Fronteras

Hace unos días se celebró un referéndum de independencia en el territorio francés de Nueva Caledonia. Tal y como vimos en este vuestro blog fronterizo, el resultado del referéndum fue la permanencia, por ahora, del archipiélago como parte integrante de Francia. El asiento número 194 de la Asamblea de Naciones Unidas tendrá que esperar, por ahora. Pero, ¿cuánto? Quizás en 2019 se estrene. Dos referendos, ambos también en Oceanía, podrían terminar con la creación de un par de nuevos países en el continente. Veámoslos.

El 5 de marzo de 2019 los habitantes del estado micronesio de Chuuk están convocados a votar en un referéndum para independizarse de los Estados Federados de Micronesia. Chuuk es de largo el estado más poblado de los cuatro que forma el país; la mitad de los habitantes de Mcronesia viven allí, si bien la capital de la federación está en Pohnpei (Ponapé en español hasta hace no mucho tiempo). El referéndum estaba previsto para 2015, junto con las elecciones legislativas nacionales y estatales, pero pocos días antes de su celebración el gobernador de Chuuk canceló la consulta y la pospuso sine die. Un año más tarde se fijó una nueva fecha.

Chuuk y la Federación Micronesia comparten con otros estados del Pacífico una historia colonial común. España en el siglo XVI, Alemania a finales del XIX, Japón en las guerras mundiales y finalmente Estados Unidos, bajo el mandato de la ONU desde 1945 hasta su independencia. El mandato de la ONU se conoció como Territorio en Fideicomiso de las Islas del Pacífico, e incluía toda la región de Micronesia, no sólo los Estados Federados de hoy. De aquel territorio compuesto por miles de islas mayoritariamente deshabitadas, con decenas de lenguajes diferentes, salieron tres estados independientes y una colonia de Estados Unidos. la Federación Micronesia, las Islas Marshall, Palaos y las Marianas del Norte formaron parte del territorio en fideicomiso entre 1947 y 1986, mientras que Palaos alcanzó la independencia hasta 1994.

El Territorio en Fideicomiso estaba formado por siete distritos, cuatro de los cuales (Yap, Chuuk, Ponapé y Kosrae) se unieron para formar los Estados Federados de Micronesia. El sistema político micronesio es a la vez simple y complejo. Simple porque hablamos de un país de poco más de cien mil habitantes, y complejo porque abarca un par de docenas de islas habitadas, en muchos casos con idiomas y tradiciones distintas. Cada estado tiene su propio gobernador y grandes competencias, especialmente en lo referente a gastarse los dineros. El legislativo es unicameral, con 14 senadores, de los cuales cuatro se escogen territorialmente (uno por estado) y los otros diez por distritos basados en la población, como en EE.UU. o el Reino Unido. De esos diez cinco corresponden a Chuuk, dado que concentra la mitad de la población del país. Es decir, que Chuuk dispone de seis de los catorce miembros del senado, que es el que elige al presidente. Chuuk es la entidad con más peso en la Federación pero por si sola no tiene capacidad de decisión o de veto.

Todos los estados surgidos del Territorio de las Islas del Pacífico tienen un acuerdo de libre asociación con Estados Unidos (Compact of Free Association) que les proporciona enormes ventajas en cuanto a inmigración, financiación y defensa (EE.UU. se encarga al 100% de la defensa de Palaos, Micronesia y las Marshall). El COFA incluye cláusulas de transferencias directas de presupuesto y otras ayudas de todo tipo que a día de hoy suponen una cuarta parte del PIB de la federación. El Estado, en todos sus niveles, emplea a la mitad de todos los trabajadores del país gracias a este acuerdo. Pero la financiación tiene una fecha de caducidad: 2023. En 2012 se formó una comisión (Chuuk Future Political Status Commission) con vistas a proponer la mejor solución para garantizar la supervivencia económica de Chuuk. En poco tiempo la conclusión a la que llegaron es que la mejor solución (la única de hecho) era la independencia. El movimiento independentista del estado sostiene que lo que recibe Chuuk de la Federación es menos de lo que aporta, y que el peso político del estado no se corresponde con el peso demográfico, y que sólo la independencia les dará las herramientas necesarias para su supervivencia

La celebración del referéndum es extremadamente polémica. Según sus detractores es ilegal, ilegítimo, injusto y suicida. La independencia de Chuuk le dejaría al margen automáticamente de Pacto de Libre Asociación y así lo han declarado la embajadora y otros altos cargos norteamericanos en el país, aunque los líderes independentistas locales dicen que quizás no sería así o que en todo caso no sería para tanto. Para los nativos de Chuuk viviendo en Estados Unidos (principalmente en Hawái) la cancelación unilateral del COFA les dejaría en un limbo legal que ninguno quiere afrontar. Los opuestos a la consulta aducen también que es inconstitucional, pero una comisión judicial chuukesa afirma que es legal bajo la ley internacional, basándose en una resolución de la ONU sobre Kosovo. Los gobernantes de Chuuk insisten en que la de 2019 será la consulta definitiva, pero que incluso en caso de victoria del sí, en ningún caso se establecerá la República de Chuuk antes de 2025.

Dejamos Micronesia por hoy. Próxima parada: Papúa-Nueva Guinea.

Más info y fuentes: The Diplomat, The Fourth Branch, ABC Australia, Chuukstate.