Hay estaciones de ferrocarril que dan servicio a grandes ciudades y reciben cientos de millones de pasajeros cada año. Por debajo de ellas en la pirámide de importancia están las estaciones que dan servicio a pequeñas ciudades, a suburbios, o a pueblos. En algunos lugares hay apeaderos remotos que únicamente sirven para que los habitantes de caseríos dispersos por el monte puedan subirse al tren sin necesidad de ir al pueblo más próximo. Y luego ya está Seiryu Miharashi, una estación de tren cuya única razón de existir es la propia estación de tren: no existe ninguna manera de llegar hasta ella que no sea precisamente en tren. Es la estación autocontenida. La metaestación. Una estación de tren más filosófica que práctica.
