Los más veteranos de los lectores que pastan por este su humilde blog recordarán Bir Tawil, aquel pedazo de desierto entre Sudán y Egipto que, fuera de la Antártida, es el único territorio considerado Terra nullius en todo el mundo. Permanece sin reclamar puesto que tanto Egipto como Sudán lo consideran parte del territorio del vecino, y esto es así debido a que unos kilómetros más allá hay otro territorio, con petróleo y esas cosas, que los dos países reclaman, y debido a los tratados internacionales de delimitación de fronteras que los británicos hicieron a principios del siglo XX, reclamar uno de los territorios implica necesariamente considerar el otro como parte del país vecino. Así pues, los dos países lo consideran ajeno y nadie más lo considera como propio, por lo que es tierra de nadie. Un avispado estadounidense decidió que, oye, si no es de nadie no pasa nada porque vaya uno allí y se lo apropie, y aparentemente eso es lo que ha hecho. Ir allí, proclamarlo territorio independiente y nombrar princesa a su hija. Ahí es nada.
Jeremiah Heaton y su hija Emily, con la bandera de su principado, hecha en casa.