Cuando uno visita el observatorio de Greenwich se lleva dos sorpresas. Una: se pronuncia «grénich«. Y dos: si uno lleva un GPS encima, y todos lo hacemos puesto que llevamos un teléfono móvil a todas partes, podrá comprobar que la longitud que se indica en el mapa no es la que debería. Teóricamente, si uno se sitúa con un pie a cada lado del meridiano que está pertinentemente dibujado en el patio del edificio, el dispositivo debería indicar longitud cero. Cero patatero. Pero no lo hace: la medición puede variar de dispositivo en dispositivo, pero lo normal es que nos sitúe unos 0,0014 grados al oeste del cero. Más o menos unos cien metros, metro arriba o abajo. ¿Por qué sucede esto? ¿Está mal colocado el Oberservatorio de Greenwich? ¿Cómo puede estar mal colocado si es el que le otorga su nombre al único meridiano que lo tiene? La realidad es más sencilla: el Meridiano de Greenwich ya no es el Meridiano Cero, y no lo es desde hace muchos años.




