El pasado viernes el cartero depositó en mi buzón la postal sobre estas líneas. La había escrito Inés, la zaragozana detrás de Mis viajes por ahí, durante una expedición antártica el pasado mes de enero. Nadie me ha enviado nada nunca desde tan lejos y es difícil que alguna vez reciba una postal desde un lugar tan improbable, así que me hizo muchísima ilusión. Pero me provocó preguntas, especialmente una: ¿cómo ha llegado esta postal desde la Antártida a mi casa de Barcelona? Esta es la historia
Bases Antárticas
Crímenes en el hielo: ¿qué pasa cuando se comete un delito en la Antártida?
La Antártida es el único continente del planeta sin población nativa. Únicamente unos pocos miles de investigadores residen allí durante el verano austral, y la cifra se ve reducida a menos de un millar cuando llega el invierno. Podría pensarse que la criminalidad en la Antártida es nula, teniendo en cuenta que los que allí residen son gente con una preparación excepciónal. Por supuesto, sería un error. En la Antártida también se producen crímenes. Robos, peleas, agresiones y hasta un asesinato. ¿Quién se encarga legalmente de perseguir y castigar a los culpables de un delito en la Antártida, un continente que no pertenece a ningún país?
Vista aérea de la Base Amudsen-Scott, junto al Polo Sur. Un criminal no tiene muchos sitios donde huir, teniendo en cuenta que el asentamiento humano más próximo está a más de mil kilómetros de allí.
