marhaleses necesitan su permiso para vivir allí). Para ello se omitió el sábado 21 de agosto de 1993. Simultáneamente se cambió la semana laboral en el atolón, que ahora es de martes a sábado para coincidir con los lunes y viernes de Hawái.

Vista aérea de la guarnición estadounidense en Kwajalein (fuente)

Kiribati Oriental: 1 de enero de 1995

Como colonia británica, Kiribati siempre estuvo situado al oeste de la línea de cambio de fecha. Cuando se independizó del Reino Unido en 1979, le compró a Estados Unidos las Islas de la Línea y las Fénix, situadas al otro lado de la Línea. Durante 16 años Kiribati lidió con el problema de vivir permanentemente en dos días distintos, con lo que eso suponía (entre otras cosas, emitir por radio dos veces la misa, una por cada domingo, además de los problemas lógicos de comunicación gubernamental y comercial cuando solo coinciden cuatro días laborables cada semana). En 1994 se tomó la decisión que los dos archipiélagos situados en el «mañana» respecto a Tarawa, la capital del país, se saltarían el 1 de enero de 1995 para situarse directamente en el huso horario UTC + 14, convirtiéndose así en los territorios que estrenan cada nuevo día (y cada nuevo año).

Ubicación de Kiritimati en el Océano Pacífico. Como se puede ver en el mapa, se encuentra en la misma longitud que Hawái, pero temporalmente está 24 horas por delante (25 en el invierno boreal)

Samoa y Tokelau: 30 de diciembre de 2011

las Islas de Samoa, actualmente divididas entre la nación independiente y la Samoa Americana, se situó al oeste de la Línea de Cambio de Fecha hasta 1892, cuando el rey Malietoa Laupepa, tras ser asesorado por comerciantes estadounidenses decidió adoptar la fecha de Estados Unidos y situar al país tres horas por detrás de California en lugar de cuatro horas por delante de Japón. Para ello repitieron el miércoles 4 de julio de 1892, disfrutando también, como Alaska un cuarto de siglo antes, de una semana de ocho días. 119 años después, el principal socio de la economía samoana no era ya Estados Unidos sino Australia. Hasta tal punto era así que en 2009 habían cambiado el sentido de circulación de los vehículos a motor, pasando a circular por la izquierda (como en Australia). En 2011 el gobierno samoano tomó la decisión de regresar al otro lado de la Línea Internacional de Cambio de Fecha para facilitar las relaciones comerciales y económicas con Australia. Para ello se decidió omitir del calendario el 30 de diciembre, algo que ya fue recogido y celebrado en este blog de ustedes por aquel entonces. Esto dejó a las dos Samoas, separadas por apenas unas decenas de kilómetros de mar, en dos días diferentes, y permite celebrar la nochevieja o el propio cumpleaños en dos días consecutivos con sólo tomar un vuelo de una hora.

La Samoa Americana y la Samoa independiente, que se llamó «Samoa Occidental» (Western Samoa) hasta 1997, cuando se cambió la constitución del país. Entre los puntos más cercanos de ambos países hay apenas 67 kilómetros de mar, y el vuelo entre Apia y Pago Pago apenas cubre 121 kilómetros. Sin embargo, viven permanentemente en dos días distintos, con 24 horas de diferencia. 

Por su parte Tokelau, minúscula dependencia neozelandesa a la que los lectores conocerán por ser poseedora del dominio geográfico con más páginas registradas del mundo (y de largo, además), depende enormente de Samoa para sus relaciones con el resto del planeta, puesto que de allí parte la única línea marítima que une el archipiélago con el resto del mundo. Por esa razón decidieron hacer exactamente el mismo cambio y en la misma fecha.

Fuentes y más info: ABC, La Brújula Verde, Wikipedia.

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