La desaparición del sistema de enclaves más grande del mundo

Los cuatro mil kilómetros de Frontera que comparten la India y Bangladés no sólo son uno de los límites internacionales más conflictivos del mundo, sino que además también eran hasta hace unas semanas una de las fronteras más complicadas e imposibles de dibujar del planeta. El sistema de Cooch Bihar, que abarcaba casi el 80% de todos los enclaves y exclaves internacionales del mundo, fue oficialmente desmantelado el pasado 31 de julio, permitiendo a los cincuenta mil habitantes de los enclaves dejar de vivir como apátridas. En total había 163 enclaves, 24 metaenclaves (enclaves dentro de enclaves) y el único meta-metaenclave del mundo y, que se sepa, de todos los tiempos (un trozo de India dentro de Bangladés, a su vez dentro de India y a su vez dentro de Bangladés), de los que han dejado de existir todos excepto uno, que concentraba casi a la mitad de los habitantes del complejo. Es una buena noticia, que mejora la vida de decenas de miles de personas, pero es un acuerdo que llega con cuatro décadas de retraso o más.

Mapa de mediados del siglo XX de Cooch Behar

Arriba, mapa del sistema de enclaves (clic en la imagen para ampliar). Debajo, esquema del sistema de enclaves y metaenclaves antes de su desaparición

Esquema de los enclaves de Cooch Behar

El lector veterano recordará las dos entradas que se le dedicaron en su momento a estos enclaves en los titubeantes inicios de este blog, hace ya casi ocho años: La madre de todos los enclaves, y su segunda parte. Para no obligar a los nuevos lectores a vencer su natural abulia y leer aquellos dos textos (que de todos modos aportan un entretenido contexto y fotos chulas), repasemos la historia más bien turbulenta de la zona, que explica (o no) la pervivencia de semejante disfuncionalidad geográfica. La leyenda local cuenta que los diferentes territorios fueron usados como moneda de cambio en las partidas de cartas y ajedrez de los regentes y majarajás locales allá al principio del siglo XVIII. De hecho, la denominación local de los enclaves (Chitmahal) significa «pedazos de papel», y hace referencia al supuesto método de intercambio y apuesta de los territorios. Aunque el origen no está del todo claro, parece ser que un tratado de paz de 1713 entre Cooch Bihar y el Imperio Mogol acabó mal resuelto al rechazar algunos jefes militares la presencia de las tropas mogolas, por un lado, y al ocupar los mogoles territorios que no les correspondían, por otro. La frontera quedó sin delimitar, los caciques locales se hicieron fuertes en sus plazas y se mantuvo el puzzle territorial hasta la llegada de los británicos medio siglo más tarde, en 1765. Durante los siguientes 180 años la extraña situación permaneció sin alteraciones pero también sin influir en el día a día de los habitantes del lugar, hasta que en 1947 se produjo la Partición de la India, y los enclaves quedaron en dos estados distintos: parte en Pakistán Oriental y parte en el estado independiente de Cooch Behar (o Koch Bihar). En 1949 el estado pasó a formar parte de la India y la situación empezó a empeorar lenta pero inexorablemente.

Cooch-behar-enclaves-schematisch

Clic en la imagen para ampliar el mapa, que está girado noventa grados (el norte queda a la izquierda) 

Los máximos mandatarios de la India y Pakistán declararon ya en 1958 su intención de resolver el asunto de los enclaves, pero el proceso se empantanó en interminables disputas judiciales y políticas en el lado indio, y el rápido deterioro de las relaciones indopakistaníes dejó el asunto paralizado. En 1971 Pakistán Oriental se independizó del resto del país con el nombre de Bangladés, tras una cruenta guerra en la que la India tomo partido por los bangladesíes. Las relaciones entre el titán indio y su vecino excesivamente poblado fueron buenas durante un tiempo, pero la política interna de la India (en la que existe un fortísimo componente nacionalista antimusulmán) han impedido durante décadas que el acuerdo firmado nada menos que en 1974 llegara a formalizarse. Entre medias encendidos debates parlamentarios, reformas constitucionales y un larguísimo proceso de censo y demarcación de fronteras han alargado durante cuatro décadas el proceso que culminó el pasado 31 de agosto.

Indo-Bang border sign

Indicador fronterizo indicando la localización exacta del límite entre la India (izquierda) y Bangladesh, en el paso fronterizo de Burimari. © Nahid Sultan

En total han desaparecido 162 enclaves, todos menos uno, el más grande y poblado de todos, conocido como Dahagram-Angarpota. Este enclave se encuentra a menos de doscientos metros de la frontera principal entre la India y Bangladés. Ya existía un pasillo para acceder a él legalmente (el Corredor de Tin Bigha), cuya soberanía seguirá perteneciendo a la India, si bien su uso le ha sido garantizado a Bangladés para el próximo milenio. Hasta 2011 el tránsito era libre únicamente durante las horas de sol, lo que causaba interminables problemas a sus habitantes; actualmente se encuentra abierto las 24 horas del día y hasta se ha inaugurado un pequeño hospital dentro para no obligar a los enfermos a salir del enclave.

Indo-Bangladesh-Border-Enclave-Marker

Uno de los enclaves bangladesíes en territorio Indio (clic en la imagen para ampliar). El mojón blanco de la izquierda es el único que señalizaba el límite, en general indistinguible. © Alakananda Nag

Durante estas últimas cuatro décadas la vida en los Chitmahals ha estado minada de dificultades. A veces también minada literalmente. La situación de no reconocimiento de límites y la falta de acuerdo entre los dos gobiernos (aguzada por las sucesivas crisis migratorias entre Bangladés y la India, que ha desembocado en la construcción de una descomunal barrera a lo largo de los miles de kilómetros de frontera común) impidieron a los habitantes de los enclaves hacer una vida normal. No hay colegios o infraestructuras sanitarias en los enclaves, y los niños generalmente acudían con papeles falsos a escuelas situadas en el país contrario a aquel en el que residían. Los únicos edificios sólidos son las mezquitas; ante la incertidumbre, nadie invierte capital y tiempo en algo cuyo futuro no está minimamente asegurado. Además los guardias fronterizos tenían cierta tendencia a disparar a cualquier cosa que se moviera, lo que impedía a los locales acceder a su propio país. No sólo eso: como las infraestructuras eléctricas o sanitarias tenían que pasar necesariamente por el territorio del país vecino y no había acuerdo al respecto, los habitantes de los enclaves nunca llegaron a disponer de algo tan básico. A todo esto había que añadirle la ausencia de fuerzas de seguridad, lo que convertía los enclaves en nidos de delincuentes y contrabandistas.

metaenclave1

Antiguo metaenclave bangladesí de Teldhar. 586 metros cuadrados y 61 habitantes. © Brendan Whyte

Dice el refrán que no hay mal que cien años dure, y la enloquecida situación de los enclaves algún día tenía que llegar a su fin. Y ese final llegó el pasado 31 de julio cuando la soberanía de todos los enclaves pasó al país del cual se encontraban rodeados, lo que supuso, de hecho, su desaparición. Los metaenclaves  o enclaves de segundo orden lógicamente permanecieron intactos y en el caso del único enclave de tercer orden del sistema y del mundo (Dahala Khagrabari), la soberanía del territorio (deshabitado, por lo demás) pasó de la India a Bangladés, perdiendo la geopolítica una de sus disfuncionalidades más absurdas.

Indo-Bang-Enclaves-Map

Mapa esquemático de uno de los enclaves indios (en amarillo), incluyendo el meta-metaenclave (podríamos llamarle ultraenclave, o algo así, aunque ya no exista). Queda claro cuán absurdas pueden llegar a ser esas líneas supuestamente imaginarias a las que llamamos fronteras.

El principio del fin llegó con el censo realizado en 2010, el primero en más de medio siglo. El conteo halló más de 50.000 personas viviendo en los Chitmahals, tres cuartas partes de ellos en los enclaves indios en Bangladés. El proceso posterior (enmiendas constitucionales, aprobación  de las dos cámaras legislativas) culminó el 28 de mayo de 2015 con la firma del presidente indio Pranab Mukherjee, primero, y la ratificación del primer ministro, Narendra Modi, en una visita a Dacca, el 6 de junio de 2015. Quedó establecida así la fecha del intercambio de territorios: un minuto después de la medianoche del 31 de julio. La India perdió así 40 kilómetros cuadrados de territorio en favor de su vecino.

Agreement_Enclaves

Narendra Modi (izq.) y Shake Hasina, primeros ministros de India y Bangladesh respectivamente, instantes después de la firma del acuerdo de intercambio (fuente). 

El proceso, por supuesto, no acabó en esta fecha. Si bien la soberanía de los enclaves ya ha sido transferida, queda saber qué se hace con la población de estos lugares. Los habitantes de los Chitmahals tienen dos opciones: quedarse en donde ya viven y asumir la nacionalidad del nuevo país o pedir el traslado al territorio del país al que pertenecía su casa. Es decir, pueden cambiar de nacionalidad y quedarse o mantener su nacionalidad e irse. Los apátridas, que son unos cuantos dado que durante medio siglo no ha existido siquiera la posibilidad de inscribir a los hijos en el registro, pudieron escoger también a qué país quieren pertenecer. Mil personas de los enclaves indios ahora en Bangladés han decidido ser realojados en India, mientras que a la inversa no se ha registrado ningún caso. Hasta el 31 de octubre los ciudadanos indios que deseen regresar podrán escoger dónde quieren residir (se les ofrece una parcelita donde construir sus casas, y será el Estado el que se haga cargo de la instalación de servicios públicos, como inodoros y demás), y a partir del 1 de noviembre serán realojados, al principio en campos temporales, antes de moverse a su domicilio definitivo. Aquellos que cambiaron de nacionalidad recibieron oficialmente la nueva el día 1 de agosto, y en ambos países los niños fueron inscritos en las escuelas correspondientes. El proceso completo, con la demarcación definitiva de la frontera y su correspondiente amojonamiento y más que probable fortificación, concluirá a mediados de 2016.

Indo-Bangladesh-Border-Enclave

Ciudadanos indios permanecen a escasos centímetros de la invisible frontera bangladesí en uno de los enclaves, a la izquierda en la fotografía. © Alakananda Nag

Y así finaliza la historia, geográficamente muy entretenida pero humanamente bastante triste, con un final feliz que llegó muy tarde. Nunca es tarde si la dicha es buena, dice el refranero, pero no debemos olvidar que tras cada disfuncionalidad geográfica y política hay historias personales, que merecen ser contadas y cuyos protagonistas, en muchos casos, son víctimas de una situación que heredaron y sobre la que no pueden hacer nada. Toda frontera es una agresión, y en casos como el de los Chitmahals, una agresión muy dolorosa.

Fuentes y más información:

La principal fuente de conocimiento sobre este tema es el monumental trabajo del investigador australiano Brendan Whyte, Waiting for the Esquimo, dedicado en exclusiva a la historia y situación de los enclaves. Fue publicado en 2002 y puede descargarse gratis pinchando aquí (PDF, 13,58 Megas).

Además, hay abundante información en la WIkipedia en Inglés (II), Strange Maps, Questia, The Economist, o el diario Indian Express (2, 3). En catalán hay un artículo bastante exhaustivo en el blog Suma Zero. Muy recomendable también la galería de fotos de Alakananda Nag.

¿Te has quedado con ganas de más enclaves? Lo tuyo es grave, pero quién soy yo para juzgarte. Puedes leer más sobre enclaves, exclaves, metaenclaves y periclaves (de verdad, eso existe) en las siguientes entradas: Campione d’Italia (Italia en Suiza), Jungholz (Austria en Alemania), Llivia (España en Francia), Madha y Nahwa (Emiratos Árabes en Omán y viceversa), la Vennbahn (Alemania en Bélgica, aunque Bélgica tenga seis metros de ancho en este punto), Büsingen (Alemania en Suiza) y por supuesto, todas las entradas dedicadas a Baarle, pueblo medio belga, medio holandés y enteramente capital mundial de las disfuncionalidades fronterizas.

Indian-Bangladesh-Enclave Border

A la izquierda, un residente del enclave indio de Bagdakia, a la derecha, un ciudadano Bangladesí. Cada uno está en el territorio de su país. © Shazia Rahman, Getty Images

11 respuestas a “La desaparición del sistema de enclaves más grande del mundo

  1. fadelcla 15-octubre-2015 / 2:29 pm

    Bueno para los lugareños, pero un poco triste al terminarse algo tan raro como esa frontera. Gracias Diego.

  2. Fernando Álvarez Martín 16-octubre-2015 / 1:40 am

    Magnífica entrada. Ya era hora de arreglar esa telaraña geopolítica. Muchas gracias y un saludo.

    • Fernando Álvarez Martín 16-octubre-2015 / 1:49 am

      Se me olvidó comentarlo en el mensaje anterior. ¿Qué tal traducir «counter-enclave» como contraenclave?. Saludos de nuevo.

      • Diego González 16-octubre-2015 / 1:32 pm

        En realidad lo de metaenclave me lo inventé yo cuando empecé a escribir sobre esto hace unos cuantos años. «Contraenclave» la verdad es que no suena igual que en inglés, y «metaenclave» fue lo único que se me ocurrió.

  3. Félix 16-octubre-2015 / 2:29 pm

    ¿Ya se pudo casar la hija de Mohamed Atab Ali?

    • Diego González 18-octubre-2015 / 10:04 pm

      Efectivamente. India perdió 40 km2 frente a Bangladés (que no Pakistán)

  4. lola 19-octubre-2015 / 7:52 am

    recopetín enclave!

  5. tucumano 25-octubre-2015 / 2:18 pm

    Curiosamente me enteré de la noticia por TV, no podía creer que se hablara por ahí de enclaves, los periodistas no entendían que existiera semejante invento. Obviamente es una gran noticia la solución de esta situación de una forma bien ordenada y seria y sin disparar un sólo tiro, bendita sea la diplomacia (y democaracia) que evita la guerra y soluciona los conflictos entre los pueblos civilizadamente .

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.