
Tras el final de la II Guerra Mundial, el territorio alemán fue dividido en cuatro zonas de ocupación, una para cada uno de los ejércitos aliados (británicos, norteamericanos, soviéticos y franceses). Pero Alemania no fue el único país que acabó partido en cuatro. Su vecino del sur, Austria, al que se había anexionado en 1938, también fue troceado y repartido entre los aliados. De idéntica manera a como sucedió en Berlín, Viena también fue partida en cuatro zonas de ocupación, con el centro de la ciudad convertido en zona internacional. Se dice que la idea de Stalin era repetir la jugada de Alemania, y llevarse como trofeo todo el este de Austria, al igual que había hecho con la RDA; finalmente no fue así, y tras la muerte del genocida georgiano en 1953, las negociaciones con los soviéticos culminaron en la creación del Estado Austríaco en 1955. Poco después de la independencia, Austria proclamó su permanente neutralidad, condición impuesta por los soviéticos para irse del país, temerosos de que los Austríacos ingresaran en la OTAN. La situación geográfica del país provocó que gran parte de él estuviera rodeado por naciones socialistas. La Yugoslavia de Tito, además de Checoslovaquia y Hungría, ambos miembros del Pacto de Varsovia, tenían frontera con Austria, y se encontraban muy cerca de Viena. La frontera Checoslovaca estaba a apenas cincuenta kilómetros, y la húngara, a poco más. Y en el cruce de ambas, es decir, el trifinium entre Austria, Checoslovaquia (actualmente Eslovaquia) y Hungría, se encontraba (y se encuentra) Deustch Jahrndorf, una pequeña población de poco más de quinientos habitantes, situada más al este que cualquier otra población de Austria, y limítrofe con dos secciones del Telón de Acero, la húngara y la checoslovaca. Más al este no existía ningún pueblo, en toda Europa central, que no estuviera bajo el régimen soviético. Deutsch Jahrndorf fue, durante décadas, el último pueblo del mundo libre.
Entrada al pueblo austríaco de Deutsch Jahrndorf, en el estado de Burgenland (fuente)
El camino que lleva a Deutsch Jahrndorf parte de la autopista de Bratislava, y cruza campos y más campos de cultivo, en un terreno tan llano como el propio asfalto que se extiende en todas direcciones. Gigantescos aerogeneradores escoltan la carretera, prácticamente recta y tan bien conservada como cabe esperar en un país germánico. Durante medio kilómetro, la carretera discurre tan pegada a la frontera que donde termina el asfalto empieza Eslovaquia. Poco después se llega al pueblo. Desde el centro, Eslovaquia queda a dos kilómetros y la frontera húngara a menos de tres. A cuatro está el trifinium de los tres países. Un único paso fronterizo, con el vecino pueblo de Rajka, funcionaba durante la Guerra Fría, aunque, en general, la frontera permanecía completamente cerrada. Al otro lado de la raya , una interminable verja impedía a los húngaros salir de su país, y fortalezas checoslovacas custodiaban los límites del país.
Arriba y abajo, los indicadores fronterizos húngaro y eslovaco en Deutsch Jahrndorf. En el eslovaco dice «Atención, límite estatal», en el húngaro ni idea, aunque supongo que algo parecido.
Deutsch Jahrndorf es un sitio curioso. Está habitado, y eso salta a la vista por los coches aparcados en los chalés, los jardines primorosamente cuidados, los céspedes perfectamente segados y lo absolutamente impoluto de las calles. Pero tiene algo siniestro. Se tarda un rato en notar la razón; sencillamente no hay ninguna tienda, ningún bar, ningún sitio donde ver a más de dos personas reunidas. Del pueblo parte una pista de grava hacia el sureste, que termina más allá de la frontera con Hungría. Hace veinte años, a poca distancia de ese punto se levantaba el Telón de Acero. Hace sólo dos, la zona era patrullada por el ejército húngaro. Hoy es un campo centroeuropeo más, con apenas algunos signos que indican que allí termina un país y empieza otro.
Camino de Deutsch Jahrndorf hacia la frontera. Hungría vista desde Austria. El territorio húngaro comienza tras el mojón a la izquierda de la foto.
En cuanto se cruza la frontera, a la izquierda (el noreste) aparecen unas rodadas que se pierden entre las hierbas, en territorio húngaro, a menos de un metro de la frontera. Siguiéndolas, se llega al trifinium entre Austria, Hungría y Eslovaquia, o ATHUSK (Jesús). Ese punto marca el cruce de los tres países desde 1922, tras la disolución del Imperio Austrohúngaro y el Tratado de Versalles. Rajka, pueblo al que pertenece la parte húngara del tripoint, debería haber formado parte de Austria en esa fecha, al ser de mayoría germanoparlante, pero se decidió finalmente mantenerla en Hungría. La ciudad, conocida en alemán como Ragendorf, dejó de ser mayoritariamente germana tras la expulsión forzosa de todos los germanoparlantes al final de la II Guerra Mundial, en 1946. Los austríacos de Ragendorf tuvieron suerte, su país estaba muy cerca. Los alemanes de Könisberg (actual Kaliningrado), no tanta. Pero esa es otra historia.
Sobre estas líneas, las rodadas en territorio húngaro que van a dar al trifinium. A la izquierda, Austria. Al fondo, el cruce de las tres fronteras. Debajo, el propio tripoint.
En el punto exacto de la triple frontera, un monolito triangular blanco de poco más de un metro de alto marca el lugar. En cada una de las tres caras del indicador se encuentran las letras que marcan el final, o el principio, de cada país: M para Hungría (Magyarország), Ö para Austria (Österreich) y S para Eslovaquia (Slovensko). En la parte superior del palitroque, tres líneas parten del centro geométrico e indican hacia donde se dirige la frontera. Sentado encima del marcador fronterizo uno puede sentir lo que es el dolor de trasero en tres países. Alrededor del monolito se encuentran una serie de pequeñas esculturas, colocadas por artistas de los tres países en 1989, para celebrar el derrumbe del telón de acero y la llegada de la libertad a las naciones satélite de la URSS. Veinte años después, se conservan en perfecto estado. Y que sea por muchos años.
Arriba, el monolito trifronterizo, con los indicadores eslovaco y austríaco, y una de las múltiples esculturas que lo rodean tras él. Debajo, primer plano de otra de las esculturas, la más grande del conjunto. Más abajo aún, vista cenital de la triple frontera.
Si te ha gustado, menéalo.
Por fin puedo ser el primero en comentar.
Yo a este articulo lo hubiera titulado tambien como «El primer pueblo del mundo libre».
Interesante el trifinium. Me imagino lo que debe ser sentarse en él.
http://www.wikimapia.org/#lat=48.0066852&lon=17.1607518&z=18&l=3&m=b
Siempre me llamó la atención por que Austria no fue dividida al igual que Alemania. Gracias por la aclaración.
¿Algún día habrá algún artículo sobre las cataratas?
Suerte Diego, que este año el merengue levanta
Me faltó agregar que el monumento del trifinium fue modificado por uno gris y mucho mas alto, como se ve en estos links
http://www.panoramio.com/photo/1679624
http://www.geocaching.hu/images.geo?id=3158&group=3281&table=poi_images
O así era antes?
Hola Tucumano. Te prometo que de octubre no pasa, de verdad 😀 Siempre me ha gustado ese sitio.
La foto que he puesto yo la hice hace mes y medio, a principios de agosto, supongo que la del pirulo gris debe ser anterior.
con permiso diego
las 3 lineas en la parte superior del monolito no indican precisamente hacia donde se dirigen las fronteras respectivas
pero aquellas son solamente decorativas
igualmente los 3 lados del monolito no se corresponden exactamente a los territorios de los 3 paises pero solo approximadamente
esto es porque la forma del trifinio es casi rectangular y no equiangulo
y por eso
mas de una te grande que una i griega
¡Qué interesante Diego! No tenía ni idea del motivo de la no división de Austria.
¿En serio que no hay ninguna tienda (ni bar) en el pueblo?
Hola Diego, gran post como siempre, además me gusta el tema de los trifiniuns, tanto que apoyo la histórica moción de mi compatriota «el tucumano».
Diego, estuve allí el año pasado y me pasé sacando fotos, si queres te las puedo enviar para tu prometido port.
Un abrazo.