El gol más importante de la historia

Hay goles y goles. Golazos de un gran mérito técnico y churros que entran por pura suerte. Goles intrascendentes y goles que serán recordados por siempre; goles que nos hicieron llorar y goles que nos enloquecieron de júbilo, muy habitualmente las dos cosas, aunque no a las mismas personas. Cada año se marcan decenas de miles de goles en los campeonatos nacionales e internacionales de todo el mundo, y pocos, muy pocos, entran en la historia con nombre propio. El gol de Maradona, el gol de Iniesta o el Gol de Nayim, que todos sabemos cuáles son aunque sus autores marcaran muchos más. Yo sostengo que el gol más importante de la historia se marcó justo hoy hace diez años, y lo marcó un defensa. El gol de Sergio Ramos.

Que el Real Madrid es el mejor club de la historia no lo decimos sólo los madridistas, que somos al fútbol de clubes lo que los argentinos al fútbol de selecciones: un coñazo. También lo dicen los números. En un fútbol como el del siglo XXI, lleno de datos, estadísticas e índices, con figuras tan extrañas como los «Expected Goals» y tablas dinámicas de Excel para explicar un empate a cero entre dos equipos de segunda división, hay una cifra que por si sola resplandece como un rascacielos de platino en mitad de un prado: Catorce.

Catorce son las veces que el Real Madrid se ha proclamado campeón de Europa, el doble que el siguiente equipo continental con más títulos. La primera en 1956 y la última hasta el momento en 2022. Dentro de ocho días el club tendrá la oportunidad de añadir una orejona más a su ya abigarrada sala de trofeos. La vitrina donde se exponen las Champions del Madrid es tan grande que sólo se puede fotografiar con gran angular. El Madrid es a la Champions lo que Google a los buscadores o Apple a timar a gente a la que le sobra el dinero. Siempre ha sido el equipo con más trofeos europeos en sus vitrinas, puesto que ganó las cinco primeras ediciones. La aspiración de los merengues es que cuando dentro de seis mil millones de años el Sol se convierta en una enana roja y se expanda engullendo medio Sistema Solar, el Madrid continúe siendo el equipo que más veces ha ganado el torneo más prestigioso del mundo.

Pero no siempre fue así. Los madridistas de mi generación y la anterior, los que nacimos entre principios de los sesenta y mediados de los ochenta, crecimos escuchando y leyendo historias de glorias europeas de nuestro equipo, pero sin poder vivirlas nosotros. Durante tres décadas y pico, las que van de 1966 a 1998, el Madrid deambuló sin demasiada pena ni gloria por el máximo torneo del continente, llegando a una única final en 1981, y perdiéndola. Las dos copas de la UEFA consecutivas de mediados de los ochenta fueron un consuelo, pero supieron a poco. Fueron treinta y dos años de sequía que se terminaron un 20 de mayo de 1998 en Ámsterdam, cuando un montenegrino marcó el que, por entonces, era el gol más importante de la historia del Real Madrid, y que por esa razón también tiene nombre propio: el gol de Mijatovic.

En los siguientes cuatro años se ganó la Champions dos veces más, en París y Glasgow, cimentando lo que parecía que iba a ser una nueva época de dominio continental del equipo madrileño. Pero no fue así. Pasaron doce años antes de que el Madrid regresara a una final europea; en seis de ellos el Madrid cayó de forma consecutiva en octavos de final ante equipos teóricamente inferiores. Una travesía del desierto más breve, pero igualmente desesperante para un equipo que ya había incorporado a su ADN la necesidad de pelear siempre por la Champions League como máxima prioridad. Y en Lisboa esperaba nada menos que el vecino, el otro gran equipo de la ciudad, el Atlético de Madrid.

Cuando el cronómetro llegó al minuto 90 la final estaba perdida; el Madrid no había conseguido generar apenas ocasiones de gol peligrosas para la portería rojiblanca y sólo en los últimos minutos, ya rozando el descuento, había llegado a inquietar realmente a la defensa rival. A las 22:33, cuando el partido entraba en el tiempo añadido, envié un tuit y varios whatsapps felicitando a mis amigos colchoneros. A las 22:36 sucedió esto.

Ramos se elevó sobre los defensas rivales como un helicóptero contraincendios después de llenar el depósito en una piscina municipal, pero lo que hizo no fue apagar un fuego, sino provocarlo. La prórroga la recordamos casi como un trámite por lo abultado del resultado final, pero el Madrid no se puso por delante hasta la segunda parte del tiempo extra, y no amarró el triunfo hasta dos minutos antes del silbido final del árbitro. No fue fácil, porque nunca lo es. Pero el gol de Ramos fue el punto de inflexión del partido, y lo que nos lanzó a los hinchas blancos a quedarnos afónicos de tanto gritar.

A esto en Tuíter lo solemos llamar «contragafe«

El gol de Mijatovic cambió la historia del Real Madrid, pero el gol de Ramos además cambió la historia del fútbol. El Madrid ganó la Champions tres veces consecutivas en los siguientes cuatro años, en un entorno futbolístico en el que podía preverse que los clubes-estado como el PSG o el Manchester City fueran los dominadores del continente. Pero no fue así, y en buena parte por culpa del Real Madrid, que una y otra vez ha disputado eliminatorias y finales sin ser el favorito, y contra todo pronóstico ha salido victorioso casi siempre. El paradigma de esto fue la última copa levantada por los blancos hace dos años. El club se enfrentó sucesivamente a PSG, Chelsea, City y Liverpool, clubes con mejor plantilla y estrellas más brillantes, en todos los casos con el rival como favorito, y ganó todas las eliminatorias, de maneras a cada cual más rocambolesca, con remontadas en el último minuto, goles imprevisibles salidos de la nada y espectáculos increíbles de resistencia sobrehumana. No es tan raro ganar un partido en el que no eres favorito, ni remontar en el descuento, ni vencer en una eliminatoria en la que el otro equipo domina el juego de forma aplastante. Lo insólito es hacerlo una y otra vez a lo largo de los años, cambiando los jugadores, los entrenadores, los escenarios y los rivales.

Es difícil imaginar una década tan absolutamente prodigiosa para el madridismo como la que se inició aquel 24 de mayo de 2014 en Lisboa si aquel cabezazo de Sergio Ramos no llega a entrar. El Madrid ya tenía cierta aura de ser capaz de remontar cualquier cosa desde los ochenta, que quedó retratada para la posteridad en una frase del desaparecido Juan Gómez, Juanito: Noventa minuti en el Bernabeu son molto longo. Pero era una leyenda sobre todo de consumo interno, para llenar horas muertas de radio y titulares perezosos de la prensa deportiva. El gol de Ramos supuso grabar en mármol aquella frase macarrónica del genio de Fuengirola. Todos los equipos tienen su mitología propia para darle un sentido a la institución y para cohesionar a los aficionados, pero el Madrid además se la cree. Y no sólo se la cree sino que ha conseguido que sus rivales también se la crean. Cuando algo pasa una y otra vez deja de ser un milagro. Y ese es el legado del gol de Ramos. Que la frase «Hasta el final, vamos Real» no sea un cántico vacío sino una frase que jugadores y afición asumen como propia, tangible y real, mientras simultáneamente provoca escalofríos de terror entre los rivales, que se estampan una y otra vez contra un muro infranqueable formado no por defensas sino por mitos y leyendas. En un mundo sin ese punto de demencia y de suerte buscada que ha caracterizado al Real Madrid en estos diez años el panorama futbolístico sería muy distinto, y probablemente, aunque esto ya es una obvia valoración personal, peor, con fondos de inversión soberanos gastando ilimitadamente y sin control y desplazando hacia la intrascendencia a los clubes históricos. Pero Ramos cambió eso, y el 1 de junio el Madrid se enfrenta al mayor reto de la historia del fútbol europeo: ganar 6 Copas de Europa en 10 años. Algo que, aunque parezca mentira, ya sucedió una vez, y cuyo protagonista, evidentemente, fue el propio Real Madrid. ¡A por la 15!

Previamente:

El mejor gol de la Historia (el gol de Nayim)
¿En cuántos países ha ganado títulos el Real Madrid? 
Madridistas por el mundo

7 respuestas a “El gol más importante de la historia

  1. J.A 24-May-2024 / 11:54 am

    El sol se convertirá en gigante roja (no enana), y de ahí a enana blanca.

  2. Matias ND 24-May-2024 / 3:35 pm

    Antes que nada: tercera vez que intento publicar este comentario. El sitio dio error las dos primeras veces, pero no me sorprendería que más tarde aparezca por triplicado el mismo.

    En fin… va comentario:

    Uh, la put…

    Como uruguayo y gran simpatizante del Atlético, este partido no me provoca buenos recuerdos, la verdad.

    Por otro lado, debo decir que eres de los pocos madridistas que reconoce que buena parte de los mismos en Twitter, por ejemplo, son simple y llanamente insoportable (el % aumenta si tienen RM en el nickname).

    Aunque si, los argentinos también son así de insoportables. No es el único país con una afición densa como el plomo, pero, lo de ellos es incomparable sin duda. Al menos en una escala per-cápita.

    Quizá solo puedan ser igualados por los norteamericanos, en… bueno cualquier cosa que no sea fútbol.

    En fin, a pesar de activarme un mal recuerdo, disfruté la lectura.

  3. Ignacio Clavero 27-May-2024 / 12:58 pm

    Gallina de piel, como decía uno de nuestros eternos rivales.

  4. Enzo 31-May-2024 / 5:10 am

    No es tan molesto el epíteto español como el servilismo oriental ante cualquiera que embista contra Argentina. Complejo(s).

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