España Bizarra: Capricho de Cotrina, el castillo alucinógeno que un albañil autodidacta construyó para su hija

En un rincón apartado de Extremadura hay una casa de campo absolutamente estupefaciente, como si Gaudí se hubiera metido un tripi después de ir a la sesión de noche del Sónar. Su autor no es un reputado estudio de arquitectura, sino un albañil autodidacta, don Francisco González Grajera, que cuando su hija le pidió que la casa de campo que iba a construir fuera especial, se sacó de la manga una fantasía de curvas, colores y trencadís. El Capricho de Cotrina

Esto no se lo ha inventado la IA

Llegar a Los Santos de Maimona lleva una hora desde Badajoz, la capital provincial, y dos desde La Fontañera, la aldea fronteriza donde estábamos pasando el fin de semana. El pueblo, de apenas ocho mil habtitantes, está al borde de la Ruta de la Plata, la antigua vía romana devenida en autopista que vertebra el occidente peninsular de sur a norte. Del norte vino Francisco González, el artista detrás de esta casa. Había trabajado unos años en Vizcaya, aunque era natural de Torremejía, también en la provincia de Badajoz. Fue en ese pueblo donde le pusieron el apodo de Cotrina, que, de hecho, heredó de su abuelo. Cuando se instaló en Los Santos montó una empresa de materiales de construcción y se compró un terrenito a las afueras del pueblo. No imaginaba que la calle acabaría llevando su nombre. O, mejor dicho, su apodo.

Si estás pensando en el capítulo de Los Simpson en el que Homer/Homero diseña un coche, bienvenido a mi equipo. La gran diferencia es que el Capricho de Cotrina es simplemente arte, divertimento, y por eso es una genialidad.
Un gato observándome con displicencia desde su atalaya

Nosotros llegamos tarde porque nos entretuvimos demasiado parándonos a hacernos fotos en los límites provinciales y en cada pueblo y paisaje bonitos del camino, que en Extremadura son básicamente todos y cada uno de ellos. La visita, conducida por una de las hijas de Cotrina, ya había comenzado, pero nos dejaron entrar sin problemas y unirnos al grupo de cincuenta personas que deambulaba por el recinto. Durante el paseo Pilar deja caer monótonamente un discurso que se sabe de memoria después de repetirlo cada hora y media todos los fines de semana del año, pero aún así se le nota el orgullo filial por la obra de su padre. Otro hermano (de los siete que tuvo Cotrina) trabaja con azulejos en el taller anexo a la casa. Nadie vive en ella pero es el edificio con más vida de todo el pueblo.

La rotonda de los donantes de sangre, en Los Santos de Maimona, decorada con una escultura de Cotrina
Al atardecer se enciende la iluminación LED, que le da un aspecto aún más kitsch al lugar, si es que tal cosa es posible

Todo comenzó a finales de los 80, cuando Yolanda, otra de las hijas de Francisco, le pidió que su casa de campo fuera especial. Cotrina tenía ideas en la cabeza: diseños, figuras curvas, realismo mágico arquitectónico. Y decidió que era el momento de llevarlos a cabo, de convertir en realidad aquello que flotaba en su imaginación. Esbozó sus ideas en un montón de cuadernos y un año después se puso manos a la obra. Mampostería de piedra caliza, cemento armado y ladrillo sirvieron para dar forma al edificio, una fantasía llena de formas curvas inspirada en la naturaleza y realzada por los elementos ornamentales en forma de hojas, plantas o flores, todo ello recubierto de trocitos de azulejos de colores, evocando el trencadís gaudiniano.

El lugar es realmente una casa de campo donde de vez en cuando se reúne la familia así que por supuesto que tiene una piscina
Todos los detalles del recinto son espectaculares, empezando por su cerca exterior
Hay viajes de ácido mucho menos elaborados

Junto a la puerta de entrada a la casa («400 kilos de hormigón», nos explica Pilar mientras la empuja sin esfuerzo con una mano) luce la carta emocionada que un profesor de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona envió al autor del edificio hace diez años. La hija de Cotrina nos explica que al lugar han peregrinado desde los cuatro puntos cardinales, y cita entre otros la Universidad de San José en California e innumerables apariciones en prensa y en la literatura especializada. No es del todo sorprendente; ese día nosotros somos el tercer grupo de cuatro que visitan el lugar, a razón de cincuenta personas por tanda, un sábado de octubre, en un pueblo de menos de diez mil habitantes a trasmano de casi todo.

Detalle de un banco corrido en el jardín del Capricho.
Una fuente ornamental sacada directamente de algún reino onírico y transustancial. Por lo menos
La caseta-taller donde uno de los hijos de Francisco continúa su obra
Detalle del tejado de la casa, con un pequeño estanque para aislar el interior de las calurosas temperaturas del verano

El dormitorio familiar está a doce metros del resto de la casa, separado por un pasillo elevado que se asemeja al cuerpo de un gusano (el dormitorio es la cabeza, pues). El interior del edificio está decorado en el mismo estilo onírico y alucinógeno que el exterior. Especialmente el baño, una estructura independiente en forma de iglú con una linterna en el techo bajo una corona real («de 700 kilos», nos especifica la guía). Que todo esto lo haya hecho un hombre en sus ratos libres resulta cuanto menos chocante. Francisco murió en 2016 de un infarto, y tres de sus hijos continúan su obra.

Interior de una de las habitaciones del Capricho, decorada hasta niveles no conocidos por el ser humano
Pasillo hacia el dormitorio familiar, separado del resto de la casa porque Cotrina no quería escuchar el follón de sus siete hijos
Vista exterior del pasillo al dormitorio, sostenida por pequeños pilotes para que no se colaran bichos en el interior
Interior de la que iba a ser la cocina de la casa (perdón por la panorámica cutre hecha con el móvil)
Vista exterior del cuarto de baño del Capricho. Nótese la corona ejerciendo las funciones de linterna
Espectacular interior del cuarto de baño del Capricho de Cotrina

No hay una previsión para acabar el edificio, por seguir la tradición gaudiniana de la Sagrada Familia, aunque seguramente no se necesite siglo y pico. Uno de los hijos de Cotrina sigue usando los diseños de su padre, más los que él mismo y su hermana realizan, para decorar el interior de la casa. Con el tiempo todo el recinto estará recubierto de trencadís y de esculturas surrealistas, porque el genio, a veces, se hereda, y la persistencia también. Si pasáis cerca, no dejéis de ir a verlo (hay que llamar antes). La visita cuesta exactamente la voluntad, y el dinero que os dejéis allí se usará para que los hijos de Cotrina (que tienen sus propios trabajos y vidas fuera de la casa) puedan cumplir el sueño de un visionario.

Cotrina la nuit

Si te gustó esto seguro que lo gozas con estas otras cosas de las que se han hablado aquí:

La catedral de Justino, el monje que dedicó sesenta años de su vida a levantar por si solo una catedral en un pueblo a las afueras de Madrid. Un absoluto mito arquitectónico y bizarro. Bonus de una rotonda en la que aparece 300 veces la palabra «hola» en otros tantos idiomas.

El barco de Chanquete de Nerja, una de las rotondas más nostálgicas de España

La escultura de Mazinger Z en mitad de la nada en Tarragona. Existe. Y fui a verla

Nunca he tenido un marco que haga tanta justicia a mi belleza picassiana

6 respuestas a “España Bizarra: Capricho de Cotrina, el castillo alucinógeno que un albañil autodidacta construyó para su hija

  1. Marius 13-febrero-2024 / 12:07 am

    Muy buena entrada y tu narrativa me tiene riéndome solo. Un gran ejemplo de que una locura a ojos de algunos puede llegar a rozar la genialidad para otros. ¿Conoces del jardín de Edward James en Xilitla, San Luis Potosí, México? Otra genialidad también, pero en vez del estilo Willy Wonka de Cotrina, este más a lo Avatar.

  2. Carlos R. Argón 19-febrero-2024 / 4:41 pm

    Notable Diego!! siempre haciéndonos conocer lugares singulares… Te recomiendo googlear la historia de CasaPueblo, obra del artista compatriota Carlos Páez Vilaró y uno de los Iconos turísticos del Uruguay… Al contrario de la locura exuberante de Cotrina es casi totalmente blanca, pero sus formas y la ubicación, sobre una ladera rocosa que parece desplomarse en el mar la hace unica. Quizá merezca una entrada en tu también único blog.

    Un abrazo desde Uruguay!!

  3. Pepito Pérez 20-febrero-2024 / 9:56 pm

    Se ve un escudo grabado en la pared del taller. ¿Algún vexilólogo en la sala que nos pueda ayudar a identificarlo?
    Gracias por la abundancia de entradas este último tiempo, Diego. Tus incondicionales estamos felices.

    • Diego González 25-febrero-2024 / 12:03 pm

      Uno de mis propósitos de año nuevo es escribir una vez a la semana. A ver si lo puedo sostener todo el año 😀

      • Pepito Pérez 25-febrero-2024 / 2:42 pm

        Recuerda lo que te dije de Telegram. La cuenta está funcionando, no sé bien cómo. Estaría encantado de transferirte la propiedad.

        https://t.me/fronterasblog

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