Los enclaves y exclaves no sólo se dan en las fronteras internacionales, sino que dentro de un mismo país las diferentes regiones suelen tener enclaves las unas dentro de las otras. Un par de casos extremos son Liechtenstein o los Emiratos Árabes, que ya aparecieron por aquí hace un tiempo. Sin llegar a tanto, en España también existen unos cuantos enclaves autonómicos y provinciales. La mayor parte de ellos han sido más o menos polémicos a lo largo del tiempo, algunos lo siguen siendo, y otros son completamente desconocidos. Casi todos ellos tienen un origen feudal y sobrevivieron a la extición de la mayor parte de los enclaves internos españoles, acaecida junto con la reorganización territorial de 1832, aún vigente en casi toda su extensión.
Navarra en Aragón
Santiago Ramón y Cajal fue, sin duda, uno de los más importantes científicos españoles del Siglo XX, como vino a demostrar ganando el premio Nobel de Medicina en 1906 por la llamada Doctrina de la Neurona. El insigne médico era natural de un pueblo llamado Petilla de Aragón que, como su propio nombre no indica, no forma parte de Aragón, sino de Navarra. El pequeño pueblo, formado por dos enclaves en la provincia de Zaragoza, pertenece a Navarra desde el siglo XII, cuando Pedro II de Aragón empeñó varios castillos y villas a Sancho el Fuerte, a la sazón rey de Navarra. Los enclaves han sobrevivido a la conquista militar del reino en el siglo XVI, a la transformación de éste en provincia foral en el siglo XIX y a la integración en el llamado Estado de las Autonomías, en el que se basa la organización territorial de España desde 1978.
Fuente: Historia de Petilla. Ver en Google Maps.