La mañana del 15 de junio de 1859 había amanecido soleada en la isla de San Juan. Una leve bruma empañaba el horizonte pero por lo demás era un día fresco y claro de principios de verano. El granjero Lyman Cutlar estaba paseando por sus propiedades, como hacía casi cada día, vigilando que las ratas no se comieran sus cultivos y arrancando hierbajos aquí y allá, cuando un gruñido captó su atención. Se acercó al lugar de donde provenía el ruido y se sobresaltó al descubrir a un gran cerdo negro comiéndose sus patatas. Al granjero Cutlar se le oscureció la visión al ver a un enorme cochino comiéndose los tubérculos que con tanto cariño había cuidado; y sin pensarlo dos veces agarró la escopeta que llevaba colgada al hombro, entrecerró los ojos con furia y le pegó un tiro al gorrino, que murió en el acto. Dos meses después y como consecuencia directa de aquel disparo, dos mil quinientos soldados y cinco barcos de guerra se preparaban para luchar a sangre y fuego por la isla. Esta es la historia de la conocida como Guerra del Cerdo o Pig War.
Encima de zamparse las patatas va y se ríe.