Un portemanteau, en francés, es un perchero. Es una palabra compuesta, porte-manteau, que lleva o porta abrigos. Lewis Carroll, en su archifamosa novela Alicia en el País de las Maravillas, lo convirtió en un galicismo de uso común en inglés:
«(…) Está lleno de palabras difíciles. «Calentoreaba» significa que eran las cuatro de la tarde, cuando empiezas a calentar las cosas para la comida.
– Eso está muy bien -dijo Alicia-. ¿y «viscotivas»?
– Bueno, «viscotiva» quiere decir «viscosa y activa». Como ves, se trata de un portmanteau: hay dos significados juntos en una palabra».
En castellano la voz no existe, y el concepto está dentro de lo que solemos llamar acrónimo. Portuñol o smog son dos términos que pertenecen a la categoría de portmanteau. En geografía encontramos uno muy conocido en Tanzania, nombre y país compuestos a partir de Tanganica y Zanzíbar. Pero los amos en esto del portmanteau son los Estados Unidos. Si uno se sitúa cerca de una frontera estatal es más que probable que en los alrededores haya algún pueblo cuyo nombre esté formado a través de un portmanteau. Hoy recorreremos la mayoría de los que podemos encontrar en el país de las barras y las estrellas.
Un ejemplo de portmanteau. Canusa Avenue, en la frontera entre Estados Unidos y Canadá, entre los pueblos fronterizos de Rock Island y Derby Line, de los que ya hablamos aquí.


En Ventorros casi todo es doble: dos provincias, dos alcaldes, dos raciones de lagartos… y la factura del teléfono: “Cada parte del pueblo tiene un prefijo diferente. En más de una ocasión se me han ido cinco euros por hablar menos de media hora por teléfono con una persona que vive en la otra zona del pueblo”, recuerda Mónica. Sin embargo, comparten un sentimiento: “No somos ni de Granada ni de Córdoba. Nosotros somos ventorreños”, dice Francisco Hidalgo con indisimulado orgullo. “Funcionamos como un solo pueblo, que es lo que somos. Las fiestas están financiadas por ambos ayuntamientos y se celebran en Ventorros de Balerma.







