Al norte del Norte: el Yukón

CNTowerPor extensión, Canadá es el segundo país más grande del mundo, sólo por detrás (muy por detrás, eso sí), de Rusia. Casi diez millones de kilómetros cuadrados, lo que vienen a ser, a grandes rasgos, tres Argentinas, veinte Españas, cuarenta Ecuadores o doscientas cincuenta Suizas. Vamos, que es muy grande. Su población, sin embargo, no lo es tanto. De los países del G8 es, de lejos, el menos poblado; cuenta con poco más de treinta y tres millones de habitantes. Además, al igual que ocurre en Australia, la mayor parte de la población se concentra en una franja de territorio. En Australia es la costa, en Canadá, la frontera con Estados Unidos. «El norte de Canadá», la zona más despoblada del país, es en realidad prácticamente la totalidad de Canadá, igual que en Australia el Outback es casi todo el territorio del continente. De las grandes ciudades sólo Edmonton está a más de doscientos cincuenta kilómetros del límite con EE.UU. De hecho, la inmensa mayoría de las grandes ciudades están a poco más de una hora en coche de la frontera, o menos. Casi todas las provincias canadienses tienen una densidad de población por debajo de los veinte habitantes por kilómetro cuadrado. Pero donde la despoblación alcanza cotas enfermizas es al norte del paralelo 60, que marca la frontera entre los territorios del salvaje norte y las civilizadas provincias del sur. Al norte del norte encontramos los territorios del Yukón, del Noroeste y de Nunavut. Entre los tres tienen la superficie de la Unión Europea; entre los tres apenas superan la población de Andorra.

Yukón es el más pequeño de los territorios septentrionales de Canadá. 33 mil personas se reparten casi medio millón de kilómetros cuadrados. Tocan a quince kilómetros cuadrados por barba. Teniendo en cuenta que más de de dos terceras partes de la gente vive en la capital, Whitehorse, resulta que el resto del territorio está prácticamente vacío. La mayor parte del resto de los pueblos y aldeas se arremolina alrededor de la arteria principal del territorio: la Alaska Highway, que permanece abierta todo el año y es una de las rutas históricas de EE.UU. y Canadá. Según se avanza hacia el norte del territorio, las poblaciones son cada vez más pequeñas y más aisladas. En la Robert Campbell Highway, una pista de grava de seiscientos kilómetros de largo, se encuentran Ross River y Faro. Están a 75 kilómetros el uno del otro; entre los dos suman 700 habitantes. Alrededor sólo están Carmacks (400 habitantes), 180 kilómetros al este de Faro, y Watson Lake (1.500 habitantes, Manhattan, oiga), 370 kilómetros al sur de Ross River. Entre medias todo son gigantescos bosques boreales.

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Arriba, la Robert Campbell Highway. Seiscientos kilómetros de grava y taiga. (© Northern Merigold). Debajo, Ross River, Yukon, un lugar al que no dan ganas de ir viendo la bienvenida (original de travphotos).

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Al norte de Carmacks, siguiendo la pista de tierra conocida como Klondike Highway durante unos 350 kilómetros (nueve horas de conducción) se llega a Dawson City, un pueblo de 1.300 personas, cuyo récord de bajas temperaturas es de cincuenta y ocho grados bajo cero, pese a lo cual recibe sesenta mil turistas cada año, casi cincuenta veces su población. Por el camino hemos dejado una comunidad de nativos de 250 habitantes y un bar de carretera con cuatro gatos alrededor llamado Stewart Crossing. Dawson está unos 250 kilómetros al sur del Círculo Polar Ártico. En todo el Yukón sólo hay un pueblo al norte de esa línea: Old Crow. En línea recta hay casi 400 kilómetros hasta el pueblo más cercano, que no es otro que Dawson. Lo que no hay es carreteras hasta allí. Para entrar y salir del pueblo hay que usar el aeropuerto. La Air North opera tres vuelos por semana allí, lo que resulta sorprendente teniendo en cuenta que Old Crow tiene 250 habitantes. En un Boeing cualquiera podrían llevarse a todo el pueblo.

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Arriba, la Klondike Highway en invierno, en uno de sus tramos asfaltados (© Jimbob Malone). Debajo, la calle principal de Old Crow (© Our Manitounlin).

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Regresemos a Dawson. Al este de allí comienza la Dempster Highway. Como de costumbre, es una pista de grava, con algunos puentes, y tramos de río que hay que cruzar en ferry. Fue construida entre 1958 y 1979, y es la única carretera digna de ese nombre que cruza el Círculo Polar en todo Canadá. A lo largo de los  setecientos kilómetros de recorrido hasta Inuvik hay tres paradas. Eagle Plains, en el kilómetro 366, es la primera de ellas. Es un motel de carretera con cafetería y poco más. Allí sólo viven los que trabajan en el lugar. 180 kilómetros más allá está Tsiigehtchic, y sesenta después Fort McPherson. Tres gasolineras en setecientos kilómetros de pista polar. Como para quedarse sin gasolina en invierno. Más allá de Inuvik, ya en los Territorios del Noroeste, apenas hay nada, salvo dinero, mucho dinero. Pero eso lo veremos en la próxima entrada.

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La Dempster Highway, con las Montañas Richardson de fondo (© mvanhoen). Debajo, Inuvik en septiembre (© blog1972)

inuvik

Más info: 1, 2

Si te gustó esta entrada quizá te interesen las dos anteriores dedicadas a la vida en mitad de la nada, en Australia y en los océanos.

28 respuestas a “Al norte del Norte: el Yukón

  1. geografo 25-julio-2009 / 8:58 pm

    Querrias decir que Canada es más pequeño que Rusia, porque la URSS hace bastante que no existe.

  2. Diego González 25-julio-2009 / 9:18 pm

    Gracias, Geógrafo, se me ha ido la pinza. La URSS siempre estará en mi corazón 😀

    (Es coña, claro)

  3. orayo 25-julio-2009 / 10:27 pm

    Brutal. Nunca habia pensado en la comparacion del pais con el territorio europeo.

    ¿El dinero que hay mas allá es el petroleo? salu2!

  4. padawan 25-julio-2009 / 10:52 pm

    Muy interesante esta entrada, siempre me han atraído esos territorios del norte, desde que leí las aventuras de Colmillo Blanco y resto de perros por Alaska y el Yukón

  5. josep m. fernández 26-julio-2009 / 1:12 am

    Dan verdaderas ganas de visitar esas tierras, aunque no sé si después querría volver.

  6. bovolo 26-julio-2009 / 10:36 am

    Gran entrada, lo de la densidad de población ideal, para llevarse bien con los vecinos 😉

  7. Pablo (yo) 26-julio-2009 / 5:53 pm

    Gran artículo, espero ansioso la segunda parte.
    Cuando voy a la patagonia, cruzo soledades que me parecen inabarcables, pero esto ya está fuera de lo que uno puede imaginar….

  8. Golias 27-julio-2009 / 10:28 am

    Me ha encantado esta entrada. A veces me pierdo por Google Earth buscando sitios vacíos en Siberia, Canadá o Alaska, con lo que esto me ha tocado el corazoncito. Supongo que viviendo en Galicia (la mitad de los pueblos de España, nada menos; sólo en mi ayuntamiento de 7000 habitantes hay 120 entidades de población) es inevitable que la soledad acabe pareciéndote atrayente o, al menos, un cambio. Espero ver pronto la segunda parte.

    Por cierto, siguiendo las entradas anteriores me encuentro con la mención a Bobadilla – Estación. Precisamente en un par de semanas tengo que ir por allí, sólo que a la nueva estación del AVE de Santa Ana. Sí, sigue estando en mitad de ninguna parte, pero al menos ahora hay más trenes y más comunicación. La primera vez que fui (2007), ni siquiera había una línea regular para comunicar Antequera con la estación del tren, o eso me dijeron en la estación de autobuses.

  9. Max Birrax 27-julio-2009 / 12:58 pm

    Es uno de los países que me gustaría visitar, a ver si amplian de una vez la línea 1 del Metro y no me lo pienso dos veces. ¡Saludos!

  10. tracky 27-julio-2009 / 1:07 pm

    Muy interesante post como casi todos los que publicas aquí

  11. martin 27-julio-2009 / 1:08 pm

    Jo, la entrada me ha traido a la memoria una de mis series favoritas, Doctor en Alaska, supongo que hay que tener un caracter especial para vivir en sitios asi, sin gente, helados hasta las cejas mas de la mitad del año…

  12. Luis 30-julio-2009 / 4:02 am

    El Yukón, Dawson, Klondike… me ha recordado la fiebre del oro de finales del siglo XIX. Jack London y el Tio Gilito.

  13. LaFló 17-agosto-2009 / 1:25 pm

    Espero ansiosa la segunda parte, Canadá siempre ha sido uno de mis países «favoritos».

  14. Diego González 18-agosto-2009 / 1:03 pm

    En un par de días, o dos pares, en cuanto regrese de mis vacaciones retomaré el blog con la segunda parte de esta entrada, prometido.

  15. Jon 3-febrero-2010 / 12:25 am

    Vaya, te ha salido un articulo increible, felicidades. La verdad es que las zonas despobladas de Canada y Rusia son increibles.

  16. VicMac 5-mayo-2010 / 2:45 am

    Interesante el escrito DieGo, con este me dan más las ganas de visitar el Canadá algún día.

  17. dario salomon vazquez 20-mayo-2015 / 5:23 am

    magnifico reportaje

  18. dario salomon vazquez 20-mayo-2015 / 5:24 am

    maravilloso relato

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