Una frontera es una línea imaginaria que separa dos estados, dos países, dos legislaciones, y a veces dos idiomas, dos modos de vida o dos sistemas antagónicos. En muchas ocasiones, la frontera también es una línea imaginaria pero muy real que separa la riqueza de la miseria, la abundancia de la escasez y el futuro de la desesperanza. Hoy vamos a recorrer los abismos económicos que separan países contiguos, los precipicios de la renta per cápita por los que se despeñan las esperanzas de la gente. Al otro lado de la verja son más ricos.
Camboya
Conduciendo por el lado equivocado (y II)
Primera parte, aquí.

Los últimos cambios de sentido de circulación que se han producido en el mundo fueron realizados entre los años 60 y 70 del siglo pasado. El último país continental Europeo en pasarse a la circulación por la derecha fue Suecia, en una fecha tan tardía como 1967. Concretamente el 3 de septiembre de 1967, que en el país báltico se conoce desde entonces como Dagen H (el día H), siendo la H una brutal abreviatura de Högertrafikomläggningen, que viene a significar (en traducción no ya libre, sino libertina) algo así como el cachondeíto de la circulación por la derecha. Las razones suecas para el cambio fueron fundamentalmente dos; en primer lugar la mayor parte de los vehículos que circulaban en el país tenían el volante a la izquierda, lo que provocaba no pocos accidentes al girar o adelantar en carreteras de un solo carril por sentido (la mayoría, en un país con una densidad de población tan baja), y en segundo lugar que sus vecinos, con los que comparte varios miles de kilómetros de fronteras en su mayor parte sin guardias, ya circulaban por la derecha. El gobierno sometió al veredicto popular la medida, y la respuesta fue clara y contundente: un 82,9% de rechazo. Consecuentemente, la medida fue aprobada.