Luces de neón

Cartel de Neón de un motel en Colorado Springs (fuente)

En los años posteriores a la II Guerra Mundial la cultura del coche se extendió como la pólvora por Estados Unidos. Entre 1945 y 1960 el número de automóviles se multiplicó por 3, pasando de 25 a 75 millones. Este aumento coincidió, lógicamente, con la expansión del Sistema Interestatal de Carreteras que impulsó el presidente Eisenhower, influido por el lobby de los fabricantes de automóviles. En un tiempo relativamente corto decenas de millones de personas tuvieron acceso a los viajes por carretera, y el transporte terrestre de mercancías abandonó el ferrocarril por los camiones. El coche, apoyado por campañas publicitarias y de marketing, se convirtió en un símbolo de libertad y de ascenso social. Simultáneamente, el nacimiento de la era espacial, inaugurada con los lanzamientos del Sputnik 1 soviético y del Explorer 1 americano, introdujo en la mentalidad americana de la época el concepto de un futuro brillantemente tecnológico. De ambas tendencias, la cultura del coche y la era espacial, nació la arquitectura Googie (también llamada Populuxe o Doo-Wap), caracterizada por lo rebuscado de sus formas y por el abuso del neón. Es la máxima representante de una época, veinte años (1945-1965), en la que la ciencia ficción conoció también su edad de oro y el futuro era casi cosa del pasado.

Bienvenido a Las Vegas, una de las creaciones Googie más conocidas.

Un litro de gasolina en 1955 costaba en EE.UU. la friolera de seis centavos de dólar, y durante la siguiente década apenas subiría dos centavos, hasta los ocho por litro (o treinta por galón). Los coches más vendidos de esa época, como el Chevrolet Impala o el Ford Mustang consumían auténticas salvajadas, entre 15 y 25 litros cada cien kilómetros, lo que les dejaba autonomías algo ridículas y hacía completamente necesaria la construcción de gasolineras, moteles, áreas de servicio y todo tipo de infraestructuras de apoyo al viajero. La primera gasolinera norteamericana había abierto en 1905 en San Luis, Misuri (la primera del mundo está en Alemania, y en realidad es una farmacia), y el primer motel de carretera había abierto en 1925 en San Luis Obispo, a mitad de camino entre Los Ángeles y San Francisco, pero fue durante la posguerra cuando se multiplicaron hasta hacerse casi ubicuos.

Un par de moteles. El Moon Motel (arriba), ya cerrado, en Howell, Nueva Jersey. Debajo,otro motel en Las Vegas. Nótense las referencias a la carrera espacial (las estrellas, el globo terráqueo). Más abajo, imagen del interior de una cafetería futurista (© Bob Jagendorf).

Como narra el gran Bill Bryson en Aventuras y desventuras de Chico Centella (lectura recomendada, como TODO lo que escribe Bill Bryson, incluida la lista de la compra y los garabatos que hace en un post it mientras habla por teléfono), a principios de los 50 no se habían extendido tanto las grandes cadenas de restauración y cada ciudad tenía sus negocios propios y únicos. Para llamar la atención del conductor usaban esos enormes letreros, a veces en lo alto de un poste, cuyo brillo se veía al caer la noche a kilómetros de distancia. La extensión cada vez mayor de la cultura del coche alejó del centro de las ciudades el comercio minorista y de restauración, lo que colaboró aún más a convertir las márgenes de las autopistas en lugares de esparcimiento.

Sobre estas líneas, gasolinera de estilo Googie en Los Ángeles (fuente). El diseño es de 1965, en los últimos estertores de lo Populuxe. Debajo, un par de carteles de boleras, el primero en Plainfield, Connecticut (fuente) y el segundo en Lansing, Michigan (fuente). Ambos, al igual que la gasolinera sobre estas líneas, incluyen una de las formas más recurrentes del Populux, la flecha o el boomerang.



La arquitectura Googie se basa en la sensación popular de estar asistiendo al nacimiento de una nueva era, una era de absoluta confianza en el futuro. Ahora lo llamamos retrofuturismo, pero entonces de retro no tenía nada. Ángulos redondeados, superposición de formas, cristal laminado, amplios tejados voladizos y abuso del neón de colores son algunas de sus características arquitectónicas y estéticas. El Space Needle, el edificio más reconocible de Seattle (siendo sinceros, el único edificio reconocible de Seattle) parece talmente un OVNI llegado a la ciudad desde vaya usted a saber dónde.

El Space Needle de Seattle, construido para la Feria Mundial de 1962 (fuente y más imágenes aquí). Debajo, el Theme Building, en el Aeropuerto de Los Ángeles (fuente). En él se encuentra el Restaurante Encounter, desde el que se ven las operaciones del aeropuerto. Ideal para aerotranstornados.

El nombre de «googie» provenía de una cafetería californiana llamada así, «Googie’s», que fue de las pioneras del Doo-Wap a finales de los cuarenta. Veinta años después, y poco a poco, fue quedando claro que el futuro no iba a ser lo que se creía en un principio, y que la vida no se iba a parecer a un episodio de los Supersónicos (The Jetsons), así que el prestigio del Googie fue desapareciendo, hasta resultar anticuado (el futuro anticuado, triste paradoja), y muchas de las originales estaciones de servicio, moteles o bares de carretera fueron demolidos o destruidos por completo.

El mundo futurista del 2062 según Los Supersónicos (The Jetsons). El futuro ya no es lo que era (fuente). Echadle un ojo al nombre de los personajes en la Wikipedia en español, es probablemente la peor traducción de todos los tiempos…

La cultura del coche, sin embargo, continuó, y también las necesidades de los conductores de café, comida y descanso. En un país tan enorme como EE.UU., donde viajar de una punta a otra es un recorrido mínimo de tres o cuatro días, los aledaños de las interestatales siguieron siendo el lugar perfecto para perpetuar el neón. En España las luces de neón suelen indicar la presencia de prostitutas en el lugar, especialmente si en el neón parpadeante se lee «club» o «whiskería». Las gasolineras y cafeterías abiertas 24 horas no aparecieron de forma habitual en nuestro país hasta bien entrados los ochenta, cuando la extensión de la red de autopistas hizo viable viajar de madrugada sin fallecer por falta de sueño detrás de un camión antes de llegar al destino, pero en Estados Unidos la cultura de las 24 horas es mucho más antigua, de ahí que el neón no siempre indique «aquí puedes echar un casquete, rudo camionero».

«Si eras un crío en los setenta que se había pasado el día tirado en el asiento trasero de un Pontiac Grand Safari, la visión de este cartel en el horizonte era una promesa de libertad. Normalmente significaba que había cerca una piscina y una hamburguesa». Christian D. Rishell. (Fuente de la imagen). La cadena Holiday Inn, la más grande del mundo, fue fundada en 1952 después de que su fundador, Kemmons Wilson, realizara un viaje en coche entre Memphis y Washington D.C. y se alojara en horrendos moteles llenos de gente de dudosa reputación y vendedores de enciclopedias. Wilson montó una cadena de hoteles estandarizados, aproximadamente a un día de viaje de distancia unos de otros, donde todo era igual, la limpieza, las habitaciones, las toallas y la experiencia. También el cartel que los anunciaba, que quería ser un faro en mitad de la noche. La estrella de neón parpadeante en lo alto del cartel anunciaba a los viajeros un lugar de reposo tranquilo y familiar.

El cine acabó reflejando la cultura del neón en las carreteras, esa camarera cansada y añosa que ofrece, una y otra vez, rellenar la taza del viajero con un mejunje aguado al que llaman café, esa cocina abierta las 24 horas, donde hacen tortitas con sirope a cualquier hora del día y de la noche, esas luces de neón chisporroteantes indicando que hay habitaciones libres y que además tienen televisión. Los moteles ya son todos de grandes cadenas y las cafeterías no parecen diseñadas en Alfa Centauro, pero Googie nos recuerda que hubo un tiempo, hace no demasiado, en el que se podía confiar en el futuro.

Fuentes y fotos: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11 y 12. Muchas, muchísimas fotos en esta búsqueda en Flickr.

Si te ha gustado esta entrada quizás te gusten El primer Road Trip de la Historia y La Ruta 66.

17 respuestas a “Luces de neón

  1. pepis 12-abril-2011 / 8:03 am

    buenos días,

    qué ignorancia, les llemaba carteles antiguos de los 50, y tienen su propio nombre de estilo!

  2. Pingback: Luces de neón
  3. Antonious 12-abril-2011 / 9:46 am

    Que bueno Diego me ha recordado a una de mis peliculas favoritas «regreso al futuro» que justamente imaginan asi el futuro, que buen director el Zemeckis en esta peli logra esa estetica «googie» de lo mas bien. Muchas gracias por el post Dieguete sigue asi por que este blog se ha convertido en mi entretenimiento, enhorabuena!!!!!!

  4. Tucumano 12-abril-2011 / 1:18 pm

    Fantástico!
    Desconocía todos estos conceptos.

    No sé si viene al caso, pero hoy se cumplen 50 años del primer hombre en el espacio: Yuri Gagarin

    Cuando fui a EEUU, en el siglo pasado, recuerdo «desayunar» en un bar de esos, dónde la mesera te daba las veces que quieras ese café negro, bien negro, el cual no se podía oler por que todas las mesas tenían la fritanga del tocino con huevos fritos.

    Me miraron como extraterrestre cuando le pedía leche para mezclar con el café.

    Las Vegas es la ciudad mas llamativa que conocí en mi vida, por algo es el lugar mas brilloso desde el espacio. El derroche llega a extremos de poner cintas deslizantes para peatones en plena calle para que puedas llegar mas rápido al casino.

    Dos cosas contaré de esa ciudad que nunca dicen por tv:

    1-Cuando llegas, un casino que olvidé el nombre, te regala 5 ó 10 U$S en una tarjeta cambiable solamente por monedas de 0.25 en el mismísimo corazón del casino, al cual es fácil llegar, pero imposible salir sin preguntar por la forma en que esta diseñado.

    2-Todos los casinos tiene tranquilos rincones en penumbras con sillones que pasan desapercibidos (en Tucumán serían como los reservados o zonas vip de los lugares para bailar), no estan hechos para cuestiones sexuales como se puede suponer (para eso están las habitaciones de los hoteles que está siempre arriba de los casinos), si no que ahí van a llorar los que quedan en bancarrota, evitando hacer tomar conciencia a los demas apostadores o frustrando la alegría de los transeuntes.

  5. JIAS 12-abril-2011 / 1:49 pm

    me ha encantado el articulo 😉 no sabia que a esa moda se le llamaba «Googie»… todos los dias se aprende algo jeje!

  6. Josu 12-abril-2011 / 7:38 pm

    En cuestiones de carteles de Neón, España si que es un páramo. De pequeño cuando iba de vacaciones al Mediterraneo nos chupábamos ocho horas de carretera, y me acuerdo las únicas luces que veia eran los de los peajes, y el de los pueblos pequeños cuando tocaba hacer LAAAAAAAAAARGOS tramos de carretera. El último viaje largo en carretera que he hecho de noche en España fue Bilbao-Sevilla, hace unos diez años, y no recuerdo haber visto luces como en EEUU.

    • Diego González 12-abril-2011 / 8:09 pm

      EN un trayecto Madrid-BCN sólo se ven las de la mítica Área 103, a esa distancia de Madrid, y creo que nada más. Y son 650 kilómetros.

      EN la Carretera de La Coruña hay alguno, pero son todos burdeles

  7. martín 13-abril-2011 / 2:13 pm

    Precioso artículo, en cuanto a la estética…a mitad de camino entre lo cutre y lo ultramoderno. Casi me alegro que se pasara la fiebre…

  8. Francisco Miranda 3-May-2011 / 1:00 am

    Curiosamente los neones se asocian con prostitución en España, pero en Francia y Portugal se usan para restaurantes.

    El país europeo que repite el modelo americano de hoteles de carretera es Francia, con su red de alojamientos de bajo coste a pie de autopista, pero nada de comer a las dos de la mañana.

  9. granjefeindio 12-May-2011 / 9:02 pm

    Enhorabuena, una entrada sencillamente exquisita, me apunto a tu blog.
    Un saludo 😉

  10. Icebboy 11-noviembre-2011 / 2:35 pm

    El videojuego Fallout 3 tiene una estetica y ambientación de este estilo…

  11. marco 22-octubre-2016 / 9:46 pm

    que lindo articulo, me gusto mucho y espero que sigan publlicando mas cosas importantes como este blog. gracias por tu publicacion amigo diego gonzales.

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