Hablábamos la semana pasada sobre las cuatro esquinas de Estados Unidos y Canadá. Hay un tercer país, casi igual de grande, que también tiene sus particulares cuatro esquinas; Australia. A diferencia de las americanas y las canadienses, las cuatro esquinas australianas son, efectivamente, cuatro, no una. A lo largo de la frontera del estado de Australia Meridional, cada punto de interés está marcado con un disco de bronce sobre un poste de hormigón, y tiene su propio nombre, y su propia historia detrás.
Las cuatro esquinas de Australia… Meridional
Las fronteras internas de los estados que componen Australia son un tanto sencillas. Si bien no llegan a las formas rectangulares de Colorado o Utah (reconozcamos que para un escolar de Salt Lake City aprenderse la geografía de su estado debe ser algo más fácil que para un español o un austríaco, pongo por caso), esto es así únicamente porque las costas australianas no son rectas. Los estados australianos son herencia directa de las colonias británicas en el continente, y sus límites vienen establecidos por distintos meridianos y paralelos, salvo en el caso de Victoria, cuya frontera norte (con Nueva Gales del Sur) discurre junto con el río Murray, de 2.500 kilómetros de longitud.