Australia es famosa por ser el hogar del 90% de las cosas venenosas del mundo; su eslógan no oficial es «donde todo quiere matarte«. Todo en Australia es superlativo, las distancias, las superficies, la fauna, la flora y las cosas que construyen en mitad del campo. Y las cunetas de sus carreteras no podían ser menos. Las carreteras australianas son memorables por muchas razones, no pocas de las cuales están relacionadas con su desmesurada longitud, su no menos descomunal aislamiento y por lo legendario de algunos de los lugares que atraviesa. Pero en los márgenes de las interminables cintas de asfalto del Down Under encontramos auténticos tesoros. Una larga serie de esculturas entre lo pop y lo kitsch saludan a los viajeros con sus vivos colores y sus extravagancias, generalmente con la intención de hacer que el automovilista o camionero detenga su máquina y se gaste unos pocos dólares en el lugar. Con el tiempo las esculturas, dispersas por todo el inmenso territorio australiano, devinieron en objetos de culto y veneración entre los friquis del lugar, y fueron denominadas conjuntamente como Big Things, o Cosas Grandes. Hoy vamos a ver las mejores Cosas Grandes de Australia.
Hijos de la Gran Fruta
The Big Apple es uno de los mil apodos que tiene la ciudad de Nueva York. En Australia, sin embargo, es literalmente una manzana grande. Varias, de hecho. Hasta nueve grandes manzanas en cinco provincias diferentes, todas ellas en pueblos que se autodenominan «famosos por sus manzanas». One apple a day keeps doctor away, dicen, pero hay más frutas en el jardín del edén aussie. Por ejemplo: tremendas peras tienen en Parkes, un barrio de Canberra, y pedazo de banana que se gastan en Coffs Harbour, en Nueva Gales del Sur. En nuestro recorrido hortofrutícola por las cunetas australianas podemos encontrar enormes cerezas, desproporcionadas patatas, grandiosos aguacates, monumentales piñas y, como le comenté a mi último ligue en Tinder en circunstancias completamete diferentes, un mango descomunal.
Pero mira que eres animal
Todo el mundo sabe que la fauna australiana es al reino animal lo que Enrique VIII a la institución del matrimonio. Por supuesto, las áreas de servicio australianas están plagadas de bichos de todos los colores y tamaños. Bueno, tamaños principalmente uno: grandes. Gambas, gallinas, ovejas, peces, cocodrilos boxeadores (!), vacas, langostas, cangrejos… y por supuesto, dado que estamos en Australia, tenemos un Big Koala, un Big Ornitorrico y un Big Canguro. Y en un pueblo de Tasmania llamado Penguin tienen, lo habéis adivinado porque vuestra inteligencia es igual de grande que cualquier chorrada que los australianos planten en una cuneta, un Gran Pingüino. Previsibles pero consistentes
Es una gran persona
Además de frutas y animales las cunetas australianas son escaparate para gente de toda ralea y condición. O bueno, teniendo en cuenta que se trata de Australia, donde todo el mundo desciende de presidiarios, personas de una única ralea y condición. Hay personajes míticos que se repiten y que fuera de Australia son completos desconocidos, como Ned Kelly, un bandolero de finales del siglo XIX que se llevó por delante a un puñado de policías coloniales, y que ha devenido en icono cultural de rebeldía y hipsterismo. Tiene estatuas en al menos dos provincias. Otros personajes típicos australianos inmortalizados en fibra de carbono y plasticurri en las cunetas del Outback son el granjero, el minero, el cazador aborigen, el buscador de oro y el capitán Cook, que era inglés pero también un delincuente, como los antepasados de los australianos.
Australia, país de Posyaqués
Posyaque es una expresión que me gusta mucho. Viene a señalizar un sentimiento de indiferencia y hastío, y una actuación ulterior que viola todas las normas previamente establecidas. Por ejemplo: «Posyaque ayer me salté la dieta, hoy ceno dos pizzas del Domino’s». En Australia los márgenes de las carreteras ya tienen un poco de eso. «Posyaque hay un cocodrilo boxeador gigante, ¿por qué no poner también una carretilla, una botella de vino, otra de ron, una lata de cerveza, una piruleta, una mano haciendo el gesto de Like (wtf), una cafetera, o la guitarra que se puede tocar más grande del mundo?» Como diría tu jefe en Linkedin o un coach motivacional antes de ser detenido por estafa: «Los límites están solo en tu cabeza». Y mira, a veces tampoco pasa nada por tenerlos, ¿eh? No se va a morir nadie porque te calmes un poquito. Zumbao. Que estás zumbao.
Si te gustó esto, probablemente te gustarán todas estas cosas australianas:
El diamante en el desierto: la más grande de todas las Big Things, con mucha diferencia
Poniéndole puertas al campo (y su segunda parte): las verjas más largas de la Tierra
Los médicos voladores, por si te da un parraque en mitad del Outback
El último pueblo hippie. Donde lo que se prohíbe es no fumar
Hutt River, el principado del Outback. La micronación más exitosa del mundo
Wittenoom, la ciudad que desapareció de los mapas.
Coober Pedy, el pueblo bajo tierra. Y el campo de Golf más raro del mundo
La carretera tan aburrida que puedes jugar al Trivial mientras conduces. En Queensland
Muy bueno
Genial! Muchas gracias, Diego.
Excelente entrada al blog, me ha hecho reír bastante. En México tenemos el «chinguesumadre», nuestra versión del «posyaque».