Empecemos por el final: probablemente no. Y ahora recapitulemos. Hoy domingo 4 de noviembre (todavía era 3 de noviembre en parte de Europa y en América cuando han abierto las urnas) se celebra en el territorio francés de Nueva Caledonia un referéndum de independencia, el primero legal en el mundo desde el de Escocia en 2014. Este referéndum se pactó con Francia hace ahora un año, pero tiene sus raíces en el acuerdo de Numea, firmado hace dos décadas, y que otorgó al archipiélago su estatus actual de «colectividad especial», un grado de autonomía dentro de la Francia de Ultramar donde el gobierno local dispone de casi todos los poderes atribuidos a un Estado, siendo las excepciones defensa, justicia y moneda. El acuerdo de Numea, por su parte, fue la consecuencia del pacto del Hotel Matignon de 1988, negociados entre partidarios y detractores de la independencia. Ese pacto fue el modo que se encontró de ponerle fin a una situación extremadamente tensa, con ocasionales ramalazos de violencia muy grave, como la toma de rehenes de ese mismo año que acabó con 21 muertos, la mayoría de ellos secuestradores.
