El Imperio. Ryszard Kapuściński. Traducción de Agata Orzeszek. Editorial Anagrama, 1994.
Poco se puede decir de Ryszard Kapuściński a estas alturas que no se sepa. Se trata de uno de los mejores escritores de viajes y corresponsales de guerra de todo el siglo XX. Fue cronista de excepción del fin del colonialismo, presenció guerras, golpes de Estado y revoluciones, y escribió libros absolutamente imprescindibles para comprender el mundo en que vivimos.
El Imperio es uno de esas obras maestras, libros capitales escritos casi sobre la marcha en momentos de cambio. Retrospectivamente, hace comprensibles, o casi, muchos de los acontecimientos que sucedieron después de su escriturra. A través de los sucesivos contactos del autor con la Unión Soviética, el último imperio del siglo XX, Kapuściński nos acerca a la realidad de uno de los países más fascinantes del mundo. Desde la entrada del Ejército Rojo en su pueblo natal, entonces polaco y ahora bielorruso, en las postrimerías de la II Guerra Mundial, con sus secuelas de terror, miedo y hambre, hasta el viaje que realizó a las distintas repúblicas que componían la Unión Soviética cuando ésta empezaba a desmoronarse visiblemente, entre 1989 y 1991, la mirada de Kapuściński nos revela un país en permanente decadencia, donde para coger un avión hay que pasar días enteros en los aeropuertos esperando que algún avión, el que sea, parta; que ha sido gobernado con puño de hierro y padecido la mayor parte de los males que un pueblo puede sufrir. Solo que en el caso de la URSS eran decenas de pueblos distintos los que se encontraban bajo la bota de Moscú. Armenios, ucranianos, abjasios, georgianos. La rusificación, el aplastante imperialismo moscovita, los arrolló a todos. El apocalipsis que supuso la desintegración de la URSS es vivido de manera distinta en cada lugar, pero en todos la sensación oscila entre el pánico y la decepción.

Kapuściński narra todas sus historias desde un punto de vista personal, apoyándose en citas, libros y memorias de otros que vivieron por donde él pasa. El periodista y escritor está muy lejos de ser un simple cronista de los hechos que presencia. Desde la ventana del Transiberiano reflexiona sobre la relación entre el paisaje y el carácter rusos, cómo las inmensidades blancas de Siberia casi obligan al ruso a únicamente concebir un Estado tan inmenso como su propio país. En las repúblicas asiáticas, Kazajistán, Kirguistán, Turkmenia, se reúne con artistas locales, nos acerca la desconocida historia local, el fuerte sentimiento armenio de pueblo, el drama desértico del Turkmenistán, la tragedia del Mar de Aral.
Los primeros viajes del periodista a la URSS ocupan una tercera parte del libro. El resto corresponde al recorrido por casi todas las Rusias inmediantamente después de 1989 y el desplome de la tiranía comunista en los países del oriente europeo. Kapuściński visita Siberia, cruza al norte del Círculo Polar Ártico, se recorre repúblicas todavía soviéticas que pronto serán independientes. Se mete en la ratonera del Alto Karabaj, ya a punto de entrar en una guerra civil que aún dura. Parte en busca de los restos del Archipiélago Gulag, las espantosas cárceles al aire libre entre la nieve donde millones murieron bajo el estalinismo. Allá donde va, escruta las vidas de las personas normales, arrolladas por las fuerzas de la Historia. Habla con una superviviente del Holodomor, el brutal genocidio que Stalin emprendió contra los ucranianos. Millones de muertos de hambre en el llamado granero de Europa. Presencia una asamblea sindical en Vorkutá, donde Moscú es quien toma el pelo desde miles de kilómetros de distancia a los obreros locales.
Imperio es una obra maestra en todos los sentidos. La capacidad de penetración de Kapuściński sobrepasa la del escritor de viajes, y también la del periodista y el historiador. El libro es las tres cosas, viajes, reportajes e Historia. Además de un hito imprescindible para entender el siglo XX, y también el XXI.
Mi nota: Obra maestra superlativa.
Conocí a Kapuściński, desgraciadamente, leyendo su necrológica. Imperio fue el primer libro suyo que leí, y en menos de un año ya me había leído todo lo que encontré suyo. Cada uno de sus libros es una obra maestra sin la que no se puede entender la historia actual. Si Imperio describe el desmoronamiento de la URSS, Ébano es igual de básico para entender el fin del colonialismo y el estado actual del continente africano. La guerra del fútbol hace lo propio con centroamérica y así podríamos seguir con cada una de sus obras. Imprescindible.
«El Emperador» habla sobre el reinado del emperador de Etiopía Haile Selassie, entre 1930 y 1974. Una tiranía: mezquindades, incoherencias y estupideces; egoísmo, crueldad. Un país hambriento en manos de incompetentes y aprovechados. Kapuściński hizo montones de entrevistas y el libro es un canto coral de personas cercanas al emperador.
Coincido: Kapuściński es un referente imprescindible.
Qué callado te lo tenías!!!!! Me gusta mucho la idea de tu blog, muy original, voy a ir leyendolo, ya que llevo 9 MESES DE RETRASO, ya te vale, ya te vale, no avisar de estas cosas… Mira, hasta voy a votarte.
Ciaooooo
A mí me ocurrió como a Andrés, conocí tarde a este escritor, y, además, este fue el primer libro suyo que leí.
En occidente no sabemos gran cosa sobre lo que ocurria al otro lado del telón, y, mucho menos, sobre la vida diaria de su gente. Leer sobre sus vidas en este libro es descorazonador en muchos de sus relatos.
Lo bueno de los premios 20 blogs es descubrir sitios como éste. Ya te tengo en favoritos, y tú has tenido mi voto en la categoría de humor. Enhorabuena. Un saludo. David.
Perdona por lo de humor, ha sido una errata lógicamente. En mejor blog de cultura…
Pues muchas gracias, David 🙂