Las primeras embarcaciones creadas por el ser humano probablemente fueron precarias balsas de madera botadas en los ríos Tigris y Eúfrates hará unos diez mil años. Durante los siguientes noventa siglos la navegación fue mejorando muy lentamente, sin alejarse nunca de la costa, hasta que los navegantes fenicios decidieron salir a mar abierto guiándose por la posición del sol y las estrellas. Sin embargo, y hasta milenio y medio más tarde, cuando comenzó la era de los descubrimientos, casi toda la navegación comercial y de guerra siguió siendo de cabotaje, al menos en Europa. Entre dos puertos cualesquiera del Mediterráneo siempre había una costa que seguir. Pero en otros lugares del mundo la cosa no era tan sencilla. En lo que hoy llamamos región de Micronesia no existía una costa que sirviera de guía y ancla entre un puerto y el más cercano, sino que estaban separados por decenas, cuando no cientos de kilómetros de alta mar; los treinta atolones de las Islas Marshall se extienden por dos millones de kilómetros cuadrados de mar, casi la superficie del Mediterráneo, pero con apenas un par de cientos de kilómetros de costa. Sin los instrumentos que se usaban en el Mediterráneo desde la antigüedad y hasta la edad moderna (astrolabios, cuadrantes, brújulas, cosas así), y sin cartas náuticas, ¿cómo se las apañaron para viajar de una isla a otra y mantener el comercio y el intercambio durante milenios? La respuesta o al menos parte de ella está hecha de pequeños palos de madera y conchas. Los mapas de ramas de las Islas Marshall.

Se cree que los actuales habitantes de la región de Micronesia (que incluye el país homónimo, las Marshall y otros tres o cuatro más) llegaron desde Taiwan hace tres mil años. Existe la teoría de que vinieron desde América después de cruzar allá por el Estrecho de Bering: es la tesis defendida por Thor Heyerdal, que le llevó a atravesar el Pacífico en una balsa; la famosísima expedición de la Kon Tiki, de la que hablaremos el otro día. En cualquier caso, lo cierto es que durante el último par de milenios los polinesios y melanesios han viajado entre islas para comerciar, guerrear o simplemente para buscar un lugar mejor. Cómo se orientaban fue un misterio para los primeros occidentales que anduvieron por allí tocando las narices, pero a finales del siglo XIX la respuesta ya era conocida. Pequeñas cartas náuticas, hechas con ramitas y conchas, que permitían a los navegantes viajar de forma más o menos directa y segura de una isla a otra.

Lejos de ser representaciones a escala de la superficie del mar y de la situación de las islas en éste, los palo-mapas marshaleños representan generalmente corrientes y tipos de oleaje. La forma, dirección y tamaño de las olas permitía a los marinos micronesios ubicarse mentalmente respecto a las islas de partida y de llegada. Los mapas o cartas náuticas hechas con palos fueron reveladas para el público occidental en 1862 por un misionero de las Marshall, y estudiadas en profundidad por un oficial de la marina alemana tres décadas después. No se conocen más casos de mapeo de formas y direcciones de las olas.

Casi todas las sociedades avanzadas conocidas han sido jerárquicas de una forma u otra. En las sociedades insulares del Pacífico el navegante estaba muy arriba en la escala social. Al fin y al cabo, si faltaba comida, sería el encargado de salvar a todo el mundo llevándolos a otra isla. Los navegantes eran una casta especial que transmitía sus conocimientos de forma restringida, algo así como los sacerdotes en el antiguo Egipto o los taxistas de Barcelona hoy en día. Nadie salvo ellos era capaz de leer una carta náutica, no digamos ya de elaborarla.

A diferencia de lo que sucede con las cartas náuticas convencionales, las cartas de palo no estaban pensadas para ser llevadas durante el viaje. Los navegantes las memorizaban y salían a la mar fiandose únicamente de su capacidad de recordar todos y cada uno de los detalles del pequeño entramado de ramas. Así se aseguraban que nadie aparte de los iniciados pudiera navegar más allá de su isla sin su consentimiento y ayuda.

Fuentes, más info y también más fotos: Sapiens, NatGeo, Wikipedia, Atlas Obscura, Smithsonian Mag, The Met, La Brújula Verde, Tecnología Obsoleta.
Mapas fascinantes, hay alguno en el museo del Quay Branly.
No recuerdo haber visto equivalentes en el museo Naval (¿me equivoco?), y debería, los primeros guiris que pasaron por allí fueron los de la expedición de Loaisa, el primer náufrago europeo en el Pacífico Gonzalo de Vigo (que digo yo que aprendería a leer esos mapas), las Marshall fueron españolas hasta bien entrado el XIX, Mendaña por las Salomón, etc, etc.
Muy bueno el libro de Luis Jiménez Laorden
https://www.amazon.com/Navegantes-espaNoles-pacIfico-Laorden-Jim%C3%A9nez/dp/8461729862
Y más corto y para echarse unas risas lo de Gonzalo de Vigo:
https://correctoresdesabor.blogspot.com/2010/03/gonzalo-de-vigo-el-primer-naufrago-en.html?m=1
Y como empezabas con los navegantes del Tigris, hasta bien entrado el sXX en Bagdad el Tigris se cruzaba con puentes hechos de barcas:
https://www.alamy.com/stock-photo-a-pontoon-bridge-crossing-the-river-tigris-in-baghdad-in-1914-25192782.html
Mal la primera frase de los primero navegantes hace apenas 10 mil años: la para el poblamiento inicial de Australia, las embarcaciones fueron esenciales; y posiblemente también para el poblamiento e América, más que caminar por el puente de tierra de Beringia, los primeros americanos habrían navegado por sus costas (una zona seguramente con mejor acceso a recursos)
Francisco, en ambos casos la hi`pótesis más extendida es que llegaron caminando en épocas glaciales, en las que que bajaba el nivel del mar…
Australia se pobló hace unos 65.000 años.
https://en.wikipedia.org/wiki/Prehistory_of_Australia
La hipótesis más extendida es Beringia en 16000 BP, con otra hipótesis que dice que hubo un poblamiento previo en el año 40.000 BP
https://en.wikipedia.org/wiki/Settlement_of_the_Americas
No veo hipótesis sobre navegantes muy extendidas, mucho menos en Australia.