El bosque donde el Telón de Acero sigue en pie

Hace más de un cuarto de siglo que desapareció el Telón de Acero. Donde antes había altos muros coronados por alambre de espino ahora crece la hierba. Las alambradas fueron sustituidas por carriles-bici y en lugar de soldados con orden de disparar a cualquier persona que intentara cruzar la frontera hay simpáticos e inofensivos domingueros comiendo bratwurst con chucrut. La frontera entre Alemania Occidental y Checoslovaquia era un lugar mayormente remoto y peligroso, que no ha recibido tanta atención como el muro que separaba a las dos Alemanias en Berlín y fuera de él, pero sólo porque era mucho menos espectacular. El límite internacional cruzaba (y cruza todavía) uno de los parajes más espectaculares y bellos de Europa, la Selva de Bohemia, un enorme bosque con una fauna de lo más variado. Y es en ese bosque donde sigue existiendo el Telón de Acero. Invisible, intangible, pero real.

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El lago negro (Chequia) y un arroyo en Alemania (fuentes 1 y 2)

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El Parque Nacional del Bosque Bávaro es un espacio protegido de casi 25.000 hectáreas; fue declarado como tal en 1970 por las autoridades de Alemania Occidental, lo que le convirtió primer parque nacional del país. El territorio linda con el Parque Nacional de Šumava, que pertenece a la República Checa. Conjuntamente forman el bosque más grande de Europa Central. Es un lugar de una belleza apabullante, primigenia, que recuerda a lo que debió ser toda Europa siglos atrás, donde los cursos de agua y los lagos entre los abetos y las hayas hacen que la civilización parezca algo muy lejano. La Guerra Fría entró en tromba en este vergel para levantar una muralla, y se hizo como solían hacerse las cosas por entonces: con mucho alambre de espino.

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Reconstrucción de la frontera entre Chequia y Alemania cerca de Čížov, un pueblo que no es fronterizo ni remotamente (fuente)

La fortificación de la frontera checoslovaca con Alemania comenzó en 1951, tres años después del Golpe de Estado que llevó a los comunistas al poder, y por los mismos motivos que llevarían una década más tarde a levantar el Muro de Berlín: evitar que los ciudadanos escaparan. Los doce kilómetros más cercanos al límite fueron vaciados de seres humanos y vallados, primero con verjas y cercas, luego con muros y alambre de espino en cantidades industriales. Durante casi medio siglo el bosque estuvo partido en dos mitades por una herida brutal. No fue hasta 1989 cuando, tras la Revolución de Terciopelo, la fortificación fronteriza desapareció, dejando tras de sí una fea cicatriz donde antes se alzaba el Telón de Acero.

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Antigua verja electrificada erigida por las autoridades checoslovacas en los años 50 en la Selva Bohemia. (Petr David Josek/AP)

Con los años la cicatriz fue borrándose lentamente. Alemania se reunificó, Checoslovaquia desapareció, como también lo hicieron los controles fronterizos cuando a ambos lados de la frontera se empezó a aplicar el tratado de Schengen. La fauna se diseminó indistintamente a un lado y otro del límite internacional, con una más que notable excepción: el ciervo. Durante más de diez años zoólogos alemanes monitorizaron los movimientos de varias docenas de ejemplares de esa especie, y pronto se percataron de una curiosidad sorprendente: los ciervos nunca cruzaban al otro lado de la frontera. En 2005 científicos checos empezaron a hacer lo mismo con los ciervos de su lado del bosque, y se encontraron con el mismo fenómeno: los animales se movían por todo el bosque pero jamás cruzaban la frontera. Únicamente se han encontrado con un par de excepciones, un macho a cada lado de la frontera, que cruzan muy de vez en cuando al otro lado de la línea imaginaria. En las mentes de esos ciervos el Telón de Acero sigue en pie.

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Seguimiento GPS de un ciervo hembra llamado Ahornia a lo largo de los años. De los once mil puntos en unos 12 kilómetros cuadrados donde se ha detectado su presencia ninguno está en la República Checa (fuente)

La explicación de semejante comportamiento se halla en la memoria colectiva de los animales. Precisamente se les colocaron los collares con GPS con la idea de estudiar sus patrones de desplazamiento para comprobar la influencia de la frontera, pero lo que se halló iba mucho más allá de lo esperado. Los desplazamientos de los ciervos son extremadamente tradicionales, y durante generaciones el otro lado de la alambrada era territorio vedado, por lo que para los animales, ajenos a los avatares de los hombres, que haya desaparecido la verja es indiferente. Con los años, sin embargo, este fenómeno desaparecerá, si es que no lo está haciendo ya. Los ciervos jóvenes buscan nuevos territorios para explorar y pese al comportamiento gregario de los animales algunos cruzarán la otrora temida frontera. Sucesivas generaciones serán cada vez menos temerosas del antiguo límite hasta que un día, finalmente, este sea completamente borrado y descanse, al fin, en el cajón de la Historia.

Más info y fuentes: Wall Street Journal, Maphead. BBC

Si te gusta leer sobre el Telón de Acero, aquí tienes unas cuantas entradas dedicadas a él.

Sobre verjas gigantes y animales ya se habló cuando vimos como en Australia le ponen puertas al campo (dos veces)

12 respuestas a “El bosque donde el Telón de Acero sigue en pie

  1. guguseti 20-septiembre-2016 / 8:38 am

    los ciervos capitalistas no osan ir al lado comunista, jejeejje curioso post, y para variar…me ha gustado jejje

  2. Daniel. 20-septiembre-2016 / 5:24 pm

    También es muy sorprendente pero por otros factores, como cambia la naturaleza entre la isla de Corfú y la zona sur de Albania, que distan entre sí menos de 5 kms en algunos tramos. Según me comentaron, es porque en durante la dictadura en Albania de Enver Hoxha, se talaban bosques enteros ya que era la leña era la única fuente posible para obtener energía. En un post que escribí, tienen unas imágenes por si se quieren hacer una idea. Saludos

    http://www.viajesparatorpes.com/2016/06/viaje-al-sur-de-albania-1-parte.html

    • Francisco 21-septiembre-2016 / 12:23 am

      Otro caso similar es cruzar la frontera de Rep. Dominicana hacia Haiti, de repente el paisaje es muchisimo más arido y con menos arboles.

  3. Roberto 20-septiembre-2016 / 10:45 pm

    Un saludo para todos.

    Seguramente sea una confusión debido a que en Chequia los nombres de los pueblos se repiten constantemente, pero me gustaría aclarar que el Čížov referido en el artículo está a tan solo un par de kilómetros en línea recta de la frontera con Austria. La frontera de la foto está junto a la oficina de información, justo en el límite del pueblecito, y no es una reconstrucción: simplemente se ha conservado lo que antiguamente había de primeras para los checoslovacos. Había dos niveles más de vallado tras esa primera cerca, aparte de vigilancia humana armada y canina, tierras aradas para dificultar el escape, etc. Todo estaba electrificado. Yo conozco a gente que escapó, aunque no por esta parte.

    Ahora ir hasta Austria desde Čížov es un camino corto muy bonito, porque en 3,4 km te has puesto en Hardegg, este sí justo en la frontera de Austria con Chequia marcada por el río Dyje (en la parte checa)/Thayatal (en la parte austríaca). La naturaleza alrededor del Dyje/Thayatal es preciosa. También en el camino hay un mirador en Chequia que era utilizado antiguamente para vigilancia, desde Hardegg también hay miradores (aunque los caminos para senderistas no están muy bien marcados, muy al contrario que en Chequia). El puente que une Chequia y Austria fue reconstruído tras la caída del telón, ya que los rusos destruyeron todas estas infraestructuras y, a su vez, los austríacos prohibieron acercarse al río-frontera. En el propio puente se pueden ver muchas fotos del momento, imagino que emocionantísimo para todos los lugareños.

    Añadir que en toda la antigua frontera marcada por el telón de acero existe actualmente un corredor ciclista (aún está en construcción en algunas partes).

  4. Dabis 21-septiembre-2016 / 6:32 pm

    Como siempre, muy interesante. Desconocía que en la frontera checo-alemana (supongo que estará correctamente dicho) existieran estos paisajes tan bonitos, es una pena que sean desconocidos para gran parte del mundo y que durante tanto tiempo se vieran separados por un motivo tan horrendo. Y por supuesto, muy curiosa la anécdota de los ciervos, deben ser los últimos que se den cuenta de la entrada en vigor del acuerdo de Schengen

    • Daniel. 21-septiembre-2016 / 6:36 pm

      Yo creo que Alemania, turísticamente, es una gran desconocida en Europa y hay muchos lugares maravillosos, tanto de ciudades como de naturaleza. Saludos.

      • Dabis 23-septiembre-2016 / 10:25 pm

        Yo conocía lo bella que es la Selva Negra, pero como ya te he dicho desconocía la existencia de estos paisajes de la Selva Bohemia. Me lo apunto como uno más de los destinos que me gustaría visitar en un futuro

  5. Heraldo Delgado 8-octubre-2016 / 5:08 pm

    Interesante todas estas historias, te insto a que lo sigas haciendo pues estimulan la buena lectura. Esos ciervos confirman el dicho que el hombre es el único animal que se da dos veces con la misma piedra, parece que los humanos, no son tan humanos nada.

  6. Josu Ibarretxe (@Josuig) 14-octubre-2016 / 7:09 pm

    ¡Vaya historia! Digna de una buena novela de misterio, con giro argumental incluido: antes de leer pensé que se habrían dejado algún trozo de alambrada o alguna marca en la tierra que evidenciara la presencia del Telón de Acero; y al final han sido unos mamíferos rumiantes de la familia de los cérvidos y su memoria genética los que ponen de manifiesto ese muro geográfico e ideplógico.

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