De todos los regímenes totalitarios que en el mundo han sido, el más aislado, misterioso e impenetrable (tres adjetivos que se repiten casi invariablemente al hablar de él) es el de Corea del Norte. Nacido en su configuración actual tras el alto el fuego que paralizó la Guerra de Corea (sin ponerle fin; técnicamente aquella zona sigue en guerra, a la espera de un tratado de paz que, más de medio siglo después, termine con las hostilidades), el estado norcoreano se caracteriza por ser el más parecido, en el mundo real, al enloquecido y paranoico universo de Mil Novecientos Ochenta y Cuatro. Lo poco que se sabe realmente del país consiste en totalitarismo, estalinismo, culto a la personalidad, fabulosos lavados de cerebro y paranoia, mucha paranoia.
Desfile celebrando el 60º aniversario de la República, en septiembre de 2008. © Eric Lafforgue