Cerebro, belleza y pantalones. Aloha Wanderwell, la primera mujer que dio la vuelta al mundo en coche

Un día de 1922 Idris Hall leyó en la prensa francesa un anuncio en inglés que rezaba «Brains, beauty and breeches. Oportunidad para una jovencita con suerte de dar la vuelta al mundo«. El anuncio, buscando teóricamente una secretaria, lo había puesto Walter Wanderwell, un polaco afincado en Estados Unidos que había convencido a Henry Ford para que le donara un par de Ford T con los que dar la vuelta al globo. Idris había llegado a Francia unos años antes siguiendo a su padrastro, un reservista del ejército británico que acabó muriendo en la batalla de Ypres. Acostumbrada a leer desde muy joven, había devorado las novelas de aventura de la biblioteca familiar, así que no se lo pensó dos veces y respondió a la oferta. Idris apenas tenía 16 años, y aquel día no sólo cambió su vida para siempre, sino que fue el inicio de una de las mayores aventuras de la historia del automovilismo. Esta es la historia de una mujer cuya vida y personalidad parece un cruce de Amelia Earhart con Indiana Jones.

Aloha Wanderwell desembarcando un coche en Osaka, Japón, en 1924

Lo cierto es que Idris parecía predestinada a aquella aventura. Con doce años viajó sola de Canadá a Francia para estar con su madre, que acababa de enviudar por segunda vez. Así que cuando leyó aquello no tuvo ninguna duda. Su madre tampoco, y le dio permiso para embarcarse con el autodenominado «Capitán» Wanderwell, que realmente se llamaba Johannes Pieczynski. Nacido en Polonia, se cambió de nombre al llegar a Estados Unidos para hacerlo más pronunciable, una costumbre extremadamente popular en la época. Después de pasar un tiempo en la cárcel por las sospechas del gobierno de que era un espía alemán, en 1918 lanzó la llamada Apuesta del Millón de Dólares, una carrera de resistencia alrededor del mundo a bordo de un Ford T. Dos equipos se enfrentarían en un desafío de proporciones homéricas, en una época en la que las carreteras, cuando existían, estaban preparadas para carretas, no para automóviles. La carrera en sí era una estrategia publicitaria y de marketing de la Ford, pero sirvió para que Wanderwell se ganara la vida viajando alrededor del mundo, grabando películas mudas cuya proyección se acompañaba con proyecciones en vídeo. Inicialmente viajaba con su mujer, pero por lo que fuese el matrimonio no iba del todo bien, así que Wanderwell se buscó una cara bonita para que apareciera en las películas que grababa durante el viaje. Y de ahí el anuncio en la prensa francesa.

Aloha y Walter Wanderwell en la plaza de toros de San Sebastián, en mayo de 1923. La expedición recorrió buena parte de la península Ibérica: Barcelona, Tortosa, Valencia, Madrid, Oporto, Vigo, Pontevedra, Santiago, La Coruña, Palencia, Burgos y San Sebastián.
Mapa de la expedición hacia 1925. En 1926 y 27 recorrerían África desde Ciudad del Cabo a El Cairo y continuarían hasta Noruega

La joven de 16 años procedió a adoptar un nombre artístico nada más entrar a formar parte de la expedición, y eligió el mote por el que su madre la conocía de niña: Aloha. Guapa, rubia, carismática y de metro ochenta, en seguida se hizo imprescindible en la gira, no sólo como el rostro que aparecía en las películas sino como chica para todo. Mecánica, productora cinematográfica, traductora y, por supuesto, conductora. Mientras viajaban por todo el mundo, proyectaban el material que habían grabado mientras ella y Wanderwell leían o explicaban lo que aparecía en pantalla, una forma muy común de cinematografía en los años anteriores al cine sonoro. Aquella primera expedición se extendió cinco años, en los que visitó 43 países y les dio tiempo a casarse y tener dos hijos.

Aloha Wanderwell y sus dos hijos, que eran pa comérselos, a principios de los años 30
Exhibición del documental de Aloha Wanderwell en Los Ángeles, 1926

Hace cien años las carreteras asfaltadas no existían en casi ningún lugar del mundo, y lo mismo se podía decir de las gasolineras. Para recorrerse miles de kilómetros por junglas y desiertos los expedicionarios tenían que tirar de imaginación, y recurrieron a plátanos machacados o sebo de elefante para engrasar el coche. Para coincidir con la expedición que llevaba a cabo la primera vuelta al mundo en avión, recorrieron tres mil quinientos kilómetros cada uno en un coche entre Adén, en Yemen, y Calcuta, en la India, mientras el resto de la expedición se quedaba en Egipto intentando solucionar problemas burocráticos. Por el camino pasaron por la Meca, donde Aloha, con sus seis pies de estatura, se disfrazó de hombre para poder visitar la ciudad. Durante la mayor parte del camino la carretera eran dos huellas de carreta tirada por bueyes a lo largo de terrenos inhóspitos que destrozaban neumáticos y amortiguadores con la misma facilidad con la que un niño aplasta una hormiga entre los dedos.

La expedición Wanderwell en El Cairo
Calcuta, 1925. La vuelta al mundo en coche de Aloha Wanderwell y la primera vuelta a al mundo en avión se cruzan
Una de las postales promocionales de la época

La colección de anécdotas de aquella primera expedición, que recorrió medio millón de kilómetros, fue notoria. Estar a punto de morir de sed en Sudán, hacer de espía para la Legión Extranjera, matar elefantes en medio de una estampida para evitar que la aplastaran, ser nombrada «coronel honorario» por la Unión Soviética… quién no ha tenido una semana loca alguna vez en la vida. Estas historias y muchas otras eran las que contaba en las conferencias que impartía simultáneamente a la proyección de las películas que habían ido grabando por el camino. Siendo carismática ya de por si, se presentaba en el escenario vestida con el traje de campaña completo para dar más impresión. Una crónica de la época del New York Times describió así su primer documental (With car and camera around the world).

Los paseos de la la señorita Wanderwell a uno y otro lado de la pantalla bien podrían igualar el kilometraje de la expedición. Es cierto que hay vistas del Taj Mahal, de chozas africanas y canales venecianos, pero todas ellas parecen estar obstruidas por esta chica tan viajada, que posa de lado, de frente, de rostro, de pie y sentada. Al final de la proyección parece que la señorita Wanderwell es una parte esencial de cualquier paisaje, aquí o en el extranjero.

Eran otros tiempos, pero ciertamente la envidia ya existía, y el postureo, también.

Wanderwell en la Unión Soviética, en 1924
Aloha con Mary Pickford y Douglas Fairbanks, dos de las estrellas de cine más conocidas de la época
Los Wanderwell grabando en Hawái, en 1925

Después de su primera vuelta al mundo los Wanderwell no dejaron de viajar. Aloha aprendió a pilotar un hidroavión, porque el saber no ocupa lugar. En un viaje sobre la Amazonia brasileña  a principios de los años 30 el aeroplano se vio obligado a aterrizar de emergencia. Aloha y parte de su equipo permanecieron seis semanas con una tribu no contactada, los Bororo, mientras Walter y el mecánico de la expedición encontraban un lugar desde el que telegrafiar para pedir piezas de repuesto para la aeronave. Las grabaciones de aquel encuentro son las primeras que se conservan de los Bororo, y se convirtieron en la siguiente película de Aloha Wanderwell: El río de la muerte. La única que se conserva narrada con su voz.

Walter Wanderwell murió asesinado en 1933 en el barco que acababan de comprarse para irse de expedición a Sudamérica. La lista de enemigos del finado era larguísima y según algunos incluía también a su esposa; cuentan que el autodenominado capitán era dado a meterse en camas ajenas y a no pagar sus deudas en tiempo y forma. En cualquier caso el misterio quedó sin resolver. Aloha se casó otra vez un año más tarde con un empleado de gasolinera y se cambió el nombre a Aloha Baker, aunque se la siguió conociendo como Wanderwell. Los Baker también se dedicaron a recorrer el mundo mientras Aloha en persona narraba lo que se veía en pantalla, y siguieron haciéndolo hasta finales de los años 30. En total Aloha Wanderwell-Baker visitó más de ochenta países, que son la mayoría de los que existían en aquella época. Instalados en Cincinatti, Ohio, la chica más viajada del mundo dedicó el resto de sus días al periodismo radiofónico y escrito. En 1980, ya jubilada, dio su última conferencia, en Los Ángeles, ante 150 familiares y amigos. Aloha murió casi nonagenaria, en 1995, un año antes de que lo hiciera su marido, con el que había compartido más de seis décadas de su vida. Una vida, ha de decirse, extraordinaria. Según sus propias palabras: «Nunca pedí permiso para hacer lo que quería». Porque no le hacía falta.

Aloha Wanderwell, 1934

Fuentes, más info y fotos:
Página oficial de Aloha Wanderwell, de la que están tomadas todas las fotografías. También: Wikipedia, New York Times, Los Angeles Times, Universidad de Columbia. También este breve documental sobre su vida en Youtube: Aloha Wanderwell Story

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3 respuestas a “Cerebro, belleza y pantalones. Aloha Wanderwell, la primera mujer que dio la vuelta al mundo en coche

  1. Avatar de Marius Marius 25-enero-2025 / 6:20 pm

    Excelente reseña, desconocía de la vida y obra de esta mujer, muy interesante. Me dejó pensando si hoy en día sería factible un viaje similar, definitivamente creo que no. Mucho de su recorrido fue por zonas de las que hoy ni de chiste saldría con vida. Y es una tristeza.

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  2. Avatar de snedecor snedecor 30-enero-2025 / 8:42 pm

    Como palentino, muy fan del exotismo de su parada en Palencia durante su periplo por España. Lástima no haber encontrado noticia sobre su paso en la hemeroteca del Diario Palentino.

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    • Avatar de snedecor snedecor 26-abril-2025 / 9:33 pm

      Pues al final sí encontré algo, en otro periódico. En El Día de Palencia, edición del 15 de mayo de 1923, se anunciaba un notable acontecimiento por la presencia de «El Capitán Walter y su gente» a las siete y media de la tarde y a las diez y media de la noche en el Cinema España.

      «El capitán Walter Wanderwell, viajador mundial, sus acompañantes Armstrong y Miss Wanderwell y su intérprete Miss Fatte, darán a conocer al público palentino desde el escenario del lindo teatro de la calle Mayor, numerosos episodios y hechos acaecidos en su arriesgado viaje recorriendo el mundo. El joven capitán, en film y en persona, dará a conocer la cinta cinematográfica que él mismo ha filmado en el curso de su largo y accidentado viaje y dará una conferencia explicando los hechos y anécdotas que le han ocurrido en su excursión fantástica por el mundo. El capitán Wanderwell y su gente, emprendieron el recorrido del mundo partiendo de Posen en 22 de septiembre de 1912, siendo objeto de la expedición, el de visitar todos los países para fines educativos en cinematografía. Desde 1912, han recorrido 37 países. Cuanto han visto sus ojos en todos los pueblos recorridos, será objeto de las interesantes veladas de esta noche.»

      Lo que no hay es crónica del evento en los días posteriores.

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