Cuando Carl Cox lo hizo en la nochevieja de 1999 los vuelos que cruzaban la línea de cambio de fecha eran pocos, y menos aún los que lo hacían la última noche del año, pero en el cuarto de siglo que ha pasado desde entonces el tráfico aéreo internacional se ha multiplicado por cuatro, y ahora los vuelos que despegan un día para aterrizar el día anterior son una ocurrencia cotidiana. Y en la nochevieja de 2025 tenemos nada menos que dos docenas de vuelos que despegarán el 1 de enero de 2026 y aterrizarán a tiempo de comerse las uvas una segunda vez. Y son estos:

De los veinticuatro vuelos que aterrizarán un año antes de haber despegado, nada menos que dieciséis son vuelos entre Samoa y su hermana pequeña la Samoa Americana. Seis de ellos son operados por Samoa Airways entre el pequeño aeropuerto de Fagali’i y Pago Pago, la capital de Samoa B, os otros diez son cosa de Talofa Airways, la otra aerolínea samoana, que conecta el aeropuerto de Faleolo con Pago Pago. Desde que en 2011 el gobierno samoano decidió comerse el 30 de diciembre para ajustar su fecha a la de sus principales socios comerciales (Australia y Nueva Zelanda) ambos países, que están separados por un brazo de mar de apenas 75 kilómetros, viven en dos fechas distintas, de manera que todos los días del año los aviones que despegan de un país y aterrizan en el otro cambian de día al hacerlo en los escasos 35 minutos que dura el vuelo. Así que los bimotores de las dos compañías se pasan el día de año nuevo jugando a la comba con la línea internacional de cambio de fecha y recogiendo y depositando pasajeros en años distintos.

Otro absoluto clásico de los vuelos transanuales es el de Air New Zealand que partiendo de Auckland aterriza en las Islas Cook. En este caso el vuelo saldrá del aeropuerto neozelandés diez minutos antes de las nueve de la mañana del 1 de enero y dejará a los turistas ávidos de daiquiris en Rarotonga cinco horas después, pero del año anterior. También es un viejo conocido el vuelo de la United que une Agaña, la capital de Guam, con Honolulu, la de Hawái. La propia compañía aérea lo publicita como el vuelo que viaja en el tiempo. Son casi ocho horas de vuelo: de las ocho menos veinte del 1 de enero en Guam a las siete menos cinco de la tarde del día anterior en Honolulu. Hace dos años el vuelo salió con tanto retraso (seis horas) que los pobres pasajeros que se habían gastado cientos de dólares para disfrutar de dos nocheviejas llegaron media hora tarde a la segunda de ellas.

El resto de vuelos de la lista son todos desde el sudeste asiático a tres ciudades de la costa Oeste de Estados Unidos y Canadá. Los habituales Tokio-Los Ángeles, los vuelos de Cathay Pacific desde Hong Kong al propio Los Ángeles a San Francisco y a Vancouver, y un par de añadidos nuevos. Hainan Airlines, la aerolínea privada más grande de China, unirá Shenzén con Vancouver en un vuelo que saldrá a las dos y media de la madrugada hora local y llegará a Canadá a las diez de la noche, a tiempo para una segunda cuenta regresiva, mientras que la aerolínea de lujo Starlux Airlines (que en España tiene nombre de caldo de pollo en cubitos) partirá de Taipéi apenas cinco minutos después de la media noche para llegar a San Francisco a las siete de la tarde del día anterior. Hay al menos otra docena de vuelos que a poco que salgan con algo de retraso también viajarán al pasado. Entre las once y media y las doce menos cinco de la noche hay ocho vuelos de tres aerolíneas distintas (EVA Air, China Airlines y Starlux) que parten de Taiwán con destino a otras tantas ciudades en la costa Oeste de EE.UU. y Canadá, además de otro par de vuelos entre Manila y San Francisco que parten de Filipinas pasadas las once de la noche.

Por si alguien es tremendamente AVgeek, aquí está la tabla con todos los vuelos:

Y esto ha sido todo por este año, queridos lectores. Espero que lo hayáis disfrutado tanto como yo. Nos vemos el año que viene.

¡FELIZ 2026!

Agradecimientos: Viajes para Torpes, por apuntarme la existencia de un post de Aeroroutes que tenía ya medio trabajo hecho. Este ejercicio ya lo hicimos en 2020 y en 2024, por cierto.

Puedes encontrar esta historia, y todas las demás, en El Mapa de Fronteras

Y que sepáis que esta historia también aparece en HISTORIONES DE LA GEOGRAFÍA, el libro que llevas deseando leer toda tu vida y que ahora por fin alguien se ha molestado en escribir: 101 historias delirantes sobre la geografía de nuestro amado Planeta Tierra que te servirán para dejar de mirar el móvil mientras defecas.  COMPRA MI LIBRO. ES UNA ORDEN