¿Cuál es el estado más pequeño del mundo? El Vaticano, diréis. Y yo os responderé altiva, tramposa y prepotentemente: ERROR. El Vaticano tiene una densidad de población de dos papas por kilómetro cuadrado (el doble si se cuenta al Papa Emérito), y una superficie que equivale a un cuadrado de setecientos metros de lado, palmo arriba o abajo. Es un territorio exiguo, pero es un territorio. Resulta que existe un sujeto soberano, con sus pasaportes, sus embajadas, su membresía de la ONU, su diplomacia y sus cosas varias que, sin embargo, carece por completo de eso de lo que el Vaticano tiene tan poco y a Rusia le sobra. No, no hablo de vodka o vecinos invadidos, sino de territorio, claro. Se trata, como los lectores más avezados y sabios habrán sin duda adivinado, de la Orden de Malta, cuyo tediosísimo nombre completo es Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta. Chúpate esa.
No, esta no es la bandera de Dinamarca, sino la de la Orden de Malta. La otra bandera, más conocida, es la que tiene la Cruz de Ídem.