Una ciudad fantasma en las montañas del Cáucaso

Mira hacia el horizonte. Si estas ante el mar, el mismo se extiende casi hasta el infinito, sin nada que detenga tu vista. Puedes dejar volar la imaginación, navegar por encima de las olas, hasta llegar al otro lado, a una costa lejana pero al mismo tiempo cercana. Dos ciudades pueden estar a un océano de distancia, pero ser hermanas en espíritu. El mar no separa , en realidad, une, no dificulta los viajes, los facilita. Cuando el hombre dejó atrás sus temores y se adentró en ese espacio azul casi desconocido, el mundo cambio para siempre, adiós al Non Terrae Plus Ultra, bienvenidos al Mas allá.

Pero ahora cambia la dirección de tu mirada. Delante, una montaña, dos, una cordillera. Un límite, un muro natural que oculta lo que al otro lado se encuentra, si hay algo al otro lado. Las montañas son frontera, siempre lo han sido, y seguramente siempre lo serán. Separa mas una sierra empinada, unos pocos miles de metros en vertical, que cientos de millas de llanuras. Un pueblo puede estar a unos pocos kilómetros de otro en una zona montañosa y distar una galaxia en mentalidad o cultura.

El resto, en una fantabulosa entrada de Martín en Café Fútbol, imprescindible y superlativo blog donde son capaces de mezclar fútbol y geografía de manera magistral, y que además de vez en cuando me echa flores, lo que le convierte en más imprescindible y más superlativo todavía…

Las ciudades fantasma de la Unión Soviética (y II)

Primera parte, aquí.

Kadykchan, la ciudad de los sueños rotos

Kadykchan se encuentra en el Óblast de Magadán, en el noreste de Rusia, más cerca de Alaska que de Moscú, no muy lejos del Círculo Polar Ártico. Fundado en 1937 como pueblo minero, fue después de la II Guerra Mundial cuando conoció su mayor crecimiento, gracias, en parte, a la mano de obra gratuíta que significaban los prisioneros de guerra en la Rusia estalinista (el viaje hasta allí desde el frente debió ser de los que curten). Fueron los presos quienes construyeron el pueblo para alojar a los mineros que extraían carbón del subsuelo. El apogeo de la localidad, que realmente nunca llegó a ser Nueva York, tuvo lugar durante los años 80, cuando alcanzó los 10.000 habitantes. La caída de la Unión Soviética y la irrentabilidad de las minas provocaron el declive irreversible del pueblo; en 1996, cuando la localidad tenía seis mil habitantes, una explosión en la mina mató a seis personas y provocó el cierre de las instalaciones, lo que a su vez se tradujo en el definitivo final de la localidad. La práctica totalidad de la población fue trasladada por el Estado a nuevas viviendas en otras poblaciones, y el éxodo dejó atrás decenas de edificios convertidos en cascarones vacíos.

Edificios abandonados en Kadykchan. Imágenes de English Russia.

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