El tren del hierro de Mauritania y la paradoja del turismo extremo

«Cuando emprendas tu viaje a Ítaca pide que el camino sea largo; lleno de aventuras y experiencias». Así comienza uno de los poemas más conocidos del griego Konstantin Kavafis, un canto a la vida como viaje y experiencia, y el origen más citado del aforismo que reza que lo importante no es el  destino sino el viaje. Para aquellos que comulgan con los versos del poeta helénico (Pide que el camino sea largo) existe un aventura que es el epítome del viaje como fin y no como medio. El Tren del Hierro de Mauritania, un recorrido de 700 kilómetros a lo largo de una interminable sucesión de nada en absoluto cuyo origen y destino son muy a menudo completamente irrelevantes para los viajeros.

Choo Choo Motherfuckers (Ateker)

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Fronteras con escuadra y cartabón: Las fronteras del Sáhara

Toda frontera es una agresión y posee mucho de arbitrario. Pero hay fronteras y fronteras. El Himalaya, los Pirineos, el Danubio, son fronteras naturales, estaban ahí cuando los pueblos de uno y otro lado decidieron utilizarlas como límite. Pero hay otros límites cuya arbitrariedad es tan llamativa que basta mirar un mapa para que las alarmas salten y los conceptos chirríen. ¿Una línea imaginaria en mitad del desierto más árido imaginable? ¿De miles de kilómetros de largo? ¿Qué podría salir mal?

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Los muros que aún permanecen en pie (III)

Si no lo has hecho ya, quizá quieras leer la primera y la segunda parte de esta entrada.

El Muro Marroquí (Marruecos-Sáhara Occidental)

Cuando España se retiró del entonces llamado Sáhara Español, en 1976, cedió el control de dicho territorio a Marruecos y a Mauritania. Estos últimos no tardaron en quitarse de en medio, por lo que el control efectivo de la antigua provincia española quedó en manos de Marruecos. El Frente Polisario, organización que había venido luchando por la independencia desde principios de los setenta, intentó tomar el control del territorio saharaui y proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), país que a día de hoy es reconocido por más de 50 naciones. Marruecos siempre ha considerado el Sáhara como parte de su territorio, así que decidió ocuparlo por las bravas y levantó 2.720 kilómetros de muro en mitad del desierto, en una de las regiones más despobladas del planeta (apenas 1,9 hab/km2, un poco más que Mongolia). Estas secciones de muro, hasta seis, están compuestas por murallas de arena y piedras, zanjas antitanque, verjas, medidas electrónicas y cientos de miles de minas. La tiranía alauita, tanto con Hassan II, como con su hijo Mohamed VI, ha mantenido este muro fuertemente militarizado. 130.000 soldados defienden el territorio anexionado. Entre 1982 y 1987 se levantaron seis secciones distintas de muro; el Polisario quedó al mando de una pequeña parte del Sáhara Occidental con unos 30.000 habitantes, conocida como Zona Libre. Marruecos se quedó el resto y se lo anexionó de facto.

Más info: 1, 2, 3, 4, 5

Mapa de la evolución del Muro Marroquí entre 1982 y 1987. Debajo, una vista aérea del Muro (fuente).

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