(Por razones no completamente ajenas a mi voluntad, he estado una semana sin poder actualizar el blog como es debido. Perdonen las disculpas).
Si bien el road trip nació en Estados Unidos, con los años y la popularización del automóvil como medio de transporte privado los largos viajes por carretera realizados por puro placer han alcanzado todo el planeta. Canadá, Europa, América del Sur o Australia son los escenarios por los que los viajeros se pierden por el puro gusto de alejarse de su vida diaria y de encontrarse a si mismos (suele decirse que el viaje más importante es el interior; es una frase cursi, como de Tagore o de carpeta de instituto, pero también es cierta). Hoy recorreremos algunas de las carreteras más míticas de nuestro planeta. Pónganse cómodos, metan primera y pisen el acelerador. Nos vamos de viaje.
La circunvalación islandesa
En 1940 islandia era uno de los países más pobres de Europa, si no el que más. En el año 2006 la ONU lo declaró como el mejor lugar del mundo para vivir, y un estudio afirmó que sus habitantes eran los más felices de la Tierra. Recientemente su economía ha entrado en una crisis de proporciones cataclísmicas, que ha llevado a la nacionalización de los bancos y al hundimiento de la corona islandesa, una de las monedas más fuertes del mundo hasta hace bien poco. El brutal hundimiento de su economía, sin embargo, podría abrir las puertas al turismo. Y es que en Islandia hay mucho que ver.
Vista satelital de Islandia, ligeramente congelada.
La principal carretera de Islandia es la llamada Hringvegur. Lleva el número 1 en el sistema de numeración islandés, y recorre el país en una circunferencia que empieza y acaba en Reikiavik, la capital. La función de la carretera es, básicamente, dotar de comunicación terrestre a las zonas rurales, en un país donde los ferrocarriles son prácticamente inexistentes y la capital y su área metropolitana concentran más de dos tercios de la población total de la nación. Su construcción comenzó en los años cuarenta, pero no se terminó hasta 1974. A lo largo de su recorrido todavía se encuentran varios tramos en los que el asfalto es el original de hace seis décadas, y también túneles espectaculares como el de Hvalfjörður, que ostenta el récord de ser el túnel a mayor profundidad bajo el nivel del mar, 160 metros bajo el fiordo del mismo nombre.
Sobre estas líneas, recorrido de Hringvegur (que viene a significar carretera de circunvalación). Desde Reikiavik (1), y en el sentido de las agujas del reloj encontramos Borgarnes, Blönduós, Akureyri, Egilsstaðir, Höfn y Selfoss. Debajo, una señal de tráfico indicando la dirección, desde la Carretera 1, hacia varias decenas de granjas y pueblos del interior.
La mayor parte de los 1.339 kilómetros de recorrido de la carretera tienen un carril por sentido; pero hay zonas, especialmente en el tramo entre Bogarnes y Blönduós, donde los puentes, en ocasiones de madera, únicamente tienen un carril para ambos sentidos de la marcha. También se encuentran peligrosas curvas y cambios de rasante, y zonas sin asfaltar donde se circula sobre grava. A lo largo del camino se puede disfrutar de espléndidos paisajes y vistas, geíseres y fiordos, y del fascinante entorno rural islandés. Normalmente los turistas alquilan un coche en Reikiavik, pero también existe la posibilidad de traer el propio automóvil desde Europa. La Smyril Line une Bergen (Noruega), Hanstholm (Dinamarca) y Scrabster (al norte de Escocia) con Torshavn, capital de las Islas Feroe, y Seyðisfjörður, en la fachada oriental de Islandia. Un gran viaje para una o dos semanas de vacaciones.
La vuelta a Australia en 40 días
Pero puestos a dar vueltas a una isla, ¿por qué no emprender el viaje en la considerada por algunos como la más grande del mundo? (otros consideran que Australia es un continente). La Highway 1 comienza y termina en Sídney, recorriendo toda la costa australiana a través del Bush y el Outback, el desierto central de Australia. Su longitud es tal que conduciendo diez horas diarias a una media de 100 kilómetros por hora tardaríamos más de tres semanas en recorrer sus 22.000 kilómetros de asfalto y polvo.
Cartel en una carretera del Outback con el sistema nacional de carreteras australiano. La Highway 1 ocupa gran parte de él, especialmente en las costas.
Si dar la vuelta al mundo le costó a Phileas Fogg ochenta días lo lógico es que un viaje de la mitad de recorrido nos ocupe cuarenta. Pasarse unas semanas en la carretera australiana supone recorrer vastísimas extensiones desoladas y remotas, donde el teléfono o el vaso de agua más cercano puede estar a cuatrocientos kilómetros. Con esos mimbres, es lógico que el sistema de carreteras australiano sea relativamente jóven. Un tramo de más de mil kilómetros de la Highway 1 permanece sin pavimentar, de hecho. El recorrido por la carretera nos llevaría desde Sydney a Melbourne, de allí a Adelaida, más tarde (unos 2.700 kilómetros más tarde) a Perth, después a Darwin, ya en el norte de la isla-continente, desde allí llegaríamos a Cairns a través de carreteras sin asfaltar, para descender a Brisbane y terminar donde empezamos, en Sydney. La carretera 1 también tiene partes en la isla de Tasmania. Diariamente más de un millón de personas recorren la carretera en alguno de sus tramos.
Un tramo de la Highway 1 apenas asfaltado (Gulf Development Road). © Paul Galbraith
En un viaje alrededor de Australia uno se puede encontrar muchas cosas. Normalmente, canguros. Según cuentan quienes han conducido por las carreteras australianas, cuando uno se pone al volante piensa «Ojalá vea un canguro». Doscientos kilómetros después lo que pasa por su cabeza es «Por favor que no se me cruce otro p*** canguro por delante». Otra estampa muy habitual en el Outback son los road trains, o trenes de carretera. Básicamente son tráilers de cincuenta, cien o más metros de longitud, con hasta doce remolques, que transportan ganado, combustible o cualquier otra cosa por las carreteras australianas. Monstruos así únicamente pueden funcionar en las infinitamente rectas vías de Australia. Adelantar a un tren de carretera es algo complicado. Se necesita una recta muy, muy larga, mucha visibilidad, y, normalmente, que el camionero ayude indicando la viabilidad del adelantamiento. Una de las razones por las que no es recomendable en absoluto detener el coche en una carretera australiana es precisamente la circulación de estos mamotretos. Con varias docenas de toneladas de peso, frenar un camión de semejante calibre requiere dos kilómetros de carretera. Así que más vale no interponerse, porque, por mucho que te vea, no podrá frenar.
Sobre estas líneas, un transporte de combustible de la BP de 21 ejes con cuatro remolques. Las protecciones de la parte frontal sirven, básicamente, para apartar canguros. Debajo, la omnipresente señal que advierte de la presencia de estos animales, con el añadido en este caso de la de camellos y wombats (foto de The Extraordinary Tourist). Se pueden ver más fotos de trenes de carretera en Taringa o Fogonazos (con vídeos incluídos), por poner un par de ejemplos.
El Transiberiano sobre ruedas
Uno de los mitos viajeros más enraizados en el imaginario colectivo es el Ferrocarril Transiberiano, del que otro día hablaremos aquí. Guías, libros y reportajes narran los días y días de trayecto entre Moscú y Vladivostok, o viceversa. La línea, probablemente uno de las hazañas más titánicas de la ingeniería del siglo XIX, se terminó ya en el XX; en 1904, y sigue manteniendo su estatus de leyenda un siglo más tarde. Pero para viajeros avezados, que les guste conducir y que tengan un puntito suicida, también es posible viajar de Moscú a Vladivostok en coche, a través de la Carretera Transiberiana.
La Carretera Transiberiana, entre Krasnoyarsk e Irkutsk. Sólo apta para muy atrevidos.
En realidad la carretera es más larga que el tren, básicamente porque comienza en San Petesburgo. De allí el trazado nos lleva a Moscú, Cheliábinsk, Novosibirsk, Irkutsk, Chitá, Jabárovsk y Vladivostok. En total suma once mil kilómetros de recorrido, lo que la convierte en la segunda carretera más larga del mundo tras la Carretera 1 australiana. Sin embargo, en Rusia las cosas rara vez son lo que parecen, y más cuando está el gobierno metido en el ajo. El último tramo de la Carretera Transiberiana, entre Chitá y Jabarovsk (2.200 kilómetros), fue inaugurado oficialmente a principios de 2004 por Vladimir Putin. El pequeño problema es que había cientos de kilómetros donde la carretera sencillamente no existía. En su lugar, sólo un camino de grava y barro que data de principios del siglo pasado cruza los enormes bosques entre un tramo y otro de carretera. Muy pocas personas se han atrevido a internarse en semejantes senderos trazados originalmente para carros tirados por bueyes, donde, obviamente, no existe ningún tipo de infraestructura de apoyo al viajero. Un par de motoristas se lo propusieron hace cuatro años, y según cuentan, fueron los primeros en hacerlo en un vehículo a motor.
Mapa de la red nacional de carreteras rusa. El trazado en rojo es la parte oficialmente inaugurada, pero que no estará completa, supuestamente, hasta 2010. Parte del recorrido cruza por Kazajistán, a lo largo de casi 200 kilómetros.
En un par de días, más.
Te felicito por tu blog. Llegué a él buscando información de la llamada Somalia, ese no lugar. Muy interesante la´tu línea de trabajo.
Un saludo
Es la primera vez que dejo un mensaje pero llevo siguiendo todas las entradas desde el principio, y realmente es el blog mas interesante que conozco.
Me encantaria viajar desde España hasta Vladivostok en un coche, aunque viendo el panorama creo que aun tendre que esperar unos años para reunir a la gente y recursos suficientes.
Una información muy intertesante y muy completa. Me la apunto para algún día poder hacer uno de esos road trip. Felicidades por el blog.
Vi un reportaje hace poco en el transiberiano y era un poco agobiante (tantos días en el tren) pero me parece mil veces mejor que hacer la ruta en coche, algo no apto para conductores noveles.
¿Los que atravesaron esa carretera eran Ewan McGregor y su compañero de viaje?
Yo creo que sí que eran ellos. En Localia pusieron la ruta y me paree que era esa porque los pobres lo pasaron de mal… madre mía qué caminos! eran intransitables.
Me gustaria realizar un viaje a vladivostok desde españa.
Dispongo de un 4×4 en buen estado, mas o menos equipado.
El plan es sencillo;no hay plan
Tengo una ruta para llegar hasta Yekaterinburgo (rusia) y despues estar entre mongolia,china y rusia por un periodo maximo de dos meses y medio o tres.
Mi maxima seria llegar al estrecho de bering………pero ya se vera.
Necesito gente para compartir esta aventura.
Si alguien esta interesado mi nombre es ramis y mi email
carpinramis@yahooes
Pudiste hacer el viaje por Rusia ???
Ramiro, esa idea (mas o menos) la tengo rondando por la cabeza desde hace tiempo, pero quiza lo mio sea mas raro todavia. Tengo un viejo Nissan Micra y antes de jubilarlo (ya tiene casi 200.000 km) queria llevarlo a descansar muy lejos: India, China… y regresar en avión.
Quizá algún día…
A mi personalmente me encantan los caminos de barrro y agua, ala claro¡, hay ke tener un buen 4 por 4 e ir bien ekipado.
Hola!
Nos gusto tu blog y nos gustaría que conocieras el nuestro:
http://perspectivazan.blogspot.com/
Saludos!
A. Zan
puto pagina
COCHES USADOS A LA VENTA
http://www.elmejorcoche.com
Me gustaría hacer una ruta en moto desde España hasta Las Vegas, en estados Unidos. ¿es posible?
si es posible, no ha dificultad alguna
hola buenos días tengo intenciones de hacer un viaje de España a Vladivostok sin tiempo por tierra 15000 km. luego mi intención es bajar por la otra orilla desde alaska a Argentina tengo una auto caravana haré una selección con lo que se apunten
Buenisimo, muy entretenido
Nos has facilitado mucho el trabajo previo.