España, día laborable. Los españoles se disponen a informarse. El trabajo de centenares de redactores, reporteros, periodistas, documentalistas, técnicos, cámaras y demás gente sin futuro da por fin sus frutos: un prodigio de la información, un pedazo de trepidante realidad, un necesario aporte de conocimiento para nuestro buen juicio, el cuarto poder, el dominio del lenguaje, la información al servicio de la sociedad civil, el perrito piloto y el chichi de la Bernarda, todo eso y más:
Sintonía de los informativos. Cortinilla de inicio. Diseño brillante, luminoso y dinámico.
Tras la cortinilla, imagen de un político de la oposición o del gobierno, tanto da:
– Pues yo opino de que lo que ha dicho [INSERTE NOMBRE DE RIVAL AQUÍ] es, vamos, o sea, estentóreo, vergonzoso, hiperlumínico (sufre un infarto al pronunciar una palabra de seis sílabas).
Cambio de plano: declaraciones del político mencionado anteriormente:
– Pues yo creo de que esas declaraciones manifiestan una intención de influenciación en la normatividad vigente que a corto y medio plazo podría causar un problema a nivel de la calle en base a la jurisdiccionalización de la vida cotidiana. ¿Me se entiende?
Periodismo, de J.R.Mora