Es sabido que el actual presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, nació un 29 de febrero, concretamente el de 1972. Según la broma infantil, Sánchez cumpliría hoy doce años en vez de los 48 que legalmente tiene. Pero, ¿cuándo es el cumpleaños de alguien nacido el 29 de febrero? Pues, como diría un gallego, depende. Sobre todo depende del país donde hayas nacido. En España los nacidos en esa fecha cumplen años oficialmente el 28 de febrero, es decir, Pedro Sánchez se convirtió en mayor de edad la medianoche del 27 al 28 de febrero de 1990. Sucede lo mismo en Taiwán, Australia o Nueva Zelanda, mientras que en China, Alemania, el Reino Unido o Estados Unidos los leapers (por leap year, el nombre en inglés del año bisiesto) celebran su aniversario el 1 de marzo los años en los que no hay 29 de febrero.

El origen del 29 de febrero y de los años bisiestos es bien conocido, pero no por ello vamos a dejar de rellenar un párrafo con ello: La Tierra tarda 365 días y 6 horas en dar la vuelta al sol, por lo que cada cuatro años se acumulan 24 horas, que son paridas en forma de 29 de febrero cada cuatro años. Hay excepciones. Para ser precisos, en realidad nuestro querido planeta tarda exactamente 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45 segundos en darse un garbeo alrededor del sol, por lo que básicamente cada año se acumula un error de unos 11 minutos. Para compensarlo los años que son divisibles por 100 pero no por 400 (es decir, 1800, 1900 0 2100, entre otros) no son bisiestos. El calendario que introdujo el año bisiesto y el 29 de febrero como lo conocemos fue el Juliano del año 47 de nuestra era; el que recogió los matices de los años no bisiestos en los cambios de siglo fue el gregoriano, del siglo XVI. El cambio de uno a otro supuso la desaparición de once días del calendario de 1582. Los desajustes de calendario hicieron que incluso llegara a existir un 30 de febrero.

El calendario gregoriano es el que se usa de forma prácticamente universal en todos los países y culturas del mundo a efectos prácticos, pero para asuntos religiosos o sociales siguen existiendo otros calendarios de uso común en muchos lugares del planeta. Sean solares o lunares, todos los calendarios en uso tienen el mismo problema que el gregoriano y el juliano, a saber, encajar el año civil en la duración real de una vuelta al Sol. Y cada uno lo resuelve a su manera. Los únicos dos países del mundo donde el calendario civil no es el gregoriano son Irán y Afganistán. El sistema en vigor es el Calendario Persa; los años se cuentan desde la Hégira de Mahoma, como en todos los calendarios islámicos, y el año nuevo empieza la medianoche más cercana al equinoccio de primavera, alrededor del 21 de marzo. El año también se divide en 12 meses, seis de 31 días, cinco de 30 y el último, (Esfand) de 29, aunque el año también se divide en 12 meses de 30 y 31 días, excepto el último de ellos (Esfand) que tiene 29, excepto en los años bisiestos, que tiene 30. Los años bisiestos se calculan no con reglas predefinidas sino simplemente cuando pasan más de 365 días entre un equinoccio de primavera y el siguiente. El año 1398, que está a punto de terminar, no es bisiesto, pero el año 1399 (del 21 de marzo de 2020 al 21 de marzo de 2021, en gregoriano) sí lo es.

En China cambiaron al calendario gregoriano en 1912, pero las fiestas populares siguieron rigiéndose por su almanaque tradicional lunar, de manera que el año nuevo chino se celebra cada año en una fecha distinta. El calendario lunar, basado en las fases de la luna, es once días más corto que el año solar, de manera que cada poco tiempo y para evitar el desfase necesitan añadir no un día sino un mes entero. Este mes extra sucede 7 veces cada 19 años: todas aquellas ocasiones en las que haya trece lunas llenas desde el inicio del undécimo mes hasta la misma fecha del año siguiente.

Otro ejemplo de calendario lunar es el judío, que rige también todas las festividades religiosas de Israel y el resto de comunidades judías en el mundo. Sigue las mismas normas que el chino porque es el mismo tipo de calendario, pero con algunas variaciones. Además del mes extra, que se llama Adar y es considerado un mes de buena suerte, para evitar que determinadas festividades como el año nuevo caigan en ciertos días de la semana se pueden añadir días en un mes o quitar en otro; así el año judío puede tener 353, 354, 355, 383, 384 o 385 días, dependiendo de si es bisiesto y de si se le quitan o añaden días a algún mes. Un follón.

¿Ganas de más? Tú mismo.
Los días que no existieron y los que se repitieron: breve recopilación de días que fueron eliminados del calendario o que sucedieron dos veces consecutivas
El 30 de febrero, la única ocasión en la que ha existido ese día en un calendario civil de uso común.
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Amanece muy pronto por aquí, sobre la desviación entre la hora oficial y la solar
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Una puntualización: el mes extra del calendario judío se llama «Adar 2do» (adar shení) ya que se coloca después del mes de Adar (a secas) que sí ocurre cada año. Como curiosidad extra, si bien el número de año cambia el primero de Tishri, debido al origen agrícola del calendario, el último mes del año se considera Adar (por eso se le endosa el mes bisiesto) y el primero Nissan, con la 1a luna nueva de primavera.
Es curioso que esas localidades religiosas que se niegan a cambiar al calendario gregoriano, tengan que hacer tantos ajustes a sus formas de contar los días del año, todo por cuenta de la «perfeccion» de la creacion realizada por su dios