El pasado día 5 de agosto el FC Sheriff, nueve veces campeón de la liga de fútbol moldava, dio la campanada al eliminar al Slavia de Praga en la previa de la Champions, merced a un gol en el tiempo de descuento que heló la capital checa. El FC Sheriff tiene varias peculiaridades. Una, poseer un estadio internacional UEFA, en un país tan depauperado como Moldavia. Dos, que juega en Tiraspol, capital de la República Pseudoindependiente de Transnistria, o Pridnestrovie, vieja conocida de los lectores de este blog. La machada del Sheriff abría las puertas a la posibilidad de que la Champions, con su corte de periodistas, aficionados, televisiones, directivos y demás, visitara la hermética república. Para ello tenían que superar un último escollo, el Olympiakos griego. Se da la circunstancia de que el entrenador del conjunto helénico era el técnico del último equipo que eliminó al Olympiakos en la Champions; el Anorthosis de Farmagusta, otra ciudad de un país inexistente. Anoche se disputó el encuentro de ida, y el resultado, esta vez, fue el esperado. Los griegos vencieron por dos goles a cero en Tiraspol, encarrilando la eliminatoria y cerrando prácticamente todas las puertas a los transnistrios para disputar la próxima edición de la Champions League. Otro año será.
Axel Torres: ¿Champions League en Transnistria?
Fronteras ha regresado ya de sus vacaciones. En los próximos días retomaremos la aleatoria actividad habitual. Gracias por vigilar el blog, regar las plantas y dar de comer a los aduaneros en mi ausencia. Disculpad por los comentarios que han estado durante semanas pendientes de moderación. Nos leemos por aquí.