Fronteras

En un rincón a orillas del Lago Tahoe del largo límite que comparten Nevada y California se encuentra Cal-Neva, un casino y hotel situado exactamente sobre la raya limítrofe cuya historia merece ser contada. En esta historia aparecen Frank Sinatra, Marilyn Monroe, los Kennedy, Judy Garland, la mafia, túneles secretos y una piscina absolutamente gloriosa. Esta:

Best. Pool. Ever (fuente). 

No hace falta ser un genio para percatarse de dónde procede el nombre del lugar. Se trata de un portmanteau de los estados de California y Nevada. El complejo fue construido en 1926 por un hombre de negocios de San Francisco que simplemente lo usaba como segunda residencia. Pero en 1931 el congreso de Nevada decidió legalizar el juego, entonces ilegal en el resto de EE.UU. para intentar paliar las consecuencias de la Gran Depresión. Por entonces todo el estado contaba con apenas noventa mil habitantes. La propiedad fue vendida a unos promotores que obtuvieron rápidamente una licencia para operar como casino en la parte no californiana del edificio. Se instaló una sala de fiestas con su escenario y fue allí donde Judy Garland actuó por primera vez como profesional en solitario. Era 1935 y Garland tenía 13 años. Protagonizaría El Mago de Oz cuatro años más tarde.

Postal publicitaria del Cal-Neva en los años sesenta (fuente) 

Tras un incendio que destruyó por completo el edificio, se reconstruyó en apenas un mes todo el complejo. El nuevo Cal Neva abrió sus puertas en 1937, y en ese momento era el casino más grande de EE.UU. En las dos décadas siguientes, y mientras al sur de Nevada Las Vegas se iba popularizando  como destino turístico masivo, el Cal Neva ganó fama como lugar de descanso de celebrities de todo pelaje. La población de Nevada se duplicó entre 1950 y 1960, pasando de 160.000 a 320.000 personas; el 80% de ellas residentes en el Condado de Clark, donde se ubica Las Vegas. A principios de los sesenta la capital del pecado, que ya era conocida así, recibía casi diez millones de visitantes cada año. Al norte del estado, en el lago Tahoe, las cosas estaban mucho más calmadas. Carson City, capital de Nevada, era un pueblecito de tres mil habitantes en 1950, que apenas superaba los cinco mil diez años más tarde. Los ricos y famosos de Estados Unidos preferían la discreción del norte de Nevada antes que la locura de neón de Las Vegas para dar rienda suelta a sus excesos. El Cal Neva cambió un par de veces de dueño, pagándose entre 800.000 y un millón de dólares en cada venta. En esa época los Kennedy, Bobby y John, empezaron a pasarse a menudo por allí, puesto que el dueño era amigo de su padre. Según uno de sus muchos biógrafos, JFK llevaba allí a su inteminable lista de conquistas. La popularidad del lugar entre los ricos y famosos se debía, entre otras cosas, a una de las características más destcadas del lugar: su red de túneles secretos.

Los túneles del Cal-Neva, en la actualidad (fuente)

Los túneles del Cal Neva se construyeron durante la Prohibición para evitar las redadas de la policía de los diferentes estados. Llevaban desde el recibidor hasta el bungaló nº 3 y de esta estancia a la número 5.  Esto permitía que las celebrities se movieran en la propiedad sin ser detectadas por el público en general y por los periodistas chismosos en particular. Una de estas celebrities era Frank Sinatra, que visitó por primera vez el lugar en 1951 y que en 1960 decidió comprar la propiedad, junto con Dean Martin (prominente miembro del Rat Pack) y otros tres socios, también amigos. La época en la que Sinatra fue el dueño del lugar se puede considerar como la edad de oro del Cal-Neva. La Voz quiso hacer del lugar, que sólo abria en verano, un complejo hotelero abierto los 365 días, y para ello amplió el complejo con un teatro con capacidad para 700 asientos, un helipuerto y la famosa piscina. Amplió además la red de túneles secretos con nuevas salidas en el helipuerto y sus oficinas. Durante los tres años en los que dirigió el lugar las fiestas locas veraniegas con famosos y ricos fueron la norma y no la excepción. Según un testigo declaró al FBI años más tarde, cuando acabó la fiesta de inauguración los Kennedy (Bobby y JFK) se enzarzaron en una orgía con todas las prostitutas de la ciudad que duró hasta el amanecer.

Un par de imágenes del gran salón del resort. Nótese la frontera indicada tanto en la chimenea como en el suelo (fuente)

Quizás alguno se haya preguntado qué pinta el FBI en todo esto. Sinatra fue objeto de vigilancia por parte del FBI entre los años cuarenta y los noventa. Sus conexiones con la mafia, que él siempre negó, fueron públicas y notorias desde 1946 en adelante. El FBI acumuló un dossier de más de 2.300 páginas donde se detallaban cientos de actividades del cantante a partir de la segunda mitad de los cuarenta. El FBI sospechó que la compra del Cal-Neva por 250.000 dólares, una cifra mucho menor de la desembolsada diez años antes por el dueño anterior, se trataba únicamente de una pantalla para el conocido mafioso neoyorquino Tony Salerno. Desde el mismo día de la apertura del Cal-Neva agentes federales se situaron en las colinas alrededor del hotel y casino y espiaron a todo el que allí se alojaba. Así se supo, por ejemplo, que Marilyn Monroe era una huésped habitual del Bungaló nº 3. El mismo lugar que estaba conectado al nº 5 por un túnel secreto. El bungaló nº5, por cierto, era de uso exclusivo de Frank Sinatra, y el 3 y el 4 no estaban tampoco abiertos al público, sólo a los invitados personales del cantante y actor. Entre los cuales, como ya se ha mencionado, estaban los Kennedy. Cuya conexión con la mafia también fue ampliamente conocida. Quizás el FBI no andaba muy desencaminado.

Marilyn y Frankie en una fiesta en el Cal-Neva (© Getty Images)

Cal-Neva le trajo más de un dolor de cabeza a Sinatra. En julio de 1962 Marilyn Monroe pasó allí un fin de semana. Presa de sus frecuentes depresiones, ingirió una elevada dosis de pastillas para dormir. Antes de perder el conocimiento llamó a recepción, y los servicios médicos del hotel llegaron a tiempo para salvarla. Apenas una semana después Marilyn volvió a hacerlo, y esta vez nadie la salvó. Un año más tarde se produciría el incidente que pondría fin a la presencia de Frank Sinatra en el Cal-Neva. En julio de 1963 el conocido gangster de Chicago Sam Giancana, amigo de Sinatra, pasó unos días en el Cal-Neva, algo bastante habitual. Menos habitual fue la pelea en la que se enzarzó con un miembro del equipo de las McGuire Sisters, un trío de hermanas de las que una era novia a ratos de Giancana. El FBI grabó lo sucedido (en el porche de uno de los bungalós) y el informe, junto con docenas de fotos de Giancana y Sinatra juntos, acabó en la comisión del juego de Nevada. Dicha comisión no era muy favorable a junbar a reputados mafiosos con casinos, por lo que le abrió expediente a Sinatra. Éste alegó que Giancana técnicamente no había estado en Nevada, algo que desde aquí sólo podemos calificar como genialidad táctica, pero la Comisión no compró el argumento (fuertes abucheos) y tras una serie de rifirrafes telefónicos a cada cual más desagradable, le retiró la licencia de juego al casino hasta que Sinatra lo vendiera. Sinatra mantuvo parte de las acciones del casino al no encontrar comprador, pero se desvinculó por completo de la gestión de la propiedad. En 1968 acabó vendiendo lo que le quedaba, por una cantidad incluso inferior a la pagada ocho años antes.

El Rat Pack al completo en la puerta del Cal-Neva, en 1960 (fuente). Nótese el logo del hotel indicando la frontera entre California y Nevada y la localización del lugar en ella.

Después de eso el Cal-Neva siguió funcionado unas cuantas décadas más, espoleado por la infinidad de leyendas sobre Marilyn, los Kennedy, Frankie, el Rat Pack y demás de los días dorados de Hollywood y del casino. Pero nunca recuperó la gloria que le dio Sinatra. Fueron apenas tres veranos, pero qué veranos. En 2010 el casino cerró para ser renovado, y volvió a abrir en 2013. La operación distó mucho de ser rentable y el casino volvió a cerrar en 2014, esperándose su reapertura el próximo verano. Si es así, volverá a estar llena de agua la mejor piscina de todos los tiempos.

La piscina del Cal-Neva, vacía y triste (fuente)

Fuentes y más info: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
Página oficial del Cal-Neva Resort and Casino.

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En Fronteras tenemos una larga tradición de escribir en primera persona del plural innecesariamente y también de hacerlo sobre cosas-divididas-en-dos-países. Por ejemplo:

Un campo de golf
Un hotel (que yo mismo visité, por cierto)
Una cervecería (cuya visita dio origen a una de las entradas más celebradas de este blog)
Una mesa de billar