Quince años no es nada

«Éramos felices y no lo sabíamos». He leído esa frase muchas veces a lo largo de los últimos tres lustros, sobre todo en los últimos cinco o seis años. Generalmente y al menos en España, se refieren a la década que va de finales de los noventa a finales de los 2000, una década de crecimiento económico y optimismo social, con el terrorismo nacionalista e islamista como enemigo común y la sensación de estar entrando en el primer mundo por la puerta grande. Curiosamente, es más fácil leerles o escucharles esas palabras a gente que por aquella época en el mejor de los casos no había terminado la primaria, y que muchas veces no había siquiera nacido. Todo está inventado hace mucho tiempo. Cualquiera tiempo pasado/fue mejor, rezan los dos versos que cierran la primera de las cuarenta Coplas a la muerte de su padre  de Jorge Manrique. Las escribió en los años setenta. Del siglo XV. Cuatro siglos más tarde, la actriz francesa y ganadora de un Óscar Simone Signoret publicó su autobiografía con el título La nostalgia no es lo que era, una frase ingeniosa que, cuenta, leyó por primera vez grafiteada en un muro en Mahattan.

Fronterasblog en sus inicios, tal y como lo capturó la Wayback Machine el 12 de enero de 2008

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Las 256 mejores entradas de Fronteras

Que son todas y cada una, incluyendo esta. Hoy, siete de enero, se cumplen cuatro años, cuatro, de la publicación de la primera entrada de este blog. Decir que en estos cuatro años han cambiado muchas cosas sería quedarse un poco corto. Me he casado, he tenido un hijo (al que le regalan mapamundis atroces), he cambiado dos veces de trabajo y otras dos de lugar de residencia, he perdido a mi padre, he conocido Nueva York (y lo que es mejor todavía, Baarle)… y he publicado 28 entradas en el blog (en 22 años). No son muchas (Microsiervos hace eso en un fin de semana malo y sólo con los bots), pero hay alguna que otra más o menos decente que podría incluso ser calificada como pasable. En cualquier caso he disfrutado como un enano durante estos cuatro años. Y espero que vosotros, escasos pero inmerecidos lectores, de vez en cuando hayáis pasado un rato agradable leyendo este vuestro blog fronterizo.

Para la entrada de hoy voy a necesitar uno de estos

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Dos años en la Frontera

Pues parece que hemos llegado a los dos años. Contra todo pronóstico, y para desgracia del nivel de la blogocosa hispánica, Fronteras celebra hoy su segundo aniversario, algo que me llena de orgullo y satisfacción y que además me permite dedicar una entrada entera a mirarme el ombligo. Permitan que me de unas palmadas en la espalda y felicite a mi imagen en el espejo por ser tan irresistiblemente atractiva.

Gonzo en la Tira Ecol.

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La inevitable entrada del primer aniversario

Gabriel García Márquez dijo en una ocasión que «Escribo para que me quieran», y todo bloguero que haya instalado un contador de visitas sabe hasta que punto esa frase es cierta. En días como hoy aún más, y es que con treinta y nueve días de retraso llega a Fronteras el segundo cumpleaños de cualquier bloguero, en el que recibe felicitaciones,  palmadas en la espalda y elogios de gente que no conoce. Algo parecido a lo que ocurre en el Facebook.

phone174
Mi señal de tráfico favorita

Fronteras nació el 7 de enero del año pasado fruto de la lectura compulsiva de la Wikipedia en inglés durante las fiestas navideñas. Vivía solo y tenía dos cosas muy importantes para cualquier bloguero que se precie, una conexión de ADSL e insomnio. Con esas dos armas pasé horas leyendo todo tipo de datos chorras y absolutamente innecesarios sobre cantidad de cosas, pero especialmente sobre Geografía. Me enteré así, por ejemplo, de que el nombre completo de Bangkok, capital de Tailandia, es Krungthepmahanakhon Amonrattanakosin Mahintharayutthaya Mahadilokphop Noppharatratchathaniburirom Udomratchaniwetmahasathan Amonphimanawatansathit Sakkathattiyawitsanukamprasit, que en castellano quiere decir «Si es pa’l Domund, ya he dao». De todo lo que leí lo que más me asombró es encontrar cachos de unos países en otros (técnicamente se llaman exclaves, pero se entiende mejor de la otra manera) y naciones enteras que, sencillamente, no existían para nadie. Y así comenzó a gestarse la idea de un blog dedicado a esa clase de cosas.

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